NO HAY ACCIONES DE PREVENCIÓN, EN LAS ANTICIPATORIAS EN CONTAMINACIÓN AMBIENTAL

El anuncio de la nueva norma federal emergente de verificación vehicular es una medida parcial y que faltan otros grupos de anuncios sobre el control de la contaminación atmosférica,

El Gobierno Federal está adoptando una estrategia inconsistente en la política de control de la contaminación atmosférica, ya que sigue centrado en las medidas finales del proceso, pero no en las acciones de prevención, en las anticipatorias, señala el PRD.

En especial, no hay avance ni anuncio alguno en cuanto a calidad de los combustibles, y, al contrario, PEMEX ha pospuesto nuevamente las inversiones para producir mejores gasolinas con menos contenido de azufre.

Tampoco se han avanzado medidas concretas para el control del parque vehicular de carga de regulación federal, cuyas emisiones constituyen uno de los principales problemas de contaminación de la Zona Metropolitana del Valle de México y en general de la megalópolis.

Del mismo modo, no se anticipan medidas de estímulo fiscal para la renovación del parque vehicular con unidades eléctricas o híbridas, ni estrategias presupuestales coordinadas con los gobiernos locales para acelerar los sistemas de transporte público de calidad en la Zona Metropolitana.

A partir de esta norma federal emergente los gobiernos del la CDMX, el EDOMEX y los otros de la región deberán emitir sus normas locales de verificación.

Sin embargo, y por el grado de rezago de las otras entidades, es previsible que no apliquen a plenitud los nuevos esquemas de verificación, y que no se armonicen las medidas de control de emisiones en general.

Hasta ahora el esfuerzo ambiental ha sido asimétrico entre la CDMX y el EDOMEX.

Por su parte, el Gobierno Federal durante muchos años fue omiso en la actualización de las normas. En especial no avanzó a tiempo en la aplicación de decenas de medidas que le correspondían y que están contenidas en el PROAIRE 2012-2018.

La emergencia ambiental del Valle de México exigía medidas especiales, pero se adoptaron de forma inadecuada y mal planeada, con costos sociales muy altos para la población.

En especial, fue inadecuado reducir a 150 puntos IMECA la activación de las contingencias ambientales en plena crisis de contaminación atmosférica, y sin disponer de mecanismos compensatorios ante el incremento de las necesidades de transporte público a corto plazo.

La aplicación de la norma emergente y su posterior conversión en una norma oficial mexicana, a más tardar a principios de 2018, puede significar la oportunidad de mejorar la calidad del aire en todas las ciudades mexicanas, pues implicaría aplicar nuevos métodos de verificación y reducir los límites de emisión para los vehículos de más de 10 años de antigüedad y para el transporte de carga.

En los hechos, sin embargo, hasta la fecha el propio Gobierno Federal ha fallado en la aplicación de las medidas de control de los vehículos de carga de regulación federal y tampoco ha promovido la adopción de sistemas obligatorios de verificación permanente fuera de la ZMVM.

Es urgente que la SEMARNAT y la SCT expliquen cómo se aplicará la nueva norma oficial mexicana en todas las ciudades. Mientras se aplique sólo en la ZMVM y en especial en la CDMX, ésta seguirá soportando cargas y costos asimétricos a costa de la mayoría de la población y de la competitividad local.

En las próximas semanas será necesario que la Comisión Ambiental de la Megalópolis explique cómo avanzará y recuperará el tiempo perdido en la aplicación de todas las medidas contenidas en el PROAIRE 2012-2018 y que tienen un gran rezago, sobre todo en lo que corresponde al propio Gobierno Federal.