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Descendientes inmigrantes

En tono coloquial, con el recinto de la Cámara de Representantes desbordado y la explanada de Capitol Hill rebosante de fieles, Francisco quedará en la historia como el primer Papa que explicó su agenda global y religiosa en la sede del Poder Legislativo de los Estados Unidos. Ni siquiera Juan Pablo II, aliado incondicional de Ronald Reagan, logró semejante reconocimiento político. "Combatir la violencia perpetrada bajo el nombre de una religión, una ideología, o un sistema económico y, al mismo tiempo, proteger la libertad de las religiones, de las ideas, de las personas requiere un delicado equilibrio en el que tenemos que trabajar", sostuvo el Papa. Y agrego, "Ninguna religión es inmune a formas de engaño individual o extremismo ideológico. Esto significa que debemos estar particularmente atentos a toda forma de fundamentalismo, tanto religioso como de otro tipo".

Tras citar a Abraham Lincoln y su contribución a la libertad, Francisco reivindicó a Martín Luther King y su defensa de los derechos civiles sin importar el color de la piel, el sexo o la religión. Se cumplen cincuenta años de la Marcha de Selma, que dio visibilidad definitiva a un movimiento social que sólo quería su lugar en el mundo. "La marcha que Luther King encabezó como parte de su campaña de cumplir su sueño de plenos derechos de civiles y políticos afro estadounidenses continúa inspirándonos. Estoy feliz de que Estados Unidos continúe siendo para muchos una tierra de sueños", elogió ante una audiencia que no dejaba de aplaudir.

"Hay que defender la vida humana en cada etapa de su desarrollo. Esta convicción me ha llevado desde el inicio de mi ministerio a apoyar la abolición global de la pena de muerte, porque cada vida es sagrada", enfatizó el Papa para dejar en claro su posición sobre el aborto. Pero esta prédica a favor de la vida no excluyó a otros sectores sociales que tienen una perspectiva diferente. Francisco incluyó en su histórico discurso un cuestionamiento directo a la fabricación de armas. "¿Por qué se venden armas letales aquellos que planean generar sentimientos indescriptibles a personas? Tristemente la respuesta la sabemos: es por el dinero. Es dinero que está empapado en sangre. Ante este silencio vergonzoso es nuestro deber enfrentar el problema y detener el tráfico de armas", alertó el Papa en su discurso.

Francisco hizo alusión al capitalismo y pidió inclusión social. Y no se olvidó de los inmigrantes, una pieza clave en el desarrollo económico de los Estados Unidos. "Les hablo como hijo de inmigrantes. La gente de este continente no le tememos a los extranjeros porque nosotros alguna vez fuimos extranjeros", dijo el Papa.

Y añadió para que no quedaran dudas sobre su posición: "nuestro mundo está enfrentando una crisis de refugiados de proporciones tales que no se veía desde los tiempos de la Segunda Guerra Mundial. No debemos dejarnos asustar de su número, más bien verlos como personas, mirando sus rostros y escuchando sus historias, intentando responder lo mejor que podemos a sus situaciones. Recordemos la regla de oro: haz a los otros lo que quisieras que los otros te hicieran a ti".

El papa concluyó su mensaje, miró a su alrededor, agradeció con un gesto solemne y abandonó un recinto del poder que pocas veces exhibe sus emociones. Después volvió a mezclarse entre los fieles, a dialogar en español, a pedir que recen por él.

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