Auditada e investigada
El socavón del Paso Exprés en Cuernavaca, es producto de vínculos perversos con empresarios de la construcción, y las licitaciones son meras simulaciones porque los costos de las obras terminan elevándose exorbitantemente por supuestos trabajos no contemplados.
El vicepresidente de la Cámara de Diputados, Alejandro Ojeda, expresó que debe ser investigada y auditada toda la obra carretera realizada durante el sexenio por el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, porque presumiblemente pudiera estar plagada de corrupción.
Declaró que ahora que sabemos que la empresa Aldesa, responsable de la construcción del Paso Exprés en Cuernavaca donde ocurrió el socavón y murieron dos personas, ahora es señalada por inflar a más del 50 por ciento el presupuesto del tramo carretero que tiene a su cargo de la autopista Siglo XXI.
Señaló que de nada sirven las licitaciones si, por ejemplo, el costo de dicho tramo que abarca 14.5 kilómetros pasó de mil 45 millones 857 mil 952 pesos, pasó 2 mil 213 millones, supuestamente por trabajos no considerados en el proyecto.
Dicho ejemplo, insistió, muestra que las licitaciones terminan siendo un mero simulacro, pues los costos terminan siendo exorbitantes, bajo el supuesto de trabajos no contemplados que debieron planearse desde el proyecto, dando como resultado negocios millonarios para las constructoras, dejándose en entredicho las capacidades de la SCT.
Esta situación, dijo, se une a los hechos del socavón en Cuernavaca, donde Ruiz Esparza pretende lavarse las manos y quiere echar toda la culpa a las constructoras, por lo que es necesario realizar una investigación independiente y a fondo para deslindar responsabilidades.
Añadió que ahora que el secretario de Comunicaciones y Transportes sostenga la reunión con la Tercera Comisión de la Comisión Permanente, sería bueno que los cuestionamientos no se quedaran sólo en el socavón del Paso Exprés, sino que fueran más allá y le preguntaran sobre toda la obra, donde los costos se elevan considerablemente sin que haya responsabilidad o castigo contra las constructoras que no entregan la obra en tiempo y forma.
Aseveró que la comparecencia no debe servir para “vacunar o curar en salud” a Ruiz Esparza, es decir, para exonerarlo de culpas, sino para que dé cuenta frente a la opinión pública sobre las anomalías y responsabilidades, donde el primero que debe ser juzgado es el propio funcionario, pues es la cabeza del sector y el primer responsable.
Sostuvo que en cualquier otro país que se precie de democrático y donde se hace prevalecer la ley, Ruiz Esparza ya hubiera sido destituido y muy seguramente tendría que enfrentar acusaciones administrativas y hasta penales.
Expuso que pese a las evidencias de que Ruiz Esparza tiene vínculos perversos con los hombres de los grandes negocios realizados a costa del erario públicos, como OHL, Grupo Higa, la familia San Román, Aldesa, Gutsa, Altán y Alstom, sigue siendo el hombre intocable de este sexenio.
Mientras prevalece la sospecha en contra del titular de la SCT, el diputado federal expuso que hace algunas semanas la dependencia a cargo de Ruiz Esparza, hizo llegar a los 500 integrantes de la Cámara de Diputados, una lujosa edición de un libro donde presume toda la obra carretera realizada durante los cuatro años del gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.
Este libro denominado 4to Año de Gobierno, Infraestructura de Comunicaciones y Transportes, obra con 323 páginas con fotografías, es una muestra de la ostentación con la que se conduce el secretario, cuando el día de hoy “nos enteramos que el socavón fue negligencia directa de la secretaria y su titular”.
El libro, dijo, es una gran lista de las obras que se deben auditar, revisar, supervisar y verificar, con el propósito de eliminar cualquier riesgo latente o sospecha de corrupción.
El legislador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) opinó que no se vale hacer gastos tan cuantiosos en una edición que sólo tiene el propósito del autoelogio, para una Secretaria ampliamente señalada por entregar obras a constructoras que no ofrecieron los mejores proyectos presupuestales ni garantizaron la calidad de la infraestructura.
Señaló que para muestra basta un botón, porque ahí está el socavón de siete metros formado en el Paso Exprés de Cuernavaca, que costó la vida a Juan Mena Ruiz y Juan Mena Romero, por la negligencia de las autoridades de la SCT y de las constructoras encargadas de esta ampliación que no cumplió con los estándares de calidad que tanto presumió el propio Ruiz Esparza.