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Bosques de Pamejé


Organizaciones e individuos de la sociedad civil vallesana exhortan a que la ciudadanía interesada en la protección y conservación de la cuenca Valle de Bravo-Amanalco, en el Estado de México (Edomex), participe activamente emitiendo sus opiniones en la reunión pública de información que sobre el proyecto Bosques de Pamejé se llevará a cabo el próximo viernes 8 de septiembre.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aceptó que se lleve a cabo una reunión pública de información, a fin de que todos los interesados puedan externar sus comentarios antes de que la dependencia decida si otorga o no la Autorización de Impacto Ambiental (AIA).

Los propietarios del terreno buscan obtener la citada Autorización para el proyecto que ahora se denomina "Bosques de Pamejé," el cual fue modificado de su versión original a efecto de intentar hacer ver que se trata de un proyecto diferente al de la primera Evaluación y al del Plan Parcial.

Actualmente, su propuesta consta de una superficie de 73.77 hectáreas de bosque donde se pretende "lotificar" para construir 249 viviendas unifamiliares, plurifamiliares y un hotel, así como una casa club, vialidades y una red de infraestructura para la prestación de servicios.

De llevarse a cabo el proyecto de Bosques de Pamejé, sumado a los desarrollos que existen actualmente en la zona de Circuito Avándaro, se tendría un aproximado de 400 viviendas regulares e irregulares, sin considerar la existencia de hoteles y un sin número de locales comerciales, lo que se asemeja casi a la magnitud del fraccionamiento Avándaro

En la presentación de la segunda Manifestación de Impacto Ambiental (MIA),[2] el promovente intenta hacer pasar el proyecto -como lo hizo en la primera MIA- como si éste fuera independiente al Plan Parcial de Incorporación Territorial "Bosques de Pamejé", el cual fue propuesto por la Administración anterior del Ayuntamiento de Valle de Bravo y que en su momento tenía que ser presentado por éste ante la Semarnat.

En él no se hace una precisión adecuada de las obras que se pretende desarrollar, ya que habla como si la autorización sólo la estuviera solicitando para la lotificación del predio e infraestructura básica de servicios, dando por hecho que queda perfectamente definida cada una de las etapas propuestas y las obras a realizar, lo cual puede resultar confuso para la autoridad al momento de dictar su resolución.

De autorizarse este desarrollo, ocasionaría un daño irreversible al hábitat de especies de flora y fauna silvestre, a las fuentes naturales de agua como manantiales y a la dinámica propia del bosque. Este cambio de uso de suelo significa la deforestación y fragmentación de un ecosistema que presta múltiples servicios ambientales (incluyendo provisión de agua) a millones de personas en el centro del país.

Asimismo, se sentaría un precedente negativo en materia de gestión sostenible del territorio municipal, ya que mostraría que pueden deforestarse los bosques de un Área Natural Protegida para generar beneficios económicos en el sector inmobiliario. Esto puede llevar a otros a alterar o incumplir los ordenamientos territoriales vigentes o a buscar autorizaciones similares que acabarían con la reserva de bosques que queda en Valle de Bravo. Se avalaría también un proyecto llevado a cabo sin un proceso transparente, que nace de un Plan Parcial en el que no hubo una consulta pública adecuada y que se realizó en contravención a la propia normatividad del Código Administrativo del Estado de México y del Programa Municipal de Desarrollo Urbano (PMDU).

Adicionalmente, el proyecto no plantea medidas de adaptación y mitigación idóneas al cambio climático; tampoco hace referencia a medidas tales como proveer refugio a la flora y fauna en el sitio del proyecto, incrementar la belleza estética del lugar, brindar zonas de esparcimiento a la población, mejorar los sumideros (bosques) y reducir la huella de carbono de las edificaciones.

El ecosistema donde pretende desarrollarse es un bosque de pino y bosque mixto que, de acuerdo con la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), es uno de los que cuenta con mayor biodiversidad, endémica y en riesgo.

En la Evaluación de la MIA anterior, la Delegación de la Semarnat en el Edomex pidió opinión técnica a otras autoridades sin que ninguna de ellas atendiera la solicitud. Por ello, y dada la relevancia de este proyecto y de los potenciales impactos negativos que tendrá para los ecosistemas de la región, los ciudadanos hacemos un atento llamado al Ayuntamiento de Valle de Bravo, a la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), a la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), al Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA) y a la Comisión Nacional Forestal (Conafor) a que presenten su opinión al respecto, previo a la emisión del resolutivo respectivo en materia de impacto ambiental.

De igual forma, se invita a la ciudadanía a participar activamente acudiendo a la reunión pública de información y a hacer valer su voz planteando argumentos técnicos, legales y científicos con el objeto de que la Semarnat no otorgue un resolutivo favorable al proyecto.



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