Elsabueso Mexiquense
CNTE en picada
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto cruzó el Rubicón tras las elecciones intermedias del 7 de junio de 2015. Luego de años de estirar la liga, violentar la legalidad y recibir múltiples concesiones gubernamentales como resultado de sus acciones de protesta en contra de la reforma educativa, un día después de la jornada comicial el entonces secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, anunció la “reactivación” de la evaluación docente, que la misma Secretaría a su cargo había “suspendido” a finales de mayo del mismo año.
De acuerdo con la Lectura Política 857, en ese mismo movimiento, se diría que perfectamente coordinador, concluyeron las negociaciones entabladas entre la Coordinadora y la Secretaría de Gobernación (Segob). Resulta elocuente que, a partir de ello, poco o nada se dice o se sabe del subsecretario Luis Enrique Miranda, quien hasta entonces manejó las negociaciones con los maestros disidentes de manera discrecional y a billetazos. Pero el golpe más contundente ocurrió a mediados de julio del 2015, cuando el gobierno federal movió al gobierno del estado de Oaxaca para modificar la estructura e integración del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (ieepo) con el objetivo de rescatarlo de la Sección 22 del snte, controlada por la Coordinadora, que lo utilizó desde 1992 como fuente de recursos financieros y de control político de sus agremiados.
Sin el ieepo bajo su control, la cnte vino en picada. Esta condición ayuda entender que el nuevo titular de la sep, Aurelio Nuño, se haya dado el lujo de presumir que, con la intervención de órgano educativo oaxaqueño, “se han tenido avances muy rápido para desarticular la red clientelar y corporativa” de la disidencia magisterial. Por lo mismo, dijo en conferencia de prensa el lunes pasado, ya se trabaja en coordinación con los gobiernos de Michoacán y Chiapas en la “restructuración” de sus secretarías de Educación.
La fuerza de la cnte en ambos estados es menor a la que poseían (¿poseen?) en Oaxaca. Pero distintos reportes registran que en las primeras entidades la disidencia tiene influencia en varias áreas de dirección del órgano educativo, así como en la estructura de supervisores y jefes de sector.[1] Por su parte, el investigador Carlos Ornelas, experto en materia educativa, estima que alrededor de seis mil integrantes de la cnte —aunque su cálculo parte de que ni las propias autoridades tienen cifras precisas— mantienen ocupada la estructura de la Secretaría de Educación de Michoacán.
Al menos en la partida contra la cnte, el gobierno parece llevar ganada la partida con amplia legitimidad. Aunque la Sección 22 tiene una larga historia de resistencia. Además, sus agremiados siguen siendo miles de trabajadores de la educación y mantiene nexos con otras expresiones sociales, como parece que sucede con el movimiento parista del Instituto Politécnico Nacional (ipn), el cual, al menos por ahora, se mira relativamente encauzado hacia el completo restablecimiento de las actividades académicas.
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