TLATLAYA
En las últimas semanas de un sexenio que sólo será recordado por sus errores y sus abusos, a Enrique Peña Nieto se le sigue llenando el costal de vergüenzas.
La resolución de un juez en torno al Caso Tlatlaya deja claro que la Procuraduría General de la República nunca investigó seriamente y solamente simuló para dejar pasar el tiempo.
En junio de 2014, elementos del Ejército mexicano recibieron la orden de actuar “en horas de oscuridad”, lo que derivó en un operativo en el que fueron ejecutadas de modo extrajudicial entre 12 y 15 personas.
El gobierno negó primero los hechos y después buscó ocultar y distorsionar la investigación, tal como se hizo costumbre desde que Felipe Calderón lanzó su demencial “guerra contra el narcotráfico”.
Los vistosos operativos, las ejecuciones extrajudiciales y otros graves abusos, que fueron marca de dos sexenios fracasados, llegarán a su fin.
Pero Tlatlaya y los otros nombres del horror, como Iguala y Apatzingán no podrán ser olvidados mientras no haya justicia.