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Eritronio, historia del elemento químico


El 2019 Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos coincide con el 170 aniversario de la muerte del hispano-mexicano Andrés Manuel del Río, descubridor del elemento químico vanadio, al que denominó primero pancromio y luego eritronio.

El método por el que Andrés Manuel del Río logró identificar en 1801 al eritronio fue el químico-analítico, que consistió en tratar la mena de plomo pardo de Zimapán, con ácidos sulfúrico, nítrico, potasa y sosa que resultaron en cristales de diversos colores como el rojo escarlata.

Uno de los aspectos pendientes de la enseñanza de la química en México es el de rescatar su identidad y la de sus habitantes y esto es posible, en parte, al abordar historias como la de Andrés Manuel del Río, quien descubrió en 1801 en nuestro territorio el elemento al que hoy se conoce como vanadio, señaló el doctor Felipe León Olivares, de la Facultad de Química de la UNAM.

El vanadio (V) ocupa el lugar número 23 de la tabla periódica de los elementos, es un metal dúctil, blando y poco abundante; se encuentra en distintos minerales y se emplea principalmente en la industria del acero, como elemento de aleación. Este elemento fue descubierto oficialmente en 1830 en minerales de hierro de las minas de Svalbard en Suecia por el químico sueco Nils Gabriel Sefström, que llamó al nuevo elemento vanadio en honor a la diosa escandinava de la belleza Vanadis.

Sin embargo, el descubrimiento de este elemento se dio originalmente en 1801, cuando wl hispano-mexicano Andrés Manuel del Río, especialista en mineralogía, identificó una nueva sustancia, un mineral proveniente de la mina de la Purísima del Cardonal, ubicada en Hidalgo, al que llamó plomo pardo de Zimapán y tras hacer diferentes ensayos químicos extrajo una sustancia a la que nombró ‘pancromo’, por la variedad de colores que presentaban sus compuestos químicos y que después renombró como ‘eritronio’ por el color rojo que adquirían sus sales al exponerlas al fuego.

En entrevista con la Academia Mexicana de Ciencias, León Olivares explicó que en 1803 Del Río entregó a Alejandro von Humboldt muestras del mineral, pero el naturalista dudó que en tierras mexicanas existiera una sustancia pura para clasificar, así que las envió a Francia y encargó su análisis al químico Hippolyte Victor Collet-Descotils, que analizó las muestras e informó, equivocadamente, que contenía solo cromo por lo que el explorador alemán descartó que la mena mexicana tuviera un nuevo elemento.

Al respecto del contexto en el que se llevó a cabo el descubrimiento del eritronio, oficialmente conocido como vanadio, el investigador dijo que del siglo XVI al XVIII México, que estuvo bajo el dominio de la monarquía española, era un importante productor de plata gracias a que se desarrollaron métodos para extraer dicho metal, como el método de beneficio de patio de Bartolomé de Medina.

Pero ante el decaimiento de España como potencia mundial y con el fin de reactivar la economía y extraer más plata, se establecieron becas para que los estudiantes españoles viajaran a otros países y se pudieran desarrollar en lo científico; además también los enviaron a los principales centros mineros de los territorios que la corona española controlaba, destacó León Olivares, especialista en historia de la química en México.

Así, en nuestro territorio se estableció el Real Seminario de Minería, escuela que se fundó en 1792 por criollos y funcionarios españoles para formar técnicos especializados en la explotación minera, en la cual se impartía las cátedras de química y docimasia, física y matemáticas. Algunos historiadores de la ciencia en México han nombrado al Real Seminario de Minería como la Primera Casa de las Ciencias en México.

Al Real Seminario de Minería, con sede en la calle de Guatemala No. 90, invitaron a ilustres científicos de la época, entre ellos al español Andrés Manuel del Río, quien impartió la clase de mineralogía.

“Del Río tenía una experiencia amplia en el análisis de minerales y el gabinete del Real Seminario de Minería estaba totalmente equipado para 1801, era un lugar de buen nivel porque contaba con catedráticos formados en Europa, quienes además tenían los textos en los que se difundía lo último de la ciencia en el mundo”.

Tal es el caso del Tratado Elemental de Química de Antoine Laurent de Lavoisier que el botánico Vicente Cervantes tradujo en 1797, o las Tablas Mineralógicas de Karsten que Andrés Manuel del Río tradujo en 1804 para uso del Seminario, así como los Elementos de Orictognosia, cuyo autor es el propio Del Río, entre otros.

El método por el que Andrés Manuel del Río logró identificar al eritronio (vanadio), en el laboratorio del Real Seminario de Minería consistió en observar los diferentes colores que se producían al hacer reaccionar el mineral con los ácidos disponibles en la época, entre ellos, el ácido sulfúrico, clorhídrico y nítrico, se trataba del método químico-analítico.

El gran error fue, a consideración de León Olivares, que en su momento no se reportó ni publicó el descubrimiento de Del Río con una caracterización precisa. Para 1847 el físico Manuel Sandoval Vallarta y el historiador Arturo Arnaiz y Freg hicieron un llamado a la comunidad científica y en especial a la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC, por sus siglas en inglés) para que se reconociera a la sustancia con el nombre eritronio que propuso, aunque no se logró.

Acerca de la proclamación por las Naciones Unidas de 2019 Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos, Felipe León Olivares, miembro de la Sociedad Química de México y de Historiadores de las Ciencias y las Humanidades, dijo que los métodos para la identificación de un nuevo elemento han cambiado y con ello ha aumentado el número de elementos descubiertos, en la época en la que Del Río descubrió el eritronio se habían identificado cerca de 33. La química, por su parte, era cuantitativa y su lenguaje estaba en construcción. En la actualidad la tabla periódica cuenta con 118 elementos.

A 150 años de la creación de la tabla periódica de los elementos químicos por el científico ruso Dmitri I. Mendeleev y a 170 años de la muerte de Andrés Manuel del Río, queda claro, en opinión del investigador de la UNAM, que la química es una ciencia que está en construcción.

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