Construirá un nuevo modelo Democrático y de libertades

Cincuenta años después del Movimiento Estudiantil de 1968, el régimen autoritario fue derrotado por los ideales de los jóvenes, ya que el Estado mexicano nunca entendió que las protestas canalizaban la asfixia impuesta por el autoritarismo que impedía espacios de participación política.

Con el triunfo de la izquierda en México, el pasado primero de julio, nuestro país tiene la oportunidad de una verdadera transformación y construir un nuevo modelo democrático y de libertades, en el que no se reprima a los jóvenes, pero ello significará la oposición de quienes aún permanecen en el poder, aseveró el diputado Alejandro Encinas Rodríguez.

“Debemos señalar y reconocer que si bien la izquierda y las fuerzas progresistas ganamos las elecciones con un amplio y legítimo margen, y que se ha construido una nueva mayoría, el viejo régimen sigue vivo. Nos encontramos en un momento en que el viejo régimen no acaba de morir y lo nuevo está por construirse, y que sin lugar a dudas esa construcción de lo nuevo enfrentará muchas resistencias”, recalcó.

Al cumplirse 50 años del Movimiento Estudiantil de 1968 y de la brutal represión en la Plaza de las Tres Culturas, el legislador del Grupo Parlamentario de Morena en el Congreso de la Ciudad de México expresó que los sueños e ideales de los jóvenes estudiantes derrotaron al viejo Estado autoritario.

Durante la Sesión Solemne en el Congreso capitalino para recordar la masacre de Tlatelolco, Encinas Rodríguez señaló que ese episodio histórico fue la rebelión de los jóvenes contra el régimen establecido y la exigencia de una nueva cultura de libertades.

Aseguró que el Estado mexicano de ese entonces nunca entendió que las protestas canalizaban la asfixia impuesta por el autoritarismo que impedía cualquier espacio de participación política al margen del aparato de control gubernamental.

“De manera especial este movimiento fue la rebelión de los jóvenes contra una sociedad autoritaria, contra una sociedad patriarcal, contra el despotismo en la escuelas y las iglesias, una ruptura contra el régimen establecido y la exigencia de una nueva cultura que buscaba libertades”, manifestó.

Ante el pleno legislativo, aseguró que aquellas protestas no sólo fueron de estudiantes, sino de toda la sociedad inconforme contra un régimen esmerado en sofocar cualquier tipo de oposición.

A los jóvenes, apuntó, se sumaron las demandas de libertad de presos políticos; democracia y libertad sindical; reparto de la tierra y las exigencias de un creciente movimiento urbano que exigían vivienda en momentos en que el país había dejado de ser predominantemente rural.

“Este movimiento representó además la confluencia de jóvenes de todo el mundo, quienes en medio de la Guerra Fría, dieron lugar a movimientos por la paz por poner fin a la Guerra de Vietnam, al colonialismo y en defensa de la Revolución Cubana”, manifestó.

El diputado Alejandro Encinas afirmó que a 50 años de distancia, el pliego petitorio de los estudiantes del 68 tiene una gran vigencia. Por ejemplo, dijo, las demandas de diálogo público ante la sordera de un gobierno que afortunadamente ya se va; la libertad de presos políticos; la defensa de los recursos naturales, los derechos humanos en las cárceles del país.

“La derogación del delito de disolución social, como hoy demandamos la abrogación de la Ley de Seguridad Interior. La desaparición del cuerpo de granaderos, como hoy condenamos las agresiones de las policías estatales y municipales. Las profundas violaciones a los derechos humanos por parte de las fuerzas armadas”, indicó.

Este pliego petitorio hoy se ha traducido en una oportunidad de cambio que trasciende la alternancia política y que demanda la edificación de un nuevo régimen político que permita rescatar un país para todos, subrayó el integrante de la bancada de Morena.

Alejandro Encinas consideró que a pesar de que la represión sofocó al movimiento estudiantil y que el expresidente Gustavo Díaz Ordaz asumió la responsabilidad por los sucesos de Tlatelolco, el país cambió y prueba de ello es el resultado electoral del primero de julio que cimbró las viejas estructuras que durante décadas mantuvieron a México en un mar de violencia y corrupción.

En ese contexto, expresó que hoy la opción de cambio que se abre para los mexicanos es el triunfo de la izquierda, que encuentra sus raíces en el Movimiento Estudiantil de 1968.

“El viejo régimen, el del presidencialismo autoritario y del partido hegemónico, el de las alianzas pragmáticas, el de sistema de partidos que permitió la entrega de la riqueza nacional, ha sucumbido frente a un electorado harto de la descomposición de la política tradicional y de sus instituciones”, subrayó.