Los muertos no hablan
Es ahora cuando Andrés Manuel está impedido en mantener su sueño con “mucha tranquilidad” ya que comenzaron a salirle sus trapitos al sol al evidenciarlo que es un corruptazo del tamaño de “su amigo” el demonio…
Lo peor del caso es todo ese grupúsculo de idiotas que le han creído su frase ambigua de “honestidad valiente”, la cual raya en el completo cinismo, convierte a López en un charlatán que al pretender hacerse la víctima -como desde siempre lo ha ejecutado con macros resultados- busca los recovecos para llegar a la Presidencia de la República por todos los ángulos.
Es que a Andrés Manuel siempre lo ha acompañado la suerte, lo que hace la diferencia frente a otros cleptómanos políticos.
Un nuevo escándalo fue ventilado en redes sociales “el día que AMLO pactó con Salinas por 9 mil mdp”, pero tiene la ventaja de que “los muertos no hablan”, en el caso del desaparecido Manuel Camacho Solís, que fue quien sobornó al macuspeco con toda esa millonada de viejos pesos, que hoy en día vendrían siendo nueve milloncitos, pero bajo las órdenes del Jefe del Ejecutivo federal.
El reportero Alejandro Figueroa Díaz, del portal La Otra Opinión, dio rindió juicio a su “corte informativo” al hacer diversas develaciones que en su momento ya se sabían pero que ahora en tiempos de guerra electoral, centran las bataholas para revelar que entre el ex presidente Carlos Salinas y el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador, tuvieron pactos político y económicos que lo dejan mal parado ante el electorado rumbo a la contienda electoral del domingo 1 de julio.
Fue en 1991, cuando Carlos Salinas de Gortari fungía como presidente de México y Andrés Manuel López Obrador era dirigente del PRD en Tabasco, cuando el llamado “mesías tropical” convocó a sus simpatizantes tabasqueños para dirigirse a la Ciudad de México y realizar un plantón en el Zócalo en protesta por las derrotas electorales de su partido, mismas que –como de costumbre– calificó como “fraudes”.
Para retirar a los quejosos de la plancha de la Plaza de la Constitución el gobierno recurrió a sobornos millonarios. Se tiene conocimiento de que 9 mil millones de antiguos pesos (9 millones de pesos actuales) le fueron entregados al autor del plantón para liberar la primera plaza del país.
Manuel Camacho Solís, durante su regencia en el Distrito Federal, fue intermediario del inconcebible pacto entre Salinas y AMLO, hecho que quedó patentado durante un debate en la Cámara de Diputados, cuando el panista Jorge Rodríguez Pratz preguntó llanamente al ya entonces diputado Manuel Camacho Solís:
“Señor diputado, conteste nada más sí o no… En 1992 proporcionó usted 9 mil millones de viejos pesos, 9 millones de pesos de ahora, a Andrés Manuel López Obrador para desalojar el Zócalo”.
Al tratar de desafanarse de la pregunta incómoda, Manuel Camacho sólo evidenció que fue Salinas de Gortari quien ordenó el millonario soborno para López Obrador, pues respondió:
“No le entregué yo a López Obrador ningún recurso; lo que hizo el gobierno de la República fue cumplir con compromisos que estaban establecidos y, eso sí, con el visto bueno del resto de las secretarías que tenían intervención en esos asuntos. No fue una decisión del jefe del Departamento del DF, se cubrieron las indemnizaciones correspondientes a trabajadores que tenían derechos laborales”.
Otra prueba de que el “líder mesiánico” recibió la cantidad millonaria, está plasmada en el libro “Mesías mexicano” de George W. Grayson, en donde en las páginas 91 y 92 se afirma que:
“Además de proporcionar a los manifestantes baños portátiles, agua potable y otros servicios de primera necesidad, se dice que el regente Camacho Solís le dio a López Obrador una generosa suma de dinero para que retirara a los manifestantes. Un político tabasqueño colocó la cifra en 80 mil millones de pesos (Rafael López Cruz). El gobierno también puso a su disposición 200 autobuses para transportar a los tabasqueños a sus casas. Camacho subrayó que sostuvo conversaciones con López Obrador, Gutiérrez Barrios, (Arturo) Núñez, el director general de Pemex (Carlos Rojas) y el secretario del Trabajo (Arsenio Farell Cubillas)”
Y las fechas coinciden a la perfección, lo cual representa una tercera prueba de que la “honestidad valiente” es sólo parte de la demagogia de AMLO, pues en 1991, durante el plantón, el originario de Macuspana sostuvo una reunión con el secretario de Gobernación del gobierno salinista; Fernando Gutiérrez Barrios.
¿Quién iba a pensar que AMLO haya pactado con quien en la actualidad él considera como el peor de los peores; quien encabeza de la “mafia del poder”? Es sólo otra muestra de la farsa que mantiene el dueño de Morena, quien se ha mostrado como “oposición” sólo para ganar adeptos y crecer su legión.