Saben integrantes diferentes Sectores el desarrollo del país

Coinciden en la importancia que tiene el conocimiento para México, pero hacen énfasis en la necesidad de fortalecerla a través del establecimiento de mejores condiciones para su desarrollo en todos los niveles.

Estamos viviendo una etapa importante para la nación, por eso es relevante que nos demos un tiempo para reflexionar acerca de cómo lograr que la ciencia y la tecnología sea parte de los proyectos políticos, señaló Patricio Martínez García, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la República, durante su participación en la reunión El papel del conocimiento en el desarrollo de México, que se realizó hoy en la antigua sede del Senado de la República.

Martínez García consideró que no se puede permitir que este país se quede rezagado y siga siendo dependiente científica y tecnológicamente. “Y todo—dijo—, porque no insistimos en fomentar en los jóvenes el interés por las matemáticas, la física o la química, entre otras áreas del conocimiento”. Y, lamentó que, por diversas razones en México, no se haya logrado reflejar en las prioridades políticas y económicas la importancia del conocimiento científico.

El legislador reconoció que, si bien se han llevado a cabo diferentes esfuerzos, aún se tiene una deuda pendiente con la ciencia, la tecnología y la innovación. Por ello, resaltó la importancia de foros de este tipo donde se promueven estrategias y recomendaciones para que las actividades científicas y tecnológicas jueguen un papel preponderante en la realidad política y presupuestal del país, en especial cuando se está ante la llegada de un nuevo gobierno.

Además, Martínez García destacó que el evento llegó en buen momento porque en el Senado se está discutiendo la iniciativa de reforma a la Ley de Ciencia y Tecnología, por lo que estarán atentos a las reflexiones que resulten del evento.

Enrique Cabrero Mendoza, director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), quien inauguró la reunión, hizo referencia a los retos que tiene México en el proceso para convertirse en un país con una economía basada en el conocimiento.

“Nuestro país no puede darse el lujo de mantener una política científica y tecnológica que sufra algunos cambios de orientación, porque si hablamos de 15 o 20 años parecería que sí nos podemos comprometer con un proyecto, pero si eso lo transformamos en sexenios los cambios a lo largo de este tiempo pueden ser muchos”, expuso.

Justo por esto la principal contribución de la propuesta de reforma a la Ley de CyT es que el sector no se rija por planes sexenales, sino por un proyecto de 20 o 30 años, en el que estén comprometidas las instituciones académicas, el sector privado y político, dijo Cabrero Mendoza, quien invitó a dejar de pensar en un horizonte a corto plazo y ver realmente hacia el futuro.

En su participación, José Franco López, coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), comentó que con este evento en la antigua sede del Senado se dan por concluidas las actividades organizadas por los 15 años del FCCyT, tiempo en el que este organismo ha logrado una maduración y se ha acercado a los sectores relacionados con la ciencia.

Franco también se refirió a otra de las iniciativas que se discuten en el Senado, la cual plantea que el conocimiento científico sea considerado un derecho constitucional al igual que lo es la educación, y que las cámaras legislativas puedan plantear una serie de leyes generales que permitan que la ciencia y la tecnología se desarrollen en mejores condiciones.

“Esta iniciativa es un paso importante y aunque no es exhaustiva deja abierta la posibilidad de seguir trabajando en ella durante la siguiente legislatura”, sostuvo el también expresidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Para inauguración de la reunión integraron la mesa de honor: Eloísa Talavera Hernández, representante de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados; Juan Carlos Romero Hicks, presidente de la Comisión de Educación del Senado de la República; José Alonso Huerta Cruz, presidente de la Red Nacional de Consejos y Organismos Estatales de Ciencia y Tecnología, y Mauricio de María y Campos, presidente del Centro Tepoztlán Víctor Urquidi, A.C.

Tras el acto protocolario se dio paso a dos mesas de trabajo que llevaron por título: Asesoría científica para el trabajo legislativo y México próspero, equitativo e incluyente. Construyendo futuros. Centro Tepoztlán Víctor Urquidi A.C. Posteriormente, se presentaron las reflexiones finales del evento.

Como parte de las conclusiones a las que se llegó en esta actividad, Silvia Elena Giorguli Saucedo, presidenta de El Colegio de México, destacó que nuestro país tiene en su comunidad científica un gran recurso, ya que se trata de una comunidad consolidada y con reconocimiento internacional, pero, subrayó, el reto está en cómo se aprovecha este recurso.

La demógrafa sostuvo que en las mesas de discusión uno de los temas recurrentes fue la importancia de tomar decisiones basadas en la ciencia, y “aunque pudiera parecer obvia la idea de que la ciencia debe estar detrás de las políticas públicas, se tiene que seguir impulsando para que sea una realidad”.

Giorgulu Saucedo comentó que otro aspecto relevante que se discutió es que el conocimiento es un bien público y que los investigadores tienen una responsabilidad social, por lo que pueden colaborar con diagnósticos relevantes, como es el caso de la legislación de la mariguana. Y no solo eso, dijo, también la ciencia puede anticipar problemas, por ejemplo, en temas relacionados con el envejecimiento de la población y las pensiones, y de esta manera colocar problemáticas en la agenda que posiblemente no han sido considerados por los legisladores.

Al respecto, José Franco abundó en que el conocimiento ha sido a lo largo de la historia el motor que ha impulsado el desarrollo de las sociedades. “Está presente en todos los aspectos, por lo que la toma de decisiones requiere de un conocimiento profundo de temas relacionados con la ciencia, de esta forma la asesoría se ha convertido en un factor que se practica de forma regular en muchos países, y que sin duda es necesaria para todos los tomadores de decisiones, incluidos los representantes de los sectores empresariales”

Como parte también de las reflexiones, el senador Juan Carlos Romero Hicks habló de las dos iniciativas en materia de ciencia y tecnología que se están discutiendo en el Senado y aseguró que, si bien la ley no cambia, la realidad marca un deber ser

“Al revisar la legislación, en el andamiaje constitucional, la ciencia no se menciona, y por ello queremos incluir cuatro aspectos: 1) el derecho a recibir los beneficios de la ciencia, 2) que se establezcan estímulos a la inversión en CTI, 3) que las políticas de Estado tengan un sustento en CTI, y 4) que haya una ley general de educación”, informó el legislador.

Romero Hicks precisó que la segunda iniciativa proviene del Ejecutivo y tiene como fin actualizar la Ley de Ciencia y Tecnología, que data de 2002.