CDMX, necesita estadista Comprometido sociedad
PESQUISA POLITICA
El próximo jefe de Gobierno de la Ciudad de México (GCDMX), debe de estar preparado para atender una intensa demanda del servicio educativo y urbano; trabajos de baja productividad, aceptando condiciones de precariedad, informalidad y bajos salarios; inasistencia y deserción escolar, desigualdad socioeconómica, condiciones de pobreza y exclusión social.
Entre lo más importante esta también frenar a la delincuencia organizada que ya asentó su reales en varias partes de la urbe, reordenar el tránsito de vehículos, terminar con el acoso a dueños y conductores de automóviles, detener la tala de árboles y defender los acuíferos y atacar los altos índices de contaminación.
Están identificados los pendientes que se deben de solucionar en los próximos 15 años en la Ciudad de México (CDMX), entidad que dejó de cumplir una de sus funciones básicas: la de ser un mecanismo de integración social y se convirtió en un escenario de alta conflictividad social.
En la CDMX viven un poco más de 10 millones de habitantes, y la ciudad, pese a los pronósticos, es aún de jóvenes, donde más de dos terceras partes de la población se encuentran en edad escolar y productiva.
Este perfil demográfico genera beneficios productivos, pero al mismo tiempo, una intensa demanda de servicios educativos y urbanos.
Desde hace varias décadas la economía local presenta una disminución de las actividades industriales y una expansión del sector de servicios.
Esto ha ocasionado que un gran número de trabajadores se incorporen a trabajos de baja productividad, aceptando condiciones de precariedad, informalidad y bajos salarios.
Se deben eficientar los servicios de su competencia; implementar políticas públicas que incluyan programas sociales que beneficien a la mayoría de la población, especialmente a los grupos más vulnerables; erradicar la corrupción a través de una administración honesta, eficiente y responsable y hacer de la capital del país más segura.