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Por impulsivos y arrogantes despiden a funcionarios del Congreso de la CDMX


Por impulsiva y arrogante, además de registrar omisiones e incidencias, la flamante titular de la Unidad de Transparencia del Congreso de la Ciudad de México, del 29 de diciembre del 2018, hasta al 15 de julio pasado, fue destituida.

Luego de varios avisos de que su conducta altanera debía modificarse con sus jefes, los coordinador y subcoordinadores de Morena y con sus pares de otras Unidades administrativas del Congreso de la Ciudad de México

La destitución de Judith Minerva Vázquez Arreola como titular de la Unidad de Transparencia del Congreso de la Ciudad de México se fincó sobre un piso resbaladizo entre lo ético, moral y político; la soberbia, prepotencia y nepotismo la orillaron a cometer diversos errores, desde mínimos, hasta graves.

El INFO envío a la casona legislativa un reporte de incidencias y omisiones de la Unidad de Transparencia. Evidencia oficial de que las tareas encomendadas no las cumplió a cabalidad la ex funcionaria que se re victimizó en los medios, luego de su despido y quien asegura a su personal de confianza que aún labora en esa área, que pronto regresará porque fue una ilegalidad su deposición.

Se le olvidó que los 66 diputados fueron sus jefes; que la Junta de Coordinación Política (JUCIPO), es el órgano institucional de gobierno del Poder Legislativo capitalino, quien define el rumbo que deberá seguir durante está primer legislatura y no por una Unidad administrativa como la que ostentó desde diciembre pasado hasta el 15 de julio.

Durante la primera reunión de trabajo con la JUCOPO, Vázquez Arreola trató de imponer sus puntos de vista a los coordinadores de las fracciones parlamentarias que conforman a ese órgano de gobierno.

Su falta de tacto político la llevó a generar enconos y diferencias entre los asistentes a esa primera reunión de acercamiento a principios de este año.

Se dirigió a los diputados como si fueran sus empleados; llegó a tirar línea sobre cómo debería proceder en el tema de la transparencia, del Parlamento Abierto y que, además; conminó a los legisladores a tomar un curso sobre estas materias.

Pasaron los días y por cuestiones de negocio-administrativo, la página web del Congreso de la Ciudad de México, se mantuvo secuestrada por particulares los que, amparados bajo un contrato de licitud, eran dueños de los contraseñas y en obvio de presión-chantaje, pidieron continuar con un jugoso contrato o, de plano, se les pagarán más de ocho millones de pesos por ceder los derechos que ya habían sido pagados por la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).

Este asunto generó que la “transparencia se volviera invisible” durante los primeros meses de la 1ª. Legislatura. Con su manto de heroína, Vázquez Arreola comenzó e exigir a la Unidad de Innovación, a la Oficialía Mayor, a la JUCOPO, se pusieran a trabajar para ‘subir la nula información que se tenía’.

Su actitud petulante sólo generó mayor retraso para la liberación de la cuenta de la página web de la extinta ALDF, por lo que se decidió crear una nueva, que, a criterio de la licenciada en teología, Vázquez Arreola, debería ser como ella la había diseñado sin que fuera aprobada por diversas comisiones y luego ratificada o reformada por la JUCOPO.

En comentario de pasillo, la ex funcionaria de Transparencia con una actitud insolente, dominadora y cobijada por el nepotismo de su esposa Lol Kin Castañeda Badillo, expresó que sólo ella podría salvar al Congreso de una fuerte extrañamiento por parte del Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública, Protección de Datos Personales y Rendición de Cuentas de la Ciudad de México, (INFO).

Categórica afirmó porque nadie, ni los diputados, sabían del tema de la transparencia y que ya tenía resuelto todo el andamiaje, sólo pedía que todos; legisladores, asesores, estructura y trabajadores de base la dejarán innovar “lo que sé hacer y muy bien”.

Vázquez Arreola, la pareja sentimental de Castañeda Badillo, la ex diputada constituyente, hoy directora de Desarrollo Social en la Alcaldía de Miguel Hidalgo, contrató personal de honorarios, inexperto, ajeno al tema de transparencia, para sustituir las funciones de personal de estructura.

Tres subdirectoras y tres Jefes de Unidad Departamental fueron relegados de sus atribuciones, pero no de sus responsabilidades, por igual número de personas contratadas por honorarios, por prestadores de servicios, con pocos conocimientos en el tema de Transparencia, Capacitación y Parlamento Abierto.

Sin estar aprobado el Manual de Procedimientos por los órganos administrativos correspondientes, el visto bueno y autorización de la JUCOPO, puso en marcha su programa personal de trabajo y a través de una página alterna de su peculio, redes sociales públicas con password individual, comenzó su trabajo particular paralelo.

Una vez empoderada en su feudo, de manera arbitraria, sin respetar la cadena de mando, alteró las jornadas de trabajo. Todo el personal, hubiera terminado o no su trabajo encomendado debería abandonar la Unidad de Transparencia a las 18:00 horas, ubicada en el tercer piso de Gante 15 y, los viernes, la jornada laboral, se instauró de 09:00 a 15:00 horas, además de autorizar vacaciones al personal de honorarios manera ilegítima, sobre todo a los de su confianza.

Como activista y defensora de los derechos humanos de la comunidad LGBTTTI, se olvidó de los principios políticos elementales, el respeto a las jerarquías, sobre todo que proviene de una formación ecuménica, entre los sagrado y lo mundano, donde la exigencia del respeto y amor a los semejantes es vital para la vida presente y “futura”.

Desde las Instalaciones de la UT, inclusive, se hizo proselitismo en favor de la comunidad LGBTTTI, a la que “orgullosamente pertenezco y que bueno que no nos mandaron tanta testosterona para acá”, expresó en alguna ocasión.

Dijera el diputado Tonatiuh González Case, del PRI capitalino, que ella “extralimitó sus funciones, pidiendo a los asesores información que los diputados no entregaban por diversas razones”. Misma que entregaron en tiempo y forma de la manera ya establecida en los ordenamientos internos y no por una petición por demás caprichosa.

Judith Vázquez Arreola no tenía facultades para exigir información de cuánto ganaba el personal asignado a los diputados, ni bajo que esquema de contratación y qué funciones realizaban.

Esa es una atribución expresa, que la resguardan y exponen a la vista las áreas de Personal, Finanzas, Oficialía Mayor y no la Unidad de Transparencia, la que sólo debe facilitar esa información a los solicitantes, vía un formato de solicitud que termina en manos del INFO y no en sus archivos personales para darle trámite de manera personal.

En el caso de Javier González Garza, ex Oficial Mayor, también, contaminado por la arrogancia y la prepotencia fue retirado de su cargo, entre otras razones, por haber entregado plazas a sus cuates y sin la autorización de la JUCOPO, además de tomar decisiones que corresponden únicamente a los legisladores, como la asignación de espacios de estructura al interior del Congreso.

La salida inminente de Ignacio Rodríguez de la Unidad de Comunicación Social, es cuestión de días. Avalado por sus cuñados, la diputada Valentina y el senador Martí, ambos de apellido Batres Guadarrama, toma decisiones que sólo benefician a este clan familiar de Morena y no al resto de los 65 diputados del Congreso de la Ciudad de México.

Junto con Juan José Godínez Navarijo, coordinador ejecutivo y con José Juan Reyes Pérez, subdirector, cepillan el compendio informativo; el más aventajado y con mejor manejo de prensa es el diputado Jorge Gaviño Ambriz y cuando se publican sus comentarios en varios periódicos de circulación nacional, redes y portales, las sacan del legajo y las ocultan.

Lo mismo ocurre con los diputados del PAN, Mauricio Tabe Echartea, Christian Von Roehrich, Federico Döring, inclusive del legislador de Morena, José Luis Rodríguez Díaz de León y del propio Ricardo Ruiz; además de usar las oficinas de comunicación social como un despacho de asesorías para el grupo político del clan Batres Guadarrama.



DIRECTORIO

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