LA GENTE ESTA CANSADA DE PROMESAS FALSAS DE PARTIDOS

Ningún partido político resultó triunfador, este cinco de junio las y los capitalinos demostraron que están molestos, que están enojados y la indiferencia fue su respuesta. Un 28 por ciento de participación no puede dejar satisfecho a nadie, y en este abstencionismo se debe asumir y enfrentar nuestra responsabilidad.

Definitivamente ni partidos ni organizaciones sociales ni medios de comunicación hemos sido capaces de hacer entender y sentir la importancia de que los capitalinos vamos a tener nuestra primera Constitución, algo extraño cuando las y los capitalinos somos los más críticos y exigentes del país.

Resulta paradójico que un nuevo Acuerdo Social, una carta propia de libertades y derechos no haya encendido los ánimos y las emociones, no sólo para salir a votar, sino para involucrarnos a todos de lleno en este histórico proceso.

Nosotros no estamos satisfechos pero, que quede muy claro, tampoco derrotados.

Entendemos que el PRD sigue pagando políticas mal aplicadas y en ocasiones mal entendidas, como el endurecimiento del Hoy No Circula.

Si bien es una medida que va acorde con nuestra ideología de que el auto particular debe dejar de ser el eje de la movilidad en nuestra ciudad, ha afectado de manera inequitativa a la ciudadanía.

Al no aplicarse medidas integrales y en toda la zona conurbada, los automovilistas de la ciudad, con justa razón, no comprenden por qué tienen que ser los únicos que contribuyan a la necesaria y urgente lucha contra la contaminación, que, en la coyuntura, debe ser una de las principales tareas del Estado.

De igual forma los actos de corrupción y la falta de transparencia ya no deben tener cabida en nuestro partido, debemos atajarlos sin concesión alguna.

Y los servicios de calidad deben ser una realidad y no una penuria constante para los habitantes de la ciudad, que son quienes más recursos aportan en el país con sus impuestos.

Hablamos desde el acceso al agua de calidad hasta el derecho a tener calles que no parezcan campos de batalla para caminar, para andar en bici o para manejar, sobre todo ahora que otras fuerzas políticas también tienen responsabilidades de gobierno.

Con todo y la baja participación la gente confirmó que la ciudad vota a la izquierda y el mandato es claro: continuar con la defensa de las libertades y avances que el PRD ha conseguido y que las y los ciudadanos quieren acrecentar.

Por eso y porque gobernamos al mayor número de capitalinos, porque somos las y los diputados más productivos en la Asamblea Legislativa, ahora nuestro compromiso es mayor.

Y es que por efecto de las y los designados somos el partido que más representación tendrá en la Asamblea Constituyente, porque no debemos olvidar que la Constitución de la Ciudad de México es y será un logro de la izquierda, de la izquierda que en su momento unida dio la batalla una y otra vez, hasta que consiguió la Reforma Política de la Ciudad aun tras la división de quienes juntos emprendimos desde hace mucho la lucha por nuestra plena autonomía y por un trato justo en la relación con el gobierno federal y el resto del país.

Y para seguir siendo la primera fuerza política en el 2018, a pesar de la mayor fractura de la izquierda, el camino no será nada sencillo.

No será fácil recuperar la confianza de las y los capitalinos que hoy muestran decepción o, peor, indiferencia hacia nosotros.

Pero ya comenzamos.

Hace unos meses, hace unas semanas había quienes auguraban que no llegaríamos a conseguir ni 10 lugares en la Asamblea Constituyente. Hoy sabemos que con nuestras y nuestros candidatos aquí presentes se ganarán al menos 19 lugares para pelear y seguir con la lucha por las causas y temas que más nos interesa defender a las y los capitalinos.

Ya comenzamos porque entendimos que el partido tiene que regresar a su vocación de origen, porque pusimos al partido en las manos de la sociedad civil.

Ya comenzamos porque a pesar de las presiones de algunas expresiones internas se lograron acuerdos como este, para que mujeres y hombres externos de lucha y con importantes trayectorias conduzcan junto con nosotros al Partido del Sol Azteca.

Hace un año la división de la izquierda dejó entrar al PAN y al PRI con mayor fuerza a la Ciudad, ayer refrendamos que las y los chilangos son de izquierda, y que el PRI y el PAN no tienen ni tendrán lugar en la capital del país que mal han gobernado durante un siglo.

Ahora tenemos que demostrar qué izquierda somos, tenemos que demostrar en el gobierno central, en las delegaciones, en la Asamblea Legislativa y en la Asamblea Constituyente de qué y para qué estamos hechos.

Para eso tenemos un año y medio por delante. Un año y medio en el que tenemos que concentrarnos en luchas específicas como impedir de una vez por todas que las desarrolladas inmobiliarias y los grandes consorcios sigan depredando nuestra ciudad, nuestro suelo de conservación y expulsando a las familias de sus colonias de origen; tenemos que hacer que el derecho más importante de las personas sea una realidad y no sólo de papel: el derecho al agua y a un ambiente sano.

Para ello tenemos que exigirle a Peña y a su gobierno que implementen medidas integrales, que destine recursos suficientes para ampliar el transporte público y que sus gasolinas dejen de estar mermando gravemente nuestra salud.

Tenemos que seguir dando la batalla por un salario digno y por enfrentar la informalidad laborar y darle cauce.

Tenemos que acabar con la discriminación, la segregación y con la violencia hacia las mujeres con medidas asertivas y que marquen la pauta en todo el país; y tenemos que trabajar por todos los frentes para lograr el principal objetivo de la izquierda que es la igualdad.

No hay cabida a titubeos somos de izquierda y somos la oposición del gobierno priista.

Y para todo ello, ellas y ellos están aquí. Y aunque durante este periodo de campaña los medios de comunicación no pusieron especial atención en sus perfiles y trayectorias, en los siguientes meses tendrán la oportunidad de darlos a conocer con su trabajo en la Asamblea Constituyente. Y serán pieza clave para que el Partido de la Revolución Democrática, que muchos comenzaban a dar por muerto, siga viviendo y con más salud y fuerza que antes, y recupere así la gran confianza que los capitalinos depositaron en nosotros en el año 2012.