Un juez desquiciado
Edgar Rodríguez Beiza, juez 23 de “Control” Procesal del Nuevo Sistema Penal Acusatorio (NSPA), fortuitamente entró a ser noticia.
Destruyó la base del respaldo de una silla del juzgado donde “imparte justicia”, y según tuitteros, refieres que seguramente habría de querer destruir hasta la silla de la presidencia del TSJCDMX(https://www.youtube.com/watch?v=LHQj36U6wHs).
Conforme a los hecho conocidos a través de los medios de comunicación, tanto impresa como electrónica, urge que el Consejo de la Judicatura discipline a este tipo de “impartidores de justicia” y previo a la promoción selectiva de sus jueces, éstos deberían de pasar hasta por un Detector de Mentiras y en una faceta de ser estudiados por médicos especialistas en materia de psiquiatría.
“Una vez que se indague el contexto de los hechos en los que se aprecia que una persona dentro de una sala que rompe el tapiz de una silla, se procederá, de ser el caso, a las sanciones administrativas y disciplinarias correspondientes”, refirió el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX).
Pese a ello, el TSJCDMX que de por sí arrastra un desprestigio de toda la vida por sus altos grados de corrupción, con este tipo de arrebatadas actitudes del juez rodríguez, lo único que demuestra es que sus “jueces” actúan con una prepotencia que sus juzgados son convertidos en auténticos bunkers.
En la era del doctor Édgar Elías Azar, y ahora con el nuevo presidente de este Órgano de Jurisdicción, doctor Alvarado Augusto Pérez Juárez, se ha presumido que el Código de Ética del TSJCDMX, debe ceñirse a una acción ejemplar, es decir, “vigilar el cumplimiento de las normas y disciplinar a los funcionarios judiciales, y (…) conscientes de la alta responsabilidad social que tienen los órganos responsables de la impartición de justicia ante la sociedad”.
Conforme a la actitud soez y dominante que arrogó el juez Edgar Rodríguez Beiza, tiene, evidentemente, tintes criminales ya que sin decir “¡agua va…!”, con una cúter, tasajeó el respaldo “de la pobre silla” que ni de a “pío” la hizo…, porque además, los despachos informativos dicen que dañó la superficie de la silla con un “lápiz”, y ¡no…!, fue con una cúter mostrando su habilidad en el manejo de las armas blancas.
La sociedad advierte como una lástima que sujetos “de banqueta y pacotilla” que han llegado a ser jueces, poseen desequilibrios mentales generados, tal vez, por las cargas de trabajo existentes en todo el Tribunal, donde se explota a su personal sin ser remunerados conforme a sus cargos y obligaciones. Sus salarios no son los adecuados acorde al desempeño y altas responsabilidades de cada uno de ellos.
Pareciera que Édgar Rodríguez Beiza dejará de ser juez muy pronto, y entrará a ese anecdotario de haber sido un impartidor de justicia “trabajando con el hígado”.
Pese a todo, el Consejo de la Judicatura del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, ya inició las investigaciones y seguramente deberá de dar de baja al juez Rodríguez –porque la amonestación no procedería-, porque no es válido que un funcionario de este nivel, actúe antisocialmente y eso que presume ser “Juez de ¡Control! Procesal” en el Nuevo Sistema Penal Acusatorio.
Considerando… Que de conformidad con nuestra Carta Magna, compete al Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, el desempeño de la función judicial local y al Consejo de la Judicatura del Distrito Federal, administrar su presupuesto, vigilar el cumplimiento de las normas y disciplinar a los funcionarios judiciales, y conscientes de la alta responsabilidad social que tienen los órganos responsables de la impartición de justicia ante la sociedad, considera oportuno establecer principios rectores éticos que permitan el estricto cumplimiento de la norma y refrendar la garantía constitucional prevista en el artículo 17 de nuestra Norma Fundamental, tendiente a que a toda persona le sea administrada justicia expedita, completa e imparcial, por ello es que la pretensión de este Órgano Colegiado, es crear un documento que se arraigue en la conciencia de quienes laboramos para el Órgano Judicial del Distrito Federal, para que la función judicial sea desempeñada por personas que, cuyo desempeño, sea caracterizado por la confianza social y el desempeño ético de su función, fomentándose una política de cooperación y de responsabilidad solidaria y compartida entre todos los servidores públicos que lo integran contribuyendo al desarrollo de sus capacidades y comportamientos, a fin de que repercutan positivamente en la sociedad”.
De tal suerte que el Consejo de la Judicatura , si bien refrenda su compromiso de investigar y sancionar toda acción de cualquier servidor público del Poder Judicial local, de carácter jurisdiccional o administrativo, que no esté apegada a los principios a los que están obligados”, el juez Rodríguez está viviendo ahora las de Caín: fue sentado en el banquillo de los acusados.
En la imagen de poco más de 20 segundos se aprecia cómo el encargado de sala alista los documentos para empezar la audiencia; en otro ángulo de la misma toma, se ve como el imputado dialoga con su defensa preparando la estrategia, mientras que en la toma central, se observa como el juez de repente entra en crisis y sin decir nada…, rompe la silla que utilizaría.