Mundo violento
Cada 15 minutos en América Latina y el Caribe ocurren cuatro homicidios y cada día 400. En la región más de 2.6 millones de personas han sido asesinadas desde el 2000.
Ante estos números, no es sorprendente que, pese a que la región cuenta con el 8 por ciento de la población mundial, concentra el 38 por ciento de los homicidios.
El problema es desgarrador, persistente y va a empeorar, si no se toman decisiones urgentes.
Es posible detener esta epidemia y lograr reducciones significativas en la próxima década. Para esto debemos entender cuál es el problema que enfrentamos y dónde se presenta de manera más intensa. Siete países en América Latina concentran cerca del 34 por ciento de los homicidios que ocurren en el mundo: Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Venezuela. Adicionalmente, alrededor de 120 ciudades latinoamericanas y caribeñas registran tasas superiores a 25 homicidios por cada cien mil habitantes.
Para poner fin a esta epidemia, se requieren de intervenciones concretas, basadas en evidencias y adaptadas a las necesidades y capacidades del contexto local. Por ello, la campaña para la reducción de los homicidios en América Latina Instinto de Vida lanza el documento “Latinoamérica puede bajar el homicidio en un 50 por ciento en 10 años. ¿Cómo hacerlo?” en el marco de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA). La publicación identifica un conjunto de opciones de política pública que han tenido efectos positivos en la reducción de la violencia letal, seleccionadas a partir de la revisión de la creciente evidencia disponible sobre lo que funciona y lo que no funciona. El documento será lanzado en una conferencia de prensa el martes 20 de junio, las 9 am, en la Fundación Olympus Tours (Avenida Yaxchilan SM 17 Mz 2 Lote 13, Cancún).
Instinto de Vida es una iniciativa impulsada por decenas de organizaciones civiles* de los siete países más afectados por la violencia de América Latina – Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Venezuela -, con el apoyo de Open Society Foundations (OSF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo para América
Latina-CAF y la OEA. La campaña propone como meta la disminución de los homicidios de la región en 50 por ciento en los próximos 10 años, lo que equivaldría a alrededor de 365.000 vidas salvadas en los siete países enfocados.
De acuerdo con el informe, la adopción de estas estratégicas debe partir de un análisis exhaustivo de las características y necesidades locales, así como de un balance de sus costos y beneficios, que tome en cuenta las consecuencias previstas y no intencionales de su despliegue.
En todo caso, para la campaña Instinto de Vida, es fundamental que las intervenciones se guíen por un plan claro, respaldado por metas y recursos.
Dentro de las alternativas identificadas que tienen un alto potencial para disminuir la violencia letal, el Informe identifica la disuasión focalizada, que ha mostrado su efectividad para prevenir la violencia colectiva generada por grupos delictivos organizados, la intervención de puntos calientes, que permite concentrar las capacidades del Estado en los barrios y calles que concentran el mayor número de homicidios, la reducción de la impunidad con el fortalecimiento del sistema de justicia, la regulación de armas y municiones, así como estrategias de reducción de los impactos de los mercados de drogas ilegales. Adicionalmente, se identifican estrategias como las Terapias Cognitivas Conductuales e intervenciones en la primera infancia que abordan la violencia interpersonal y doméstica.
El reporte señala que algunas de estas acciones pueden comenzar a implementarse de manera inmediata, mientras que otras medidas dependerán del desarrollo de capacidades y una planeación de mediano y largo plazo.
Evidencias presentadas en “Latinoamérica puede bajar el homicidio en un 50 por ciento en 10 años ¿Cómo hacerlo?” muestran que la represión por sí sola no basta para resolver los desafíos de la inseguridad ciudadana, sino que es necesario desarrollar intervenciones incluyentes y sostenibles, que tengan la capacidad de prevenir la violencia y dar respuesta a los factores de riesgo.
La buena noticia es que los programas de reducción de homicidios en América Latina han venido en incremento en los últimos diez años, lo que muestra un aumento en la preocupación ciudadana y una postura más activa por parte de los gobiernos de la región.
Para que estas iniciativas sean eficaces y sostenibles, se requiere de un esfuerzo colectivo que persiga una meta clara. La propuesta de la campaña para la reducción de homicidios Instinto de Vida es bajar en 50 por ciento los homicidios en la próxima década. Como lo señala el informe: ¡Podemos hacerlo!