¡…GUERRA DE PAPEL…!
No cabe la menor duda que, como dicen en los ranchos, “el miedo no anda en burro”. Y es cierto.
Porque el Jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, anunció ante la sorpresa de muchos que el amparo que promovió fue para evitar ser “arrestado” por una serie de adeudos que se generaron en administraciones anteriores.
¿Y…?
Si efectivamente existiera el valor intrínseco de la justicia en México, los barrotes de las cárceles serían acariciados con anhelo de recobrar su libertad, por cientos de funcionarios corruptos.
Pero como estamos en México, en este “país, paraíso de fraudes”, “no pasa nada”.
La lección de Mancera es aleccionador, es decir, se demuestra por enésima vez los recovecos que guarda la justicia mexicano donde “hasta el más chimuelo, mastica tuercas”.
La acción de Mancera no es más que un acto de exhibicionismo, un acto circense, un acto denostador, un acto de vergüenza y cobardía, un acto que se da en el marco de la impunidad, donde ese abanico de impunidad se abre nuevamente para proteger a quienes en el pasado han delinquido.
Mancera de alguna forma tiene razón, porque han sido los múltiples reclamos de todos los sectores de la sociedad, pero se niega a ver no solo la paja que tiene frente a sus ojos, sino la viga… esa vigarreta que como si fuera un mallete, se impone para no ser ejecutoriado en su contra.
“Es algo que tiene que ver pues con adeudos anteriores en el caso concreto, creo que ya está resuelto, pero esto así“, explicó en entrevista colectiva, que a ciencia cierta y en su preciso momento, se desconocía de qué estaría hablando, por ejemplo, del adeudo histórico de la ex Ruta 100; del predio El Encino; de las desapariciones forzadas por parte de elementos policiacos, en fin…
El amparo concedido el día 12 por Raúl Angulo, Juez Segundo de Distrito en Materia Civil, lo tramitó Mancera después de que un juez federal ordenó arrestar al Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, por negarse a pagar una deuda de 23.1 millones de pesos a una contratista.
La empresa BR Ingeniería y Diseño, con la tenacidad y apoyo de un buen buffet jurídico, demandó el pago de 23.1 millones de pesos por trabajos extraordinarios en la construcción del deprimido en Eje 5 Poniente y Sur 128, inaugurado en 2006.
La inauguración se dio en la gestión del ahora senador Alejandro Encinas.
Ahora la Secretaría de Finanzas será quien deba pagar a BR Ingeniería y Diseño, que lamentablemente esa filial tendrá que esperar y formarse en “esa gran fila de acreedores”, porque el Gobierno de la Ciudad de México no está acostumbrado en cumplir sus pactos y compromisos políticos y mucho menos económicos y financieros.
Los gobiernos izquierdistas han sido un lastre, que más bien pareciera, una caterva que no solo vinieron por el famoso “año de hidalgo”, sino que implantaron la modalidad de “el sexenio de hidalgo”.
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