DISMINUIR CONSUMO DE AGUA EMBOTELLADA
A fin de reducir el consumo de agua embotellada, deben incentivarse mecanismos como la instalación de sistemas de purificación de agua que sean supervisados por las autoridades de salud, en los centros de trabajo, instituciones públicas y establecimientos de comida.
La Diputada Federal del Partido Nueva Alianza, Cristina Olvera Barrios, dijo que Frente al creciente consumo de agua embotellada en el país, los gastos millonarios de producción y los problemas ambientales que implica el desecho del envase y etiquetado, se deben implementar mecanismos para que la población tenga un mayor acceso al agua potable.
Señaló que México es el principal consumidor de agua embotellada en el mundo, con una ingesta de 234 litros por persona al año, lo que representa no sólo un mayor deterioro ambiental por la cantidad de plástico que se desecha, sino mayores gastos en los ingresos de la ciudadanía.
Refirió que de acuerdo con el Observatorio Hídrico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), debido a la mala calidad en el servicio de agua potable, el 81 por ciento de los mexicanos la adquieren embotellada.
Para ello, desembolsan entre cinco por ciento y 10 por ciento de sus ingresos, pero para los más pobres este gasto representa hasta un 20 por ciento.
La diputada por el Distrito Federal aseguró que, de acuerdo con el artículo 4 constitucional, el acceso al agua potable es un derecho humano que debe estar garantizado por el Estado mexicano, por lo que la población no tiene que estar realizando este gasto.
En este sentido, la también secretaria de la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados recordó que a propuesta de Nueva Alianza, la Ley de Ingresos de este año contempló que parte de la recaudación del Impuesto Especial a las Bebidas Azucaradas sea destinado a ampliar la cobertura de los servicios de agua potable en localidades rurales y bebederos en escuelas públicas.
Por otra parte, precisó que se tiene registro de que durante la producción de aguas embotelladas, por cada litro de agua para beber, se desperdician de siete a 10 litros más; además de la cantidad de energía y de emisiones de gases invernadero que se desprenden de su manufactura, lo que acarrea costos ambientales incalculables.
Ello, sin contar que en el país, de las 800 mil toneladas de pet que se producen cada año, sólo el 15 por ciento se recicla; el resto va a la basura y puede tardar hasta 100 años en degradarse.
Finalmente, Olvera Barrios indicó que de acuerdo con datos del Banco Mundial, la industria del agua embotellada, que genera ganancias por 13 mil millones de dólares anuales, pasó de un mercado de mil millones de litros en 1970, a comercializar 84 mil millones de litros en todo el mundo en el año 2000.