NO EXCLUIR A GRECIA DE LA UNIÓN EUROPEA
Pese a su situación actual, no es posible excluir a Grecia de la Unión Europea (UE) porque se quebraría un proyecto político en el que muchos han confiado, y antes de ingresar ya tenía problemas económicos que se remontan a la década de los 70.
Alicia Girón, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, en el marco del XV Seminario Internacional de Economía Fiscal y Financiera, dijo que para entender la circunstancia del país mediterráneo, la académica analizó el Tratado de Maastricht, firmado el siete de febrero de 1992.
“Esta nación, económicamente inestable, presenta una fractura a nivel interno que pone a la democracia en peligro. Por ello, existe una amenaza en cuanto a un surgimiento derechista; la izquierda debe atender las necesidades apremiantes de la población o perderá el poder”, planteó.
Al fincar el euro como moneda única para la zona, el acuerdo referido propicia que las potencias pierdan su soberanía en el rubro. A partir de la creación de dicha área, los agentes financieros toman el control de los préstamos y los mercados determinan el rumbo de los flujos de capital a países de la periferia.
Las alternativas para solucionar el fuerte endeudamiento y el pago necesario del servicio de su deuda externa han respondido a soluciones de corte monetarista. La política económica instrumentada en Grecia responde a un inconveniente ideológico, porque se maneja bajo un pensamiento hegemónico: la corriente de Milton Friedman.
A raíz de esto, el país tiene problemas en la generación de su producto interno bruto (PIB). Hoy, Alemania y Francia (que se han recuperado favorablemente) son sus acreedores con 50 y 35 por ciento, respectivamente.
En el acuerdo de Maastricht, uno de los puntos más importantes es que el déficit no debe pasar de tres o cuatro por ciento y por otro lado, la relación-deuda del PIB no debe superar las tres quintas partes de éste. Sin embargo, en el caso helénico llega hasta 180 por ciento y los bancos griegos, aunque tengan depósitos en euros, están quebrados. Ante la incertidumbre, la fuga de capitales ha sido notable.