Renuncia Director de CORENA
José Manuel Ávila Cetina dejó de ser Director General de la Comisión de Recursos Naturales (CORENA), del Gobierno de la Ciudad de México (CDMX), el pasado miércoles, tras la denuncia pública realizada por la Fundación para la Protección del Bosque de Tlalpan sobre la existencia de una red de corrupción en la Secretaría del Medio Ambiente (SMA), que encabeza Tanya Müller, con la intención de debilitar la categoría del bosque y quitarle la de Área Natural Protegida para convertirlo en parque de diversiones.
En el lugar de Ávila Cetina fue nombrado Luis Fueyo Mac Donald, quien entre otros cargos fue titular de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) del Gobierno Federal, “de quien esperaríamos no sólo que pare la tala y reforeste lo que tumbó Ávila Cetina, sino que nos acompañe y promueva en la UNESCO la petición para que el Bosque de Tlalpan sea nombrado Reserva de la Biósfera, única en la CDMX”, expresó el presidente de la Fundación, Rafael Sánchez-Navarro Caraza.
El cuatro de febrero los integrantes de la Fundación solicitaron en conferencia de prensa se transparentara la participación del entonces director general de la CORENA, José Manuel Ávila Cetina en la consultoría “Yelizyotl. Estudios de Impacto Ambiental y Proyectos de Desarrollo Sustentable”, firma que no aparece en el padrón de proveedores del gobierno capitalino y en la que el mismo ex funcionario funge como Director General y Representante Legal, lo mismo que Lizbeth García y Abraham Velázquez, ambos realizando labores dentro del Bosque de Tlalpan con cargo a la SEDEMA, y consultores también en la empresa del funcionario cesado.
El ocho de febrero los protectores del Bosque de Tlalpan mostraron en un boletín el evidente conflicto de interés alrededor de la tala de mil árboles, por lo que a finales de mes en la SEDEMA le solicitaron a Ávila Cetina que renunciara al cargo porque ya estaba muy visto en los medios de comunicación, según él mismo dio a entender en una reunión con los integrantes de la fundación, a quienes reclamó su acción mediática que le perjudicó, al momento que para aminorar el impacto les entregó algunos documentos que habían solicitado muchos meses atrás y ahora son públicos.
Sin embargo, dijo Rafael Sánchez-Navarro que aún no han obtenido la información que demuestre fielmente que se hizo el estudio con un valor de 8 millones de pesos para derribar los árboles, lo cual quiere decir que el interés por seguir perjudicando al Bosque de Tlalpan para el beneficio de unos cuantos, “sigue latente y esa red de corrupción dentro de la SEDEMA continúa intacta y sólo movieron a una pieza que ya estaba tocada”.
El mismo cuatro de febrero Sánchez-Navarro acusó a la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (SEDEMA) y a su titular Tanya Müller García, de ejecutar la tala indiscriminada de 300 árboles en la reserva forestal de Tlalpan y autorizar el corte de mil árboles más que está en proceso, pese a que biólogos como Ricardo Calderón afirman es un grave daño al medio ambiente lo que hacen porque están tirando árboles sanos.
Los ocho millones de pesos transferidos por el Gobierno Federal a través de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) a la SEDEMA para la mencionada investigación, fueron pagados a la Universidad de Chapingo, dato tampoco acreditado debidamente por la CORENA ni su instancia superior, la SEDEMA.
Para finalizar, Rafael Sánchez-Navarro Caraza expresó que se mantendrán atentos y alerta para proteger el pulmón de oxigeno de la ciudad, de cualquier tipo de ataque a su vocación natural.