No puede haber ciudadanía Sin conocimiento científico
¿Qué tanto se apoyan realmente los tomadores de decisiones en la ciencia para crear las políticas públicas? ¿por qué debería de tomarla en cuenta? ¿qué áreas de oportunidad se le abrirían al país con un mejor diálogo entre ciencia y política?
En la Antigua Sede del Senado de la República, legisladores y científicos abordaron ayer estas y otras preguntas en la mesa de debate Asesoría científica para el trabajo legislativo, que se realizó dentro de la reunión “El papel del conocimiento científico en el desarrollo de México”, coordinada por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
“No puede haber ciudadanía si no tenemos alfabeto, no la puede haber si no tenemos una base de conocimientos compartidos sobre la manera en que funciona el mundo, cómo se estructura la naturaleza y se ordena también el mundo social.
La defensa de la ciencia tiene que hacerse porque no puede haber ciudadanía sin un conocimiento científico extendido socialmente”, señaló el maestro Jesús Silva-Herzog Márquez, coordinador adjunto de Investigación del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Con esto en mente, resulta fundamental que los tomadores de decisiones realicen acciones basadas en ese conocimiento compartido, pero no siempre es el caso.
“Allegarnos información como legisladores resulta fundamental. No podemos legislar solamente con buenas intenciones, no es suficiente, sino buscar que sí tengan el impacto esperado.
Creo que no contamos como país con una especie de observatorio que vea el desarrollo de la ciencia y el impacto que tiene en diferentes temas dentro de la vida nacional y de las políticas públicas”, opinó la diputada Eloísa Talavera Hernández, de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados.
Más aún, complementó la maestra Liliana Estrada Galindo, investigadora de la Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión (INCyTU) a cargo del Foro Consultivo, “resulta evidente que es necesaria una constante asesoría científica para el Congreso (…) Creo que no hay un estudio o un indicador que actualmente nos diga qué tanto las leyes están sustentadas en evidencia científica”.
El tema fundamental en todo esto, sin embargo, no es tener claro el papel que juega la ciencia en la toma de decisiones, sino cómo construir el puente de comunicación entre ésta y la política.
“La información se está generando constantemente en universidades, centros de investigación, y el mismo gobierno, pero existe el reto de acercar esta información, y hacerla accesible a los congresistas, conforme a sus necesidades, y yo creo que en este punto tenemos un área de oportunidad los científicos y tecnólogos de México para hacer este traductor entre el conocimiento científico que existe.
Como científicos y tecnólogos debemos tomar nuestra responsabilidad en estos temas e interesarnos por los procesos de política pública, creo que el aprendizaje y la responsabilidad debe de ir en dos caminos”, enfatizó la maestra Estrada.