El naufragio peñista
La única simplicidad que vale la pena de
conservar es la del corazón,
la simplicidad que acepta y goza.
- Gilbert Keith Chesterton
Estimados amigos lectores, muchas gracias por su tiempo para la lectura de la presente columna publicada en tan prestigiado medio de comunicación. Se entregó el último informe del presidente Enrique Peña Nieto, un acto deslucido para un presidente que no entrega buenas cuentas.
Basta recordar que cada una de sus propuestas, y que todas le pasaron en el Congreso de la Unión, se fueron desmoronando. La cruel realidad se define en unas cuantas palabras: el gobierno “peñista” vive un naufragio.
El regreso cantando el PRI en el 2012 instalando a Enrique Peña Nieto en el poder, representaba la oportunidad para mostrar que el “dinosaurio tricolor” podía cambiar. Que el viejo régimen tenía la capacidad reflexiva y crítica para no cometer los tropiezos del pasado que sumieron al país en diversas crisis.
Enseñar que se podía gobernar con honestidad a pesar del los estigmas ganados a pulso por personajes oscuros y sangrientos. La realidad es cruda y pronto nos dio con la puerta en la nariz.
El sexenio de Enrique Peña Nieto estará marcado en la historia por la reinstauración de un régimen corrupto, con personajes que se enriquecieron a costillas del poder y que traicionaron al mismo presidente Peña Nieto, lo dejaron solo. Obviamente de nada exime al presidente, solamente es para tener el contexto de un panorama donde sus amigos fueron cobijados por Peña, a pesar de cualquier pecado y escándalo en agravio del pueblo mexicano.
Si el sexenio de Calderón dejó a un país bañado en sangre, para peña y su gabinete de seguridad, los muertos ya no les caben en los armarios, se camina entre huesos y destazados, el país es un cementerio. Esa es una gran falla del “peñismo” y su estrategia fallida contra la delincuencia, desaparecidos, carteles del narcotráfico que tienen el mando de policías y zonas geográficas donde operan a su antojo, homicidios y feminicidios, todo cabe en seis años.
La lista de temas continúa: pobreza, crecimiento económico, momentos bochornosos y uno que no se puede dejar pasar es la cifra récord en deuda pública, tanto interna como externa.
Así llegamos al último informe, con un presidente que se va haciendo cada día más pequeño y que está subordinado a la figura del próximo presidente de México.
Entre Palabras
El congreso debe ser un lugar para la discusión de las ideas, mostrar madurez política y no un campo para la trifulca ni el poder mal entendido. En necesario que nuestros legisladores crezcan y estén a la altura que se necesita.
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Muchas gracias y hasta la próxima.