IMPULSO AL CULTIVO DE PLANTA DE AMARANTO CONTRIBUIRÍA A DISMINUIR DESNUTRICIÓN
El aprovechamiento integral de la planta de amaranto representa un gran potencial y podría convertirse en una actividad productiva competitiva en los mercados nacional e internacional, debido a su alto valor alimenticio y la mayor rentabilidad de sus cultivos, lo que contribuiría a disminuir la desnutrición entre los mexicanos y reactivar diferentes zonas agrícolas.
Los diputados Blanca Margarita Cuata, Norma Xóchitl Hernández y Rodrigo Abdala, integrantes de la Fracción Parlamentaria de Morena señalaron que el amaranto crece en tierra poco fértil y con una mínima cantidad de agua, además de que una sola planta puede producir cerca de un millón de semillas y, sin ser gramínea, puede conservar sus propiedades por más de 40 años.
Subrayaron que de ahí la importancia de que el Congreso de la Unión declare el 15 de octubre de cada año como el “Día del Amaranto”, lo que permitirá impulsar los cultivos en el Estado de México, Morelos, Puebla, Tlaxcala, Veracruz y la Ciudad de México, así como en otras entidades federativas.
En su oportunidad, la diputada Blanca Margarita Cuata Domínguez recordó que el pasado 27 de octubre presentó dicha propuesta ante el pleno de la Cámara de Diputados, ya que las características agronómicas y económicas del cultivo del amaranto aseguran la presencia permanente de este producto en el mercado.
“Una de sus mayores ventajas es la adaptabilidad a distintas zonas de producción y ambientes, con una variación muy amplia que va de los 300 a los 2 mil milímetros de precipitación pluvial anual, en altitudes desde el nivel del mar hasta los 3 mil metros sobre éste, y en suelos de mediana y baja calidad”, puntualizó.
La legisladora morelense destacó que la historia del amaranto se remonta a la época prehispánica y que su producción tuvo su apogeo durante la época precolombina en las culturas azteca y maya. Los aztecas, comentó, producían alrededor de 15 mil a 20 mil toneladas de este grano y más de 5 mil hectáreas estaban dedicadas a su siembra.
“El amaranto era un alimento de gran consumo y altamente apreciado. A la vez, los indígenas le atribuían propiedades vigorizantes, afrodisíacas y hasta esotéricas, considerándolo una semilla sagrada, la cual utilizaban en los rituales de sus ceremonias religiosas. A la fecha, el amaranto se utiliza para adornar tumbas y ofrendas, como ocurre en el Día de Muertos”, detalló.
Asimismo, resaltó que desde 1979 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Academia de Ciencias de Estados Unidos determinaron que el amaranto posee un alto nivel nutrimental y que es uno de los cultivos en el mundo con elevado potencial para su explotación económica y nutricional a gran escala.
“Dicha Academia incluyó al amaranto en la lista de las 23 plantas que pueden ser usadas para mejorar la nutrición y la calidad de vida de las personas en zonas tropicales”, recalcó la también Secretaria de la Comisión de Competitividad de la Cámara de Diputados.
Cuata Domínguez comentó que el amaranto aporta energía como los cereales; proteínas como las leguminosas, y vitaminas y minerales como las verduras. Además aporta 10 veces más calcio que el trigo e incluso es un alimento que se compara con la leche, al ser rico en proteínas, calcio y otros minerales.
Al respecto, indicó que la industrialización del amaranto como actividad competitiva ha sido lenta, debido a que el proceso de transformación del grano se realizado mayormente de manera artesanal. Esto, agregó, ha significado crear nichos de mercado como el naturista y la alimentación alternativa, a través de las “alegrías”, tortillas y harinas.
“Sin embargo, la preocupación de muchos países del mundo, entre ellos México, es desarrollar nuevos productos de consumo masivo: barras energizantes y bebidas para niños, deportistas y adultos mayores. También se busca incorporar la proteína del amaranto a productos de la industria de botanas, cereales y panificación”.