top of page

Desde la Tribuna


Una de las grandes aportaciones mexicanas al mundo del deporte es la Lucha Libre. Como deporte, la lucha profesional evolucionó de otras disciplinas – Como la lucha grecorromana- en distintas partes del mundo, pero el concepto y el estilo de la “lucha libre mexicana” es una de las más reconocidas y populares en el medio.

No importa si somos un vendedor de fruta en la merced, un anciano en un asilo, un ama de casa, un importante hombre de negocios o un estudiante de secundaria, todos conocemos y hemos visto la lucha libre y a todos nos gusta en cierta medida.

Personajes como El Santo o Blue Demon- y sus respectivos “chamacos”- viven en la conciencia popular de casi cualquier persona que habita en este país. En su momento, estos luchadores fueron grandes estrellas de cine, e inmortalizaron grandes frases como “Santo llamando a Blue Demon, Santo llamando a Blue Demon” y lucharon con cuanto monstruo, villano y malvado personaje nos podamos imaginar. Sí usted trata de pensar en el personaje más desconocido y obscuro dentro de las historias, muy probablemente el Santo ya haya peleado con él y muy seguramente lo haya hecho en un par de ocasiones. Todo esto es producto de la popularidad que tenía dicho personaje entre las masas.

En el ring, estos dos luchadores, junto con El Cavernario, El Rayo de Jalisco y Mil Mascaras, entre otros, llevaron a lo que era un simple deporte al grado de espectáculo y lo pusieron al nivel de otro deporte muy popular, el futbol. Ambos competían por la atención del público cada domingo.

Este espectáculo vivió uno de sus momentos más altos en la década de los 90’s en la que personajes como El Cibernético, El Vampiro Canadiense, Canek, El Intocable, Octagón, La Parka, llevarón la técnica luchística a un mayor nivel y vivieron un “boom”dentro de las transmisiones televisivas y la venta de boletos en las arenas.

Muchas personas crecieron viendo cada fin de semana enfrentarse a estos gladiadores y muchos de ellos siguen siendo fanáticos hasta la fecha. En la actualidad, sí bien no se encuentra al nivel que alcanzaron en otras épocas, las arenas aún suelen vender muy bien sus entradas y en algunos canales –no muy populares- vemos las luchas del Místico o de Dr Wagner.

Alrededor de este gran espectáculo siempre ha tenido un punto de debate, entre fanáticos y no, respecto a si las luchas son “verdaderas” o son “de mentiras” (actuadas). Muchos reportajes y hasta un par de programas de televisión explican cómo funciona cada enfrentamiento y como se desarrolla una función. Más que actuadas o arregladas, cada pelea esta coreografiada en gran medida, ambos luchadores cooperan el uno con el otro para realizar cada maniobra, llave y lance de la forma más espectacular y segura posible.

Ciertas peleas están decididas sobre quien ganar – sobre todo las más relevantes o importantes- para crear una rivalidad o para contar una historia; otras se basan en la reacción del público – normalmente las peleas secundarias- y los luchadores deciden en el acto quien va ganar dependiendo de este factor.

En palabras generales, los creativos de cada empresa de lucha libre crean una historia, de la que cada luchador es participe y la “ponen en escena” ante el público. Es importante, decir que los luchadores “se rifan el físico” y siempre están expuestos a una lesión, por eso es importante que a la hora de hacer llaveo o lances, cada luchador tenga una técnica perfecta.

Dentro de estas historias, los buenos son los “técnicos” y los malos son “rudos” y este modelo es igual en las empresas de wrestling de todo el mundo, en E.E.U. los buenos son “face” y los malos “heel” siendo el rostro de la empresa el “babyface”; y así en cada país.

En México, a pesar de ser celebridades, el luchador promedio no recibe una remuneración equitativa aún con el riesgo que implica participar en una lucha. Según algunos reportajes para importantes periódicos de la capital y del país, hay luchadores que ganan 1500 pesos por lucha, y hay otros , los más importantes que se llevan 25 mil – que sigue siendo menos de lo que uno esperaría- mientras que en el país vecino del norte, en promedio un luchador se esta “llevando” entre 110,00 y 150,000 dólares al año, siendo parte del “roster” principal de la WWE ( World Wresting Entretainment), que tampoco es el gran salario.

Para ser un aspecto culturar tan mexicano, la lucha libre no es una garantía como una carrera profesional y se ha tenido que valer de personas que de verdad aman y se entregan a la lucha libre para seguir existiendo.

El asunto o “la onda” está en que, por poner un ejemplo, cierta persona (empresa, arena, estadio, persona) contrata a X empresa de lucha libre para realizar un evento en determinada fecha, esta empresa le “renta” a los luchadores, dependiendo de la popularidad del mismo será la cantidad que se cobre. Si se desea contratar a dos luchadores para amenizar los 15 años de su hija, llevar a los luchadores de moda resultara en una inversión más cara que si se llevan a unos con menos renombre. De la cantidad total que “se saca” del cada renta,la empresa se queda con una parte, también el promotor se lleva una tajada y el resto se lo queda el luchador. Estos mismos reportajes y entrevistas han arrojado que los promotores se quedan con el 50% o hasta 70% de lo que cobra el luchador. Aunque parece alarmante, esta es la forma en la que se ha manejado siempre, bien o mal. También hay muchos promotores que pagan a las empresas para que permitan a algún cliente suyo participar en cierto evento, a veces hasta los mismos luchadores tienen que realizar esta “difícil maniobra”.

Sea cual sea el caso, como mexicanos debemos sentirnos muy orgullosos, porque la lucha libre es para nosotros lo que es el Fútbol para los argentinos y los brasileños, el Basketball para los estadounidenses o el Rugby para los Ingleses y Nuevazelandeces, algo en lo que verdaderamente nos podemos considerar una potencia, algo en lo que hemos aportado de forma importante para su desarrollo, algo en lo que los mexicanos somos los mejores, y eso es lo que nos debería impulsar a regresar a aquellas épocas doradas de la lucha libre en México.

Es evidente que el nivel de las actuales empresas de lucha libre tiene que subir, sobre todo con la reciente muerte del “Perro Aguayo”, jr o como le decían los fanáticos “el Perrito Aguayo” tanto el talento de los luchadores como la logística debe mejorar. Actualmente, la WWE en Estados Unidos, está viviendo uno de sus mejores momentos económicamente hablando, las arenas se venden siempre, los PPV (pago-por-evento) en la TV lanzan buenos ratings – y con eso buenos patrocinadores- cualquier persona con televisión de paga, en casi cualquier parte del mundo, puede presenciar los tres o cuatro shows que presentan cada semana.

Este modelo de negocios, exitoso en Estados Unidos, debe ser un aliciente para impulsar a las empresas nacionales y para llevar a la prominencia al estilo de lucha mexicano, lleno de máscaras, de acrobacias y de llave y contrallave a ras de la lona. Los mismos estadounidenses cada vez integran más este estilo espectacular, que contrasta con el estilo americano, más de fuerza y golpes. La mezcla de este estos dos vertientes, junto con la japonesa, han creado en la WWE un modelo atractivo.

Aunque en la actualidad la lucha libre estadounidense no se encuentra en su máximo potencial en cuanto a entretenimiento y calidad -en comparación con otras épocas- es evidente que el negocio está funcionando.

Es por todo esto, que “desde la tribuna” y esperando que no nos den un sillazo, que nos caiga un luchador encima o nos bañen con “agüita de riñon”, como siemrpe pasa en las luchas, esperamos que una nueva era importante de la lucha libre, mexicana y mundial, por fín se aparezca.

DIRECTORIO

Lic. Fernando González Parra

Director General

Mtra. Graciela Ornelas Prado

Directora

Edmundo Olivares Alcalá

Subdirector

Karen García Hernández

Jefa de Redacción

Héctor Manuel Serna Ornelas.

Juridico

Pablo Gómez

Articulista 

Ernesto Olmos Avalos.

Alitzel Herrada Herrera.

Garnica Muñoz José Antonio.

Reporteros

Adonay Samoya H.

Lic. Andrés Aguilera.

Roberto Chavez.

Renato Corona Chavez.

Javier Méndez Camacho.

Gustavo Santos Zúñiga.

Blas. A Buendía

Lic. Alicia Barrera Martínez

Columnistas

  • Icono social Twitter
  • Wix Facebook page
bottom of page