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Negro, mexicano, ni perro

Implica la intolerancia del género humano contra quienes se oponen a sus intereses, o simplemente piensan diferente, decía el filósofo Martin Luther King, asesinado el 4 de abril de 1968, en Menphis, “para tener enemigos basta con expresar lo que piensas”.


El Pastor estadounidense afroamericano, un luchador social en defensa de los derechos civiles de los negros, Premio Nobel de la Paz 1964, su lucha social antisegregacionista incita su asesinato a manos de un racista fanático en 1968, recibe un disparo del francotirador James Earl Ray, ubicado en el balcón del motel Loraine en Menphis, Tennessee.

King muere cuando intentaba mediar una huelga de trabajadores recolectores de basura, el crimen desencadena luto alrededor del mundo, el asesino de Luther King es condenado a 99 años de prisión, habiéndose declarado culpable.

La lucha pacifista y cristiana de Luther King, desemboca en el reconocimiento por parte del presidente Lyndon B. Johnson a los derechos civiles igualitarios de todos los ciudadanos, consolidando al black power, como punto de apoyo a las alianzas electorales, ante la importante influencia de los negros, dentro del poder político Norteamericano, esto es el preámbulo del ascenso al poder del destacado presidente Barack Obama.

Lyndon B. Jhonson en 1968 canceló el viejo estigma de los letreros de las tabernas texanas, que pudimos presenciar: “No se admiten negros, ni mexicanos, ni perros”.

Luther King el 28 de agosto de 1963, ante los ojos de 250,000 seguidores, y la muda presencia de la estatua de Abraham Lincoln, el leñador de Kentucky, quien un siglo antes había abolido la esclavitud en los Estados Unidos, pronunció el más famoso de sus discurso “I have dream”, tengo el sueño de la libertad, con la fuerza de amar, bajo los elementos del protestantismo de salvación cristiana, por ende su prosa alcanza momentos de altísima emoción humanitaria, elevando a la condición de ideal, la simple materialización de la igualdad, algún día la nación existirá sin juzgamiento por el color de la piel, sino por las cualidades de su condición humana; la vigencia de King permanece universalmente perenne en la lucha social espartaquista.

“Tengo el sueño, que un día esta nación se elevara y vivirá el verdadero significado de un credo, manteniendo verdades evidentes, todos los hombres son creados en igualdad y los hijos de los esclavos, serán capaces de sentarse juntos en la misma hermandad, se sofocará el calor de la injusticia y la opresión, trasformando estas tierras en un oasis de libertad y justicia, y mis pequeños cuatro hijos, vivirán en una nación en donde no sean juzgados por el color de su piel, sino por las cualidades de su carácter.”

En otra región del planeta comparece ante nuestra vista, la imagen de la hermosa sudafricana Miriam Makeba, una estupenda cantante Blusera, emblemática del principal patrimonio que detenta el black power; el Blues, el Jazz, si los negros no son poseedores de la libertad, la cadencia de su música, es el contenido axiológico que rompe sus cadenas.

Elvis Presley; un blanco que tuvo éxito en el rock, al producir sus interpretaciones cantando como negro.

Mama África ha producido contra el apartheid, su lastimero cántico de una cadencia de sax y trombón embellecedora de la expresión jazzística contemporánea, quien no podrá recordar a Makeba con su éxito mundial “Ahí Pata Pata”, que todos bailaban y a todos gustaba, con una fuerza vital a la que los gobiernos del apartheid, no pudieron arrinconar o acallar.

Miriam Makeba fue condenada por el gobierno sudafricano en la prohibición de sus discos, con treinta años en el exilio, plasmándose con esto su compromiso político y social, con una biografía testificadora en los registros de los militantes de Nelson Mandela, a quienes se le secuestraba sus discos, como prueba de actividades subversivas, basta poseer la grabación de su voz para ser detenido por la policía blanca sudafricana, por el poder de su cántico, le confiere patente de ciudadanía universal, denunciando su voz el infierno del apartheid que concierne a todos.

Su presencia daba miedo al sistema, llegar a la gente a través de la música, es aterrorizante para el establishment, arriba al concierto de Castel Volturno, en la tierra de la mafia italiana, escenario de una matanza, dos meses antes de seis africanos, en protesta a la masacre entonó su cántico, a pocos metros del lugar donde mataron al empresario Domenico Novielo, Makeba en ese acto realiza el despliegue de resistencia contestatario contra el poder de los clanes italianos, en una plegaria para abatir el aislamiento y la opresión, su concierto lo dedica al escritor Roberto Saviano, un joven italiano perseguido por sus ideas libertarias

Makeba muere satisfecha de su canto, en un hospital de Castel Volturno, como tema final del concierto en noviembre 10 de 2008, tras cantar contra la camorra, en un infarto que la hace desvanecer, al término de su mítico “ahí pata pata”, saludando al público para despedirse.

Bajo la investigación criminalística, habría que examinar el micrófono de Miriam, los venenos que pudiera contener.

La amiga de Mandela, ganadora del Premio Grammy en 1965, esposa hasta su muerte del líder de las panteras negras, Stokely Carmichael.


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