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Elsabueso Mexiquense

El Sismo y la madurez social

El terremoto de 1985 marco a México y a los mexicanos, mañana conmemoramos 30 años de tan terrible y lastimoso evento de la naturaleza, acontecimiento que nos cambió como sociedad, donde miles de personas salimos a las calles para mostrar la unidad nacional y brindar apoyo y la solidaridad que el pueblo mexicano mostro para sus hermanos, que por desgracia padecieron las consecuencias de la catástrofe.

Eran las 07.19 de la mañana y los mexicanos acababan de despertar cuando se vieron sorprendidos por un movimiento sísmico, trepidatorio y oscilatorio a la vez, que puso a prueba a una de las ciudades más pobladas del mundo y dejó en evidencia a las autoridades, incapaces de afrontar la tragedia. La falta de medios y una mala coordinación sacó a la gente a la calle y despertó una ola de solidaridad con los miles de afectados, con los vivos que estuvieron horas o días atrapados entre los escombros, y con los muertos, cuya cifra extraoficial cuadruplicó la reconocida por el Gobierno de Miguel de Lamadrid.

La valoración de daños aportó que en conjunto fueron dañados 5,728 inmuebles privados y públicos. La infraestructura de salud también colapsó, en esos edificios fallecieron pacientes, familiares y nuestro personal de salud. La torre de 11 pisos del hospital Juárez se desplomó, al igual que el Centro Médico Nacional del IMSS donde se perdieron 2600 camas, así como el Hospital General de México el cuál sufrió daños y la sustracción temporal de 1300 camas. El Parque Delta, campo de beisbol del Seguro Social se convirtió en la morgue más grande de la que se tenga conocimiento.

La Comisión Metropolitana de Emergencia para el D.F. convocó un comité interinstitucional con representantes de la Secretaria de Salud, IMSS, ISSSTE, Organización Panamericana de la Salud, Cruz Roja Mexicana y otras instituciones de salud. Asumió la responsabilidad de coordinar la prestación de servicios de atención médica, salud pública y asistencia social.

Los desastres naturales reconfiguran el día a día de quien los padece. Para el pueblo capitalino, el sismo de 1985 no sólo implicó pérdidas familiares, económicas y culturales, lecciones en materia de seguridad, vivienda y prevención. La manera en que la gente convivía, se reunía o iba a trabajar cambió radicalmente. Físicamente, el DF tiene un antes y un después muy palpable que detonó un giro de 360 grados. Los edificios emblemáticos de aquel entonces cambiaron notablemente e incluso dejaron de existir. ¿Dónde está esa vieja ciudad de hierro que se pensaba invencible? ¿Qué construcciones se fueron para siempre? ¿A dónde se fueron las vanguardias arquitectónicas de la época? Sirva este recuento para conocer ese México que quedó sepultado hace 30 años.

Más allá de los vestigios históricos y arquitectónicos se encuentra la pérdida de cerca de 10, 000 vidas humanas, casi 200, 000 empleos perdidos, así como un corte a los servicios básicos (luz y agua) por semanas enteras en la mayoría de las zonas afectadas. A la distancia quedan las lecciones sobre prevención y seguridad, medidas de construcción y urbanismo, pero sobre todo un México que ya no fue el mismo visual y culturalmente hablando. elsabuesomexiquense@gmail.com

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