LA POLÍTICA... CON VISTA AL MAR
VERACRUZ QUIERE HONESTIDAD Y TRABAJO PRODUCTIVO
El pueblo de Veracruz no quiere más pleitos ni venganzas; si es cierto quiere justicia, Justicia con mayúsculas, no desquites pasionales, pero sobre todo quieren los veracruzanos honestidad y trabajo productivo, creación de riquezas, no episodios estériles de cobro de cuantas personales de odio acumulado. La sociedad quiere serenidad, seriedad, madurez en el ejercicio del poder, que la administración pública se re encause; que el nuevo gobierno entienda que tiene una gran deuda, que le impone el triunfo electoral para beneficio de sus gobernados. No para vender fuerza política para algún partido o candidato rumbo a la Presidencia de la República.
La tarea que queda al próximo gobierno no es sencilla, la economía, las finanzas, la inseguridad, la corrupción y la impunidad no ofrecen muchas libertades. Los graves asuntos pendientes no darán tregua, no se puede perder fuerza en revanchas. Tampoco se debe dejar, como se prometió en campaña, sin castigar penalmente a quien lo merezca. Debe haber justicia. Pero no debe desatenderse el ejercicio de un gobierno probo y comprometido, por la enorme deuda social, que exige el desempeño correcto a que tiene derecho el pueblo de Veracruz.
El primero de diciembre de 2016, dentro de poco más de cuatro meses, correrá el reloj consumiendo los 24 meses de fugaz periodo gubernamental; la inexorable cuenta regresiva que limita el tiempo del mandato. Casi inmediato, los primeros meses de 2017, en medio de todos los problemas heredados que no admiten dilación, el estado se conmoverá con la elección para renovar el poder municipal de los 212 ayuntamientos. La geopolítica ha cambiado en Veracruz, nuevas corrientes actuarán en los municipios, la lucha será a fondo y sacudirá al estado, se puede aventurar que no será fácil. Las pasiones municipales históricamente han sido intensas y dejan heridas.
Luego, a principios de 2018 la efervescencia por la sucesión presidencial estará en su apogeo, habrá que agregarle la sucesión de gobernador, de Miguel Ángel Yunes Linares, de los bienales diputados locales y por supuesto de diputados federales y senadores. Como es fácil darse cuenta, no solo es el desempeño normal de la función de administrar el gobierno, sino afrontar el
innegable sacudimiento que en la sociedad veracruzana tendrá el fenómeno de las múltiples elecciones y la renovación insoslayable del paisaje humano en Veracruz y en todo México.
Se impone la conciencia profunda del deber social, no la vanagloria de un triunfalismo hueco sino el peso de un triunfo político que es deuda y obliga. No está la época para fiestas ni lanzamientos eufóricos de cohetes, sino para hacer cuentas de que hay mucho que hacer. Veracruz no está para jolgorios ni falsas celebraciones, hay mucho que trabajar.