ESPERAN RESULTADOS DEL GABINETE DE SEGURIDAD.

Los resultados electorales del siete de junio pasado reflejaron la inconformidad que diversos sectores de los capitalinos tenían contra el Gobierno del Distrito Federal (GDF), que encabeza Miguel Ángel Mancera.

Empresarios y Comerciantes Unidos para la Protección del Centro Histórico, (Procentrhico), reconocen al jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Doctor Miguel Ángel Mancera, la sensibilidad que ha demostrado al entender que mucha gente le hace mal.

Guillermo Gazal, Presidente de Procentrhico, señaló que el castigo en las urnas obedeció a la molestia que existe por la politización que hubo en la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal (SGDF), donde se priorizó a los representantes identificados con la corriente política y se eliminó por completo el diálogo con los demás sectores, sin importar la representatividad con que se cuenta.

Por lo anterior, es que el comercio establecido de la Ciudad de México le otorga a la Lic. Patricia Mercado Castro, nueva SGDF, un voto de confianza, porque de su sensibilidad para escuchar a todos los grupos organizados dependerá que se termine con el encono que existe actualmente en la capital.

Señaló que además de haberse relegado a muchos sectores y representantes en las mesas de diálogo y trabajo del gobierno capitalino, se incrementaron problemas como el aumento desmedido del comercio informal en diversas zonas de la ciudad, el narcomenudeo y el aumento de la inseguridad.

Por lo anterior, es que Procentrrhico le pide al Jefe de Gobierno que se haga una revisión más detallada del trabajo que ha realizado el gabinete de seguridad, porque la realidad diaria de los capitalinos es de un aumento desmedido de la delincuencia, desde robos en las calles y el transporte público, hasta el aumento de secuestros y extorsiones,

además del cobro de derecho de piso.

El líder empresarial señaló que es lamentable que tanto el Procurador Rodolfo Ríos y el Secretario de Seguridad Hiram Almeida se dediquen a negar el aumento de la delincuencia, en lugar de ponerse a trabajar y darle a los capitalinos un poco de tranquilidad.