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REDES SOCIALES, IMPORTANTES HERRAMIENTAS DE ADAPTACIÓN EN CONTEXTOS URBANOS


Nezahualcóyotl es el segundo municipio más poblado del Estado de México, colindante con el oriente de la Ciudad de México (CDMX), proveedor histórico de mano de obra de la capital del país, y ha sido punto de migración interna y externa.






El doctor Carlos Vélez-Ibáñez estudió los diferentes niveles sociales de la vida cotidiana en donde los años setenta no había infraestructura hidráulica y eléctrica.

Un promedio de 10 mil personas al mes, emigraron a Estados Unidos para emplearse como trabajadores agrícolas -en un inicio en California.

“Sin agua potable, sin drenaje, su gente logró sobrevivir en Netzahualcóyotl, y las redes sociales, de confianza y de familia fueron los principales mecanismos por los cuales la población podía sobrevivir a esas condiciones”, comentó el antropólogo social.

El director fundador de la Escuela de Estudios Transfronterizos en la Universidad Estatal de Arizona, ofrecerá la conferencia “De Nezahualcóyotl a Aztlán: Una migración intelectual de un peregrino transfronterizo”, en “Casa Colef” sede Ciudad de México de El Colegio de la Frontera Norte.

Vélez-Ibáñez tuvo dos intereses como antropólogo, dos preguntas que se planteó, cómo sobrevive la gente cuando no debería sobrevivir?, y ¿cómo la gente tiene éxito cuando no debería tener éxito?

“Nezahualcóyotl es ejemplo de un proceso de adaptación, de cómo poder crear una vida cotidiana y conformara plataformas estables para las siguientes generaciones, y eso fue lo que hicieron sus habitantes migrantes”.

El investigador explicó que Nezahualcóyotl -creada como municipio en 1963, pero como ciudad a partir de 1940- era un sitio con una dinámica muy fuerte de migración, con ventas de lotes privados sin infraestructura, lotes que llegaron a venderse hasta en 16 veces a diferentes familias, lo que hizo surgiera el Movimiento Restauración de Colonos.

“Nezahualcóyotl tenía en los años setenta poco más de 550 mil habitantes y después de una década su población era poco más del doble (1,341.320, datos de INEGI).

La migración consistía en la llegada de más de diez mil personas al mes procedentes de todas partes, principalmente de las colonias proletarias del Distrito Federal e interior del Estado de México, Puebla y Oaxaca, así como de otras partes del país, y la razón es porque en ese entonces se estaba dando un cambio estructural importante en México en términos económicos y para ello se concentró una política urbanista, ya que el objetivo era crear una estructura de industria que sustituye las importaciones de materias de Estados Unidos y otros lugares del continente”.

Añadió que esa misma política estimuló la migración de miles personas de sitios urbanos y rurales, pero también de otros lugares al centro del país, y Nezahualcóyotl era una de las pocas partes a donde la gente podía llegar, comprar lotes, establecerse y construir sus casas; en ese sentido fue un experimento de la política urbanística, y la migración de millares de personas para alcanzar una vida mejor fue parte de ese proceso.

Al mismo tiempo, una porción de sus habitantes ya había trabajado en Estados Unidos como braceros entre 1942 y 1965 – el término bracero surgió del Programa Bracero (1942-1964), como se conocía de manera informal el acuerdo suscrito entre Estados Unidos y México y que tenía como objetivo satisfacer la demanda de mano de obra del gobierno estadounidense – y habían regresado a sus respectivos estados.

Cuando la situación económica alcanzó niveles de alarma a finales de los años sesenta y principios de los setenta en las regiones rurales de México y en colonias proletarias del Distrito Federal, muchas de esas personas, que contaban con la experiencia de haber sido braceros, se mudaron a Nezahualcóyotl, y lo hicieron también habiendo aprendido a organizarse políticamente, pues habían participado en movimientos laborales en California.

Las redes sociales son medios de adaptación cruciales en la migración transnacional y en las cuales las personas interactúan unas con otras.

Las poblaciones mexicanas tanto en Nezahualcóyotl como en Los Ángeles, y en otras partes, viven, junto con los procesos de aculturación en el que se encuentren, si hablan inglés o español, en redes sociales que son básicamente las mismas, sustentadas en interacción de ayuda, de parentesco y de amistad en diferentes contextos, en el trabajo, en la escuela, barrios, dijo el investigador.

Son ayudas mutuas con integrantes de la misma comunidad de las que surge la confianza, y esta es la base de valores para establecer redes de interacción sociales densas, con las que las personas cuentan para enfrentar un problema que se tenga que resolver, y dentro de esas redes viven su vida emocional.

Mencionó que estas redes son muy importantes para sobrevivir la vida cotidiana cuando se tienen ingresos modestos y dan respuesta a las preguntas clave que siempre ha tenido dentro de sus intereses académicos ¿cómo sobrevive la gente cuando no debía sobrevivir?, y ¿cómo tiene éxito la gente cuando no debían de tener éxitos?

“Estas redes son como los agujeros negros del cosmos, cualquier persona que se acerca a esas redes las integra inmediatamente. Parte de la respuesta a esto es que las redes son densas, pero no cerradas”.

Añadió que son muchas las ocasiones en las que esas redes sociales se cementan (a través de la convivencia en bodas, bautizos, cumpleaños y diversos festejos, así como la prestación de mano de obra para realizar diversos trabajos) y estas relaciones para personas en condiciones modestamente económicas son clave para sobrevivir donde no debían sobrevivir.

Estas redes sociales han ido evolucionando para adaptarse a los nuevos contextos social y económico, pero también cambian en sí mismas, y en ello la educación cobra un papel importante, ya que las personas que se van profesionalizando empiezan a perder esas relaciones y se quedan viviendo en familias nucleares.

“Sin embargo, estas redes continúan densas en familias de nivel socioeconómicamente alto como Larissa Adler ha demostrado en sus obras recientes. Igualmente en Estados Unidos se ve algo semejante con el uso de medios electrónicos y páginas web cuando que mantienen datos de eventos importantes entre familiares”.

Y lo mismo ocurre en Nezahualcóyotl donde la vida cotidiana es muy densa entre las personas que interactúan para ayudarse unas a otras.

Carlos Vélez-Ibáñez destacó que parte de los elementos de sus investigaciones se formaron a través de los trabajos de los antropólogos sociales Ángel Palermo, fundador del CIESAS, de quien estudió su teoría y metodología; Larissa Adler, quien mostró cómo las redes sociales mantienen una vida cotidiana para personas que se encuentran en peores condiciones; y Gonzalo Aguirre Beltrán, que creó la idea de regiones de refugio, la cual ha usado también como marco de referencia teórica.

Igualmente hay un trío de académicos estadounidenses que ha influido en su quehacer científico: Eric R. Wolf, Richard Adams, quien realizó investigación en Guatemala enfocada en la política de poderes en Centroamérica; y Michael Kearney, uno de los primeros en generar interés en realizar estudios transfronterizos.

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