Elecciones 2018
Las elecciones del año que entra se realizarán en medio de una severa descomposición del sistema político mexicano, con autoridades electorales muy desprestigiadas y un sistema de partidos políticos dirigidos por auténticos vende patrias, “pulpos, sátrapas, chupa sangre” como hace muchos años los llamó Jesús Martínez “Palillo”. El viernes se dará el banderazo de salida para la renovación de 3,447 cargos de elección popular, en juego estarán la presidencia de la República, ocho gubernaturas, una jefatura de Gobierno, 128 senadores, 500 diputados federales, 46 diputados locales a la ALDF, 16 delegados y el resto presidentes municipales, regidores y diputados locales.
Nunca como ahora, el triunfo en las urnas dependerá de las maniobras y el excesivo gasto en campañas que realicen los partidos y sus candidatos, siempre con la anuencia de la autoridad electoral que al final saldrá con qué no hubo no hubo violación a la legislación vigente en la materia. Solo baste ver la lección que nos dieron los priístas recientemente en el Estado de México, bien podríamos llamarlas, las elecciones de las marranadas, ganará el que haga más porquerías, al fin y al cabo la autoridad electoral ni los ve ni los oye como sucedió en la tierra del actual inquilino de Los Pinos.
Ganar a como dé lugar es la consigna de una partidocracia que pasa por su peor crisis de credibilidad, en medio de una descomposición del sistema político mexicano, lo que se reflejará el día de las votaciones cuando los votantes le hagan el feo a las urnas. Unos comicios que nos costarán casi 7 mil millones de pesos, sin contar los 18 mil millones que solicito el Instituto Federal Electoral para sus gastos de operación. Viva México.
Mientras tanto, los Diputados, sin acuerdo. Según el reglamento de la Cámara de Diputados, a la media noche del martes pasado era el límite para que la actual presidenta Guadalupe Murguía, siguiera en el encargo; pero con 257 votos a favor, 209 en contra y dos abstenciones no hubo humo blanco. Al PRI y sus aliados: PVEM, Panal y PES les faltaron 55 votos para alcanzar los 322 necesarios para sumar dos terceras partes de los diputados presentes y lograr la mayoría calificada