top of page

Tres años de Ayotzinapa


Este 26 de septiembre se cumplen tres años de un reclamo social vivo, presente, trágico: saber qué sucedió con los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, Guerrero, en una de las noches más violentas de las que tengamos memoria en la historia reciente.

Ayotzinapa marca un antes y un después en la historia de este gobierno. Y de la sociedad. Fue un parteaguas y un sismo social que no ha sanado. La “verdad histórica” que quiso imponer la autoridad federal fue desmontada por el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), integrado por investigadores de primer nivel, cuyas conclusiones tienen la credibilidad de buena parte de la sociedad y de los propios padres de familia.

Sin embargo, el propio gobierno federal ha desestimado las 15 recomendaciones que realizó el GIEI. En lugar de volverlos aliados se confrontó con estos investigadores internacionales, de amplio prestigio y credibilidad.

El secretario de Gobernación se dedicó a condenar a estos personajes por tratar de “dinamitar” la versión oficial. El presidente de la República no volvió a mencionar el trabajo de este grupo. La Procuraduría General de la República no enmendó ninguna de las líneas de investigación que planteó el GIEI. El Congreso ha olvidado su papel no sólo de legislador sino de fiscalizador y de investigador en un episodio como éste. Ayotzinapa se volvió no sólo una crisis de gobierno, sino una crisis de Estado

Una vez que el GIEI fue atacado y desprestigiado por los propios voceros oficiales, la herida de Ayotzinapa permanece abierta y se vincula con dos procesos actuales y recientes: la tentación autoritaria frente a la irrupción de la sociedad civil en el rescate y la ayuda de las víctimas de los sismos del 7 y del 19 de septiembre; y la víspera del aniversario del 2 de octubre de 1968.

El Estado mexicano debe entender que abrir expedientes irresolubles y en contra de las propias víctimas sólo lo convierte en corresponsable, al menos por negligencia y omisión, de los delitos cometidos en contra de los estudiantes desaparecidos y de las personas afectadas por los sismos.

Los tres años de la desaparición de los 43 normalistas se conmemoran también en vísperas del 49 aniversario de la matanza estudiantil del 2 de octubre de 1968. La represión de ayer se parece mucho a la de ahora, salvo con una diferencia fundamental: la sociedad está más viva y pendiente que nunca de lo que suceda con los jóvenes de la Escuela Normal Isidro Burgos.

Una nueva mascarada, una declaración vacía, una simulación más sólo abrirán más la brecha que existe entre el gobierno y la sociedad.

Por esta razón, en estos tres años la demanda de “vivos se los llevaron, vivos los queremos” tiene mayor vigencia. La suma de agravios inicia también con esta larga noche de Iguala.

DIRECTORIO

Lic. Fernando González Parra

Director General

Mtra. Graciela Ornelas Prado

Directora

Edmundo Olivares Alcalá

Subdirector

Karen García Hernández

Jefa de Redacción

Héctor Manuel Serna Ornelas.

Juridico

Pablo Gómez

Articulista 

Ernesto Olmos Avalos.

Alitzel Herrada Herrera.

Garnica Muñoz José Antonio.

Reporteros

Adonay Samoya H.

Lic. Andrés Aguilera.

Roberto Chavez.

Renato Corona Chavez.

Javier Méndez Camacho.

Gustavo Santos Zúñiga.

Blas. A Buendía

Lic. Alicia Barrera Martínez

Columnistas

  • Icono social Twitter
  • Wix Facebook page
bottom of page