Metro, terreno fértil
A raíz de las reformas a los Códigos Penales que el Ejecutivo federal signó hace más de un año en pomposa ceremonia protocolaria al pie del Monumento a los Niños Héroes del Bosque de Chapultepec, y que con el paso del tiempo se fueron convirtiendo las leyes mexicanas en una vigorosa laxitud que desprotege en lo más mínimo a la sociedad, el Sistema de Transporte Colectivo -que registra una población flotante de más de 5.2 millones de usuarios diariamente-, se ha convertido en el terreno fértil del hampa hambreada.
En lo particular, me robaron mi celular que me costó alrededor de 15 mil pesos, y pese al hecho, ni la dirección del STC me lo ha querido reponer, incluso al acudir a las bien cotizadas barandillas del ministerio público de la procuraduría capitalina, consideraron el suceso como un delito de menor cuantía que ni siquiera vale la pena de darle seguimiento.
Sin embargo, el Metro sigue empecinado a través de sus ejecutivos, negar que haya asaltos masivos cuando menos en la estación del Metro San Lázaro, de la Línea B, y que interconectar con la Línea 1 del STC.
Reportes periodísticos señalan que de cuatro a seis sujetos golpearon a una mujer en la cara con la cacha de la pistola, para luego bajar en la estación Flores Magón, tras haber despojado de sus pertenencias a 30 pasajeros.
Durante la semana, ese acontecimiento que seguramente quedará -como muchos otros- en la completa impunidad, se volvió viral el “supuesto” asalto de cuatro personas armadas a los usuarios de un vagón del Metro en la Línea B.
Con la entrada en vigor del Nuevo Sistema Penal Acusatorio (NSPA), se establecieron diversos parámetros de alerta ya que pasado un año, las calles y avenidas fueron invadidas por reos ahora ex-convictos al ser considerados “delincuentes de baja peligrosidad” para recobrar su libertad, y quienes al verse sin trabajo tuvieron la “necesidad” nuevamente de jugarle al peligro asaltando a cuanto transeúnte pudiera estar a su alcance. El Metro no ha estado exento de la visita de los “amigos de lo ajeno”.
Empero, la prensa mexicana publicó un comunicado del Sistema de Transporte Colectivo, Metro, rechazando que haya ocurrido un asalto masivo, tal cual como se ha difundido en redes sociales desde hace unos días. El presunto delito se cometió entre la estación San Lázaro y Ricardo Flores Magón, en la Línea B del Metro. (https://www.youtube.com/watch?v=wPlo8n1VssI)
“Después de analizar las cámaras de video-vigilancia del STC, se pudo comprobar que los hechos que aluden medios digitales son totalmente falsos, ya que en los registros video-gráficos e impresos del Organismo, no se tienen reportes”, dijo a manera de justificación.
Además, exhortó a los usuarios a verificar la información publicada por diversos portales del Estado de México: “Este tipo de noticias son recurrentes por parte de un portal de noticias digital, que alude al municipio de Ecatepec, por lo que el STC hace un llamado a comprobar la veracidad de la fuente por parte de los medios de comunicación que retoman la información”.
Pese a las evidencias y la negativa sistemática de las autoridades del Metro de la Ciudad de México, que encabeza el ex priista y ex diputado del Partido Nueva Alianza, Jorge Gaviño Ambriz, el STC tuvo la osadía de asesorar a los miles de usuarios en el sentido ¿qué hacer en caso de asalto en el Metro?
El STC Metro invitó a los usuarios a denunciar cualquier delito cometido dentro de sus instalaciones. “Este Organismo exhorta a los afectados o afectadas a que realicen la denuncia ante las autoridades ministeriales correspondientes para castigar e inhibir conductas delictivas”.
Pero esta medida es totalmente ociosa porque el usuario que fue víctima del hampa, de nada le servirá acudir a solicitar la “ayuda” de la figura del Ministerio Público para que le reparen el daño patrimonial del que fue víctima.
Porque, en primera instancia, el querellante podrá promocionar una Denuncia de Hechos, la cual irá a parar finalmente al archivo muerto de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, misma que registrará el hecho como una estadística más de los delitos que quedan en la impunidad.
En fecha reciente, este reportero fue víctima del hampa ya que en medio del borlote de la gente que aborda los convoyes entre empujones, le sustrajeron un celular Samsung de la generación Galaxy S7 Edge 32g G935f, quedándose sin comunicación ni siquiera para hablarle a Jorge Gaviño para informarle que “su metro cada día es más inseguro”. Lo peor del caso es que perdí mi aparato de nueva generación, y ahora para compararme otro, estará difícil por la situación económica por la que vivimos millones de ciudadanos.