CHISPAS…
DE MI COSECHA
Supuse que despertaba de un sueño vacacional, después del disfrute de la Semana Mayor (algunas personas lo definen como Semana Santa) pero solo de palabra, porque esa fechas son esgrimidas para “agarrar la jarra”, o avisar en casa que se labora esos días con objeto de pasear con la nueva conquista o el “segundo frente”; escasas familias dedican esos días al recogimiento, a la oración y rememorar a Jesús Cristo en su tortuoso camino hasta el sitio en que sádicamente fue crucificado. Otros por su parte acudieron al tradicional martirio de Jesús de Nazareth, representado anualmente, con toda solemnidad, en la popular Alcaldía Ixtapalapa. Por supuesto que jamás falta el visitante, que a pesar de la prohibición de ingerir bebidas embriagantes, burlan a las autoridades, portando debajo de las valencianas del pantalón, atados entre las piernas, envases plásticos con su tequila o ron predilectos; así se las gasta el ingenio mexicano. Y… aquél que esté limpio de culpa, que arroje el primer eructo. El mes de mayo ni se diga, se festeja el Día del trabajo (uno), la Batalla de Puebla (cinco), el Día dedicado a nuestras madrecitas (10), del Maestro, Pedagogo o Preceptor (15), pero los auténticos que convierten su título en apostolado. Concluyo este florido mes, cuando mis padres pusieron el grito en el cielo, motivado por los interminables gimoteos, a partir de las 3 de la madrugada, que no cesaban hasta después del mediodía (28). ¡Qué tal Eh!...