OFICINA INCYTU CREADA POR EL FORO CONSULTIVO, ES UN GRAN ACIERTO

La Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión (INCyTU), es un proyecto que desarrolla el Foro Consultivo Científico y Tecnológico, para brindar al poder legislativo información equilibrada, precisa y basada en evidencia científica relevante para elaborar políticas públicas relacionadas con la ciencia y la tecnología en México.

Al ser un modelo que realizó a través de la cooperación internacional, particularmente con el Reino Unido, INCyTU constituye un gran acierto del Foro Consultivo, señaló la directora de Proyecto en el Centro para la Diplomacia Científica de la American Association for the Advancement of Science (AAAS), Marga Gual Soler.

“El Parlamento británico tiene un sistema de información científica muy bueno, uno de los mejores del mundo, y el Foro Consultivo inició la colaboración con el Parlamento para intercambiar experiencias; personas del Foro fueron a Londres y del Parlamento británico vinieron a México, porque el Foro no buscó inventar la rueda ni empezar de cero (…) Estamos muy contentos de que México esté avanzando en esta dirección.

“Acortar los tiempos entre un país con un gobierno, acortar el tiempo entre la idea y la implementación, no hay que reinventar la rueda, lo mejor es cooperar internacionalmente con los países que lo han hecho con éxito, pero siempre adaptando modelos al contexto y a la realidad social, política, cultural e histórica del país”, dijo Gual durante la conferencia “Información científica y tecnológica para la política pública”, que se realizó el pasado viernes en Puebla dentro del IV Seminario Iberoamericano de periodismo en ciencia, tecnología e innovación.

La American Association for the Advancement of Science (AAAS) es una sociedad científica general fundada en 1848 con el apoyo de Thomas Alva Edison y Alexander Graham Bell. Actualmente tiene más de 100 mil miembros y 262 sociedades y academias científicas del mundo.

Es una organización no gubernamental sin fines de lucro que además de actividades científicas y la edición de la prestigiada revista Science, desarrolla programas y actividades enfocadas a la política pública, con oficinas en relaciones gubernamentales, análisis en el presupuesto de ciencia e innovación en Estados Unidos, responsabilidad científica, derechos humanos, libertad académica, así como interacción ciencia y religión.

La doctora en ciencias biomédicas por la Universidad de Queensland, en Australia, tiene a su cargo dos programas: Incorporación de científicos e ingenieros en la política pública en Estados Unidos y en el extranjero, y los programas de diplomacia científica.

En 2008, la AAAS creó el Centro de Diplomacia Científica, que tiene entre sus funciones colaborar con países que no tienen relaciones diplomáticas oficiales con Estados Unidos.

“No tenemos ninguna restricción política o económica para colaborar con cualquier entidad u organización en el mundo, usamos esta posición fuera del gobierno, no recibimos financiamiento federal y por eso, tenemos flexibilidad y un alcance que no tienen la mayoría de actores y sectores en el país”, explicó Gual, quien forma parte de los “100 expertos españoles en la innovación” y de los “10 Latinos Think Big Innovadores 2016”.

Se organizan cursos de diplomacia científica para capacitar a los que serán los líderes del futuro. En el curso del año pasado participaron 40 países.

“Personas de Estados Unidos, Cuba, Irán y Corea del Norte nunca hubieran estado juntas de forma oficial, sus gobiernos nunca hubieran mandado personas a sentarse en una reunión, pero como no tenemos ninguna afiliación gubernamental podemos traerlas a dialogar. Son científicos y tienen más en común, que cualquier ideología que los pudiera separar a nivel político, y así es como tratamos de fortalecer las relaciones entre los países, usando la ciencia como punto común”, dijo la exalumna del Programa de Liderazgo de Competitividad Global, de la Universidad de Georgetown, Estados Unidos

Cada año, la AAAS lleva a cabo en Estados Unidos, la que es considerada la Reunión de Ciencia más grande del mundo, con una asistencia de alrededor de seis mil personas.