PROCESO CONTRA ROUSSEFF, ES POR INTERESES DENTRO Y FUERA DE BRASIL.

En el proceso que se sigue contra Dilma Rousseff hay un contexto más amplio que el de las últimas semanas, pues el golpeteo hacia su mandato por parte de la derecha brasileña inició prácticamente luego de su reelección.

La Doctora, Tania Carranza Gaytán, profesora-investigadora de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACDMX), y especialista en los procesos sociales y electorales del país sudamericano, señaló que en la actual crisis brasileña están jugando intereses dentro y fuera de aquélla nación, en especial los económicos y territoriales de Estados Unidos, así como la nueva presidencia de Mauricio Macri en Argentina.

Al explicar cómo llegó Brasil a su actual crisis política, recordó que las últimas elecciones en aquel país ocurrieron en el 2014 pero, dado que las leyes obligan a una segunda vuelta para asegurar la mayoría absoluta, esto obligó a los partidos a presentarse en coalición.

Desde el 2010 la planilla ganadora fue la que contenía a Rousseff para la presidencia, por parte del Partido de los Trabajadores (PT), y a Michel Temer para la vicepresidencia, por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

En 2014 se reitera la preferencia electoral por esta planilla, de manera que Rousseff llega a la presidencia con 54 millones de votos, aunque con un escaso margen de tres millones de votos respecto de la segunda fuerza, el Partido de la Socialdemocracia Brasileña.

La segunda vuelta no sólo llevó a Dilma a la presidencia, sino que –a decir de la Dra. Carranza– “también llevó a la derecha brasileña a estar muy enojada desde la elección; se pidió recuento de votos, hubo manifestaciones de descontento y, a pesar de que fue evidente la preferencia de los electores por Rousseff, comenzó un ataque constante y sistemático, un golpeteo hacia su mandato desde hace dos años”.

“Finalmente, en la constitución brasileña existe el proceso de impeachment, que en español podemos traducir como ‘juicio político’ y la eventual destitución por alta traición”. Dicho proceso de juicio político fue abierto por el presidente de la cámara de diputados en octubre pasado, Eduardo Cunha del PSDB, quien, paradójicamente, junto con otros personajes de la política brasileña, está siendo perseguido por corrupción.

“Aún así se abre la comisión de impeachment, pero ésta no se dedica a buscar los delitos que pudiese haber cometido Dilma, sino que declara la existencia de un `crimen de responsabilidad’, el cual, aunque existe en la Constitución, no es un delito del que pueda hacerse responsable a Rousseff”.

Lo que ocurrió es que la comisión argumentó la existencia de un crimen a partir de una práctica que en Brasil se conoce como ‘pedaleadas fiscales’ o pedaladas fiscais (en portugués), es decir, cuando el gobierno modifica el destino de una partida presupuestal hacia otras necesidades de la administración pública, “es lo que en México conocemos como ‘re-etiquetar’ las partidas presupuestales, pues hay una necesidad de ajustes, es tan simple como eso”.

“Esto lo hace cualquier gobierno, lo hacen los gobiernos de los estados, de los municipios, y no sólo en Brasil, sino en cualquier parte del mundo. Es decir, no constituyen ningún delito, pero es el único ‘crimen’ por el que pudieron perseguir a Rousseff”.

La académica llamó también la atención a la manera en que ocurrió la votación, “los diputados están obligados a argumentar su voto, pero quienes votaron a favor del impeachment no presentaron pruebas o datos, sino que la mayoría se concentró en nombrar a su familia y a Dios”.

Carranza Gaytán explica que esto, en el contexto brasileño, tiene una gran carga política pues “la derecha tradicionalmente se ha reunido en un grupo denominado ‘integralistas’, que ha existido a lo largo del Siglo XX, que presionaron de una manera muy importante al presidente Getulio Vargas, presión que, entre otras cosas, lo llevó al suicidio en 1954, y que apoyaron decididamente el golpe de Estado militar de 1964”.

“El lema de estos ‘integralistas’ en ése entonces fue ‘por la familia y por Dios’, hoy es el mismo argumento que usaron los diputados para el impeachment”.

Advirtió que existe una presencia innegable y preocupante de ésa derecha y de los militares en el ambiente actual en Brasil, “incluso uno de los diputados, Jair Bolsonaro, hace su voto en memoria del General que estuvo a cargo de las torturas durante la dictadura y que torturó a la propia Dilma. Es una circunstancia muy cínica y muy delicada”.

El proceso tardará en el Tribunal Superior Federal 180 días para decidirse, así como en el Senado y, terminado ese periodo, se sabrá el resultado.

En cuanto al actual presidente interino, Michel Temer, la académica cuestionó su trayectoria “tuvo cargos durante la dictadura, una dictadura militar férrea, durante la cual ocurrieron torturas, desapariciones, exilios y despojo; Temer ocupó puestos a partir de 1970, sobre todo en temas judiciales, por lo que habría que preguntarse qué papel jugó durante ese periodo de la historia de Brasil”.

Añadió que si bien no es el primer caso de impeachment en Brasil, “este proceso es totalmente distinto al que ocurrió con Fernando Collor de Mello en 1992, aquél sí tuvo razón de ser, pues la Comisión de revisión de la Cámara de diputados encontró desvíos de recursos, malversación de fondos muy claramente reconocidos, pues ocurrieron hacia gastos personales, de Collor y de su familia, en especial de su esposa”.

El ex-presidente pasó tiempo en la cárcel por estos delitos, “y habría que cuestionar al sistema político brasileño que hoy le permite ser senador a esta persona, pues en el colmo, pudo votar el impeachment de Dilma Rousseff”.

“Todo esto me lleva a pensar que no estamos hablando de un proceso que ayude a consolidar o a fortalecer a la democracia brasileña, por el contrario, se trata de un golpe a la democracia, dado que no existe crimen que perseguir”.

La Dra. Gaytán advirtió que el proceso en Brasil no puede entenderse fuera del contexto latinoamericano, “no es el primer golpe parlamentario que ocurre luego de la vuelta a la democracia, a partir de la llegada de gobiernos de izquierda han ocurrido estos golpes, uno de los primeros ocurrió en Paraguay con la destitución de Fernando Lugo, después en Honduras contra Manuel Celaya (que también tuvo contra sí elementos militares)”.

“No puede dejarse de ver el reacomodo de otras fuerzas políticas en el continente, no es casual que uno de los presidentes sudamericanos que recibió una visita de estado reciente por parte de Barack Obama fuera Mauricio Macri. No sabemos de qué hablaron, pero ciertamente Macri negoció una serie de temas con los empresarios brasileños antes del impeachment. Así que no sólo se notan los intereses de Estados Unidos en la crisis brasileña, pareciera que todo se orquestó desde Argentina”.

Afirmó que los intereses comerciales y económicos de Estados Unidos en la región pesan en el proceso, “las alianzas de varias naciones sudamericanas con Rusia y con China, primero en el BRICS, del cual Brasil era puntero, y luego en el Mercosur, fueron otra de las circunstancias que provocaron el proceso contra la presidenta Rousseff. Uno de los escenarios posibles que abre la actual coyuntura es el desmantelamiento del BRICS y del Mercosur”, advirtió la académica.