Preservación de suelo
Con el objetivo de proteger el suelo de conservación, cuya superficie representa más del 50 por ciento de la extensión de la Ciudad de México y que provee a los capitalinos de los recursos necesarios para subsistir, se llevó a cabo una Mesa de Trabajo titulada “Cumplimiento al Punto de Acuerdo sobre Asentamientos Humanos en Tlalpan”.
El evento, realizado en el salón Benito Juárez de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), fue organizado por la diputada Margarita Martínez Fisher (PAN), presidenta de la Comisión de Desarrollo e Infraestructura Urbana de este órgano legislativo. El legislador David Ricardo Cervantes Peredo, del Grupo Parlamentario de Morena fue quien presentó la propuesta analizada que busca preservar el suelo de conservación de la delegación.
La mesa reunió a los titulares de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), la Comisión de Recursos Naturales (Corena), la Procuraduría Ambiental del Ordenamiento Territorial (PAOT), todas locales, así como a Claudia Sheinbaum Pardo, Jefa Delegacional de Tlalpan y a los legisladores César Cravioto Romero, coordinador de la bancada de Morena en la ALDF, y José Alfonso Suárez del Real, del mismo partido.
La diputada Martínez Fisher expuso que el punto de acuerdo tratado en esta Mesa de Trabajo busca conocer el procedimiento de regularización de asentamientos humanos de la demarcación, a fin de garantizar la preservación del suelo de conservación y no violar los derechos de las personas que habitan de forma irregular en estos lugares.
Claudia Sheinbaum expuso que en Tlalpan existen 192 asentamientos humanos de los cuales 21 tienen más de 30 años, 11 de ellos están ubicados en áreas naturales protegidas del Parque Ecológico de la Ciudad de México y el resto sobre suelo de conservación. Por lo que su administración realiza las gestiones necesarias para cambiar el estatus de las viviendas ahí asentadas, que las familias reciban servicios básicos y se preserve el ecosistema.
Al respecto, el legislador David Cervantes dijo que es necesario que las familias que habitan esos 21 predios tengan garantizado el derecho humano de acceso a la vivienda y a servicios básicos. “Lo que será posible sólo mediante el cambio de visión de lo que debe ser la Ciudad de México y su planeación”, dijo.
El diputado César Cravioto de Morena, solicitó atender de fondo el tema de los asentamientos irregulares porque no es algo propio de Tlalpan, sino de toda la Ciudad de México. Pidió a las autoridades presentes en la mesa coadyuvar para que las familias ahí residentes cuenten con la certeza jurídica de sus hogares y se dé inicio al establecimiento de servicios básicos.
El legislador José Alfonso Suárez del Real, también de Morena, consideró necesario atender el mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que establece que la gente que se asienta en territorios que no les pertenecen es porque no tienen otro modo de hacerse de un patrimonio propio y que en estos casos será el Estado quien facilite su reubicación o bien haga compatible el derecho a la vivienda con el de conservación ambiental.
En su turno, Felipe de Jesús Gutiérrez Gutiérrez, titular de la Seduvi expuso que uno de los temas fundamentales en la regularización de estos predios es lograr el crecimiento cero de las familias que viven en la zona, esto debido a que muchos de los asentamientos están rodeados de bosques y mantos acuíferos necesarios para abastecer las demandas del líquido en la ciudad.
Miguel Ángel Cancino, de la PAOT, se pronunció a favor de las medidas de compensación analizadas durante el evento ante los daños ambientales que este tipo de asentamientos ocasionan al ambiente. Manifestó el respaldo de esa dependencia a todas las medidas impulsadas que tengan como fin proteger el suelo de conservación capitalino.
Mientras que Luis Fueyo Mac Donald, de la Corena, expuso que el crecimiento poblacional no debe ir acompañado de afectaciones al medio ambiente, que las políticas públicas en la Ciudad de México tienen que considerar evitar construcciones en áreas naturales, y que los mecanismos de compensación para restaurar los territorios ocupados no sean vistos desde el punto de vista económico, sino con una visión de preservación de la propia vida.