¡…GUERRA DE PAPEL…!
Cuando los políticos pierden el piso comienzan a divagar creyéndose ser los “valedores” de este pobre México, que día con día sufre las vicisitudes de sus malos gobernantes.
Hasta antes de la renuncia fortuita de Manlio Fabio Beltrones a la presidencia del Partido Revolucionario Institucional, se tenía una gran ilusión que el ex gobernador Sonora pudiera enarbolar ese tan codiciado peldaño para lograr ser huésped distinguido de Los Pinos, pero su correlación del poder también le hizo perder la calma y en un arrebato prefirió dimitir al tricolor por tratar de culpársele de la pérdida de cinco gubernaturas durante las elecciones federales intermedias del 5 de junio, pese a sus urgentes llamados al Ejecutivo federal de castigar a los bien reconocidos gobernadores corruptos y presuntos ladrones.
Los tricolores podrán hacer lucubraciones de poseer a los “mejores” políticos, pero ni eso la sociedad ya cree en ellos porque desde el momento en que Enrique Peña Nieto ganó las elecciones federales presidenciales del 2012 y las pifias en que lo involucraron con los escándalos familiares y un colateral presunto enriquecimiento ilícito, el panorama para el Institucional se torna mucho más difícil.
Los bohemios que ostentan el poder ya no saben qué hablar, sienten que por estar en alguna gubernatura piensan que “ellos son los buenos”, toda vez que se observa en las diferentes entrevistas que conceden a una prensa controlada y estigmatizada -no muy convincente de credibilidad por sus oscuros y fatuos intereses que arrastran con las mafias del poder-, tanto lo que le corresponde a la izquierda, a la derecha o al centro.
Eruviel Ávila habló de sus sueños guajiros. Considera que su papel como gobernador del Estado de México –sepa de políticos que a través de la historia han sido satanizados al pertenecer al Grupo Atlacomulco-, ya se ve sentado y columpiándose en los cuernos de la luna, solo que los hechos de sangre que arrastra esa entidad en contra de las mujeres (llámese feminicidios), lo establece como un político nada confiable y omiso para aclarar tantos homicidios que se registran en la entidad mexiquense.
Augura con cierta incredulidad que “el PRI puede mantener el poder en 2018”, pero presume que lo haría “con un buen candidato; el PRI permanecerá en Los Pinos”, y deja entrever que ese “tapado” debe contar con una probada “experiencia y capacidad de unificar; (ese sería) el perfil ideal”.
Pese a su exponencial empacho de que las bases priistas se fijen en él para distinguirlo como uno de los candidatos presidenciales, manifiesta que primero cumplirá con la encomienda que el pueblo voto por él para ser su gobernador del Estado de México, no obstante que “el futurismo distrae y por ahora pretende cerrar su gobierno con broche de oro. Lo mejor está por venir”, vaticina sin titubeo alguno.
Sin duda alguna, no da cuenta que Eruviel fue un afortunado por haber llegado a ser gobernador del Estado de México gracias a sus presiones de coquetearle al PAN y PR, pero gracias a “su amistad” con Enrique Peña Nieto, que si bien no pertenece directamente al grupo Atlacomulco, fue un indicio que en ese núcleo comienzan a faltarle sus talentos dentro de la política y ahora forzosamente tiene que abrir la puerta para mantener el bastión del PRI en el poder mexiquense.
Uno que parecía ser hasta presidenciable o ya de perdida, aspirante a la gubernatura del Estado de México, era el ex secretario de Hacienda Luis Videgaray, quien luego de ser renunciado a su cargo, los momios políticos cambiaron drásticamente porque él ha aclarado no interesarle entrar a las contiendas electorales que seguramente tendrá razón, porque está identificado como un neoliberal tecnócrata por su nula presencia y arraigo en la entidad mexiquense.
Otro de los que se mencionan es Alfredo del Mazo Maza –hijo de quien fuera gobernador del estado-, que pese a ser uno de los “candidatos favoritos” de Peña, tiene arraigo porque nació en la entidad y que pudiera configurarse para retener el poder, no solamente a través de una elección fraudulenta, sino convenios con los partidos políticos de oposición identificados como PRD, PAN y ahora Morena.
José Manzur Quiroga, secretario de Gobierno eruvielista, podría ser otro de los políticos aspirantes por su basta experiencia y trayectoria en la política estatal, además de una relación cercana con el ex secretario de Hacienda Luis Videgaray Caso, quien lo nombró en su momento presidente de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputados antes de que fuera llamado como responsable de la de Gobernación en el Edomex.
Los analistas políticos señalan que a Manzur también se le ve cercano al gobernador Eruviel Ávila y se le ubica como uno de los políticos más experimentados.
Pero hay algo en contra de Manzur. Los problemas de inseguridad en la entidad mexiquense pese a los apoyos federales y a una fuerte inversión, serán uno de los talones de Aquiles en la campaña del 17.
Pese a su alto poder, recientemente hubo una fuga masiva y un motín en el Penal de Barrientos, donde existen problemas graves de sobrepoblación y deficiencias en el sistema carcelario y de justicia mexiquense, a cargo del propio secretario de Gobierno.
Entre otro de los ungidos para la grande del Edomex, figura Carlos Iriarte Mercado. Es un político de 49 años de edad, combina su origen popular con amplia trayectoria partidista priista, sobre todo en el gobierno mexiquense.
Es estudiado hasta con un posgrado en Harvard. Hijo de una lideresa popular del PRI en el estado, Iriarte fue alcalde de Huixquilucan, diputado federal y varias veces secretario en el gobierno estatal. Conoce y maneja la estructura priista en la entidad y ha ganado varias campañas a distintos cargos de elección en la entidad mexiquense. Podría ser otra carta fuerte del priismo en esa entidad.
Si lo considera o no es cosa de él. Pero Eruvierl Ávila tampoco toma en consideración que el pueblo mexicano no olvida a los avales de sus malos gobernantes, toda vez que se siente fastidiado de tantas reformas estructurales que prácticamente no se han cristalizado al cien por ciento, tan solo reflejándose en los bolsillos de los trabajadores quienes al ganar un miserable salario mínimo –prácticamente de hambre y con inexistentes derechos laborales debido a las reformas estructurales- los ha orillado a la desesperanza, se hallan en una ínsula dando la batalla hasta por la creciente inseguridad que no hay día que haya muertos en las latitudes de todo el país.
Ni el PRI con su candidato “El Tapado”; ni el PAN con su precandidata Margarita Zavala; ni el PRD que tal vez podría ungir al doctor Miguel Ángel Mancera Espinosa; ni Morena a la cabeza Andrés Manuel López Obrador, harían gran cosa porque México está predestinado a seguir viviendo como una nación saturada de miserables y notables cinturones de mediocridad, donde campea la pobreza contrastando con la riqueza en comparsa con la corrupción desde los más altos niveles, hasta los más bajos y donde lastimosamente el policía de crucero es corrupto por antonomasia.
Eruviel Ávila Villegas a pesar de insistir con una evaluación que si el PRI presente un buen candidato en la sucesión del 2018, podría haber ciertas condiciones para conservarse en el poder.
Dejó entrever que él podría figurar entre esos perfiles, ya que si bien no lo confesó abiertamente, lo planteó de tal manera cuál sería el perfil del candidato priista, que debe aglutinar al priismo de todo el país, sobre todo experiencia para gobernar. En el Estado de México, independientemente de él, no hay otro personaje con cualidades presidencialistas.
Expuso que él aún no asume una decisión, porque si bien algunas encuestas lo señalan como uno de los aspirantes a la Presidencia, el futurismo distrae y no quiere distracciones, sino concentrarse. Cerrar su gobierno con broche de oro. “Lo mejor está por venir”, aseguró a través de la prensa mexicana, pero la sociedad enterada advierte que quien manda es Enrique Peña Nieto, a quien todavía se le considera el primer priista del país.
blasalejo@yahoo.com