Elsabueso Mexiquense
Anarquia y estado de derecho
Aludiendo a teorías del anarquista italiano Alfredo María Bonnano, quién ha señalado existen una supuesta necesidad, que intereses poco claros disfrazan para cometer actos vandálicos, de formar pequeños grupos de afinidad que, a su vez, estrechan contactos y se contienen mediante la “organización informal”, dando paso a nuevas formas anárquicas y al desarrollo de lo que hoy vemos dentro de las demandas justas y en paz que muchos mexicanos realizan en marchas, ensuciadas por instigadores de actos violentos que vulneran el estado de Estado de Derecho de una sociedad mexicana responsable, demandante y contestataria.
El asunto es que respecto a nuestro gran país, el anarquista dijo en entrevista con Conspiración Ácrata que “tanto en México como en el resto de Latinoamérica debemos comprender la dimensión real que cobra toda la contaminación ideológica y las influencias del enemigo. La socialdemocracia electorera y la socialdemocracia armada han contagiado a amplios sectores de las luchas con toda su basofia izquierdista, nacionalista, obrerista y populista, usándonos directa e indirectamente como carne de cañón para sus fines, diametralmente opuestos a nuestros objetivos de destrucción definitiva y liberación total. Librarnos de todas estas debilidades es una tarea inmediata para avanzar cualitativamente y concretar la proyección anárquica.”
La declaración es contundente pero aún quienes están en contra de la administración actual: “respetar, aplicar y recobrar el Estado de Derecho” es la prioridad. Dicho precepto, indispensable para la sana convivencia en cualquier sociedad, ha sido violentado en mayor o menor medida en aras de la “democracia mexicana” por muchos que hoy se escudan en “partidos políticos de izquierda y se dicen representantes de la sociedad”, de lo cual la historia posee muchos y variados testimonios; sólo basta adentrarse un poco en ésta para constatarlo.
Como ya se ha dicho, la cuestión es que hoy día el famoso Estado de Derecho pasa por una etapa de incredulidad y desgaste tremendo que, desde luego, no se gestó únicamente en la administración peñista. Sus dos antecesores dejaron mucho que desear en el tema, dejando asuntos añejos y que hoy tienen colores definidos, principalmente azules y amarillos. Aun así, el Gobierno de Enrique Peña Nieto ha marcado un precedente de prudencia, gobernabilidad y responsabilidad manifestando públicamente a todos los Sectores de la población “Respetaremos la libertad de expresión, no vamos a caer en la tentación de la represión”, escuchamos también de los encargados de hacer valer la ley que se terminará con la impunidad, que lamentablemente se convirtió en el detonador de una larga cadena de perversidades alentadas por interese poco claros y que inexorablemente conducen a quebrantar la Ley.
En fin, la mayoría de los mexicanos hemos manifestado de diferentes formas que México es más grande que los intereses de unos cuantos, que apoyamos con todo la aplicación de la Ley, lo que esta marca, ni más ni menos para fortalecer el Estado de Derecho y la paz en nuestra nación. Nuestra patria ha salido adelante con el trabajo y la participación de todos, no permitamos que unos cuantos la desquicien.
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