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Ulrich richter, mercenario de las mafias del poder


Abogado egresado de la Escuela Libre de Derecho y maestro en Ciencias Penales por el Instituto Nacional en la materia, le ha permitido vivir las dos caras de la moneda: la vida de glamour y pegarle al peligro en términos policiacos, que supera hasta la ficción englobalizada en el terreno de la simulación, adentrada en lo que llaman la “gangrena de la idolatría”.

A lo largo de su vida profesional, se ha distinguido, independientemente de configurarse como un “mercenario”, es un defensor jurídico con diversas redes de altas complicidades que aglutina a personajes que han hecho historia al defender y hasta manipular, las propias mafias del poder del neoliberalismo depredador, encumbrándose tanto política como económicamente como ningún otro de su especie en el género de la abogacía.

Representante legal del ex gobernador Humberto Moreira, Richter selló sus compromisos abyectos al destacarse como un “mercenario” y/o “Abogado del Diablo! de causas penales, por sus sublimes alcances en incontrolable el tráfico de influencias.

Promovió una demanda por 20 millones de pesos como reparación de Daño Moral en contra del investigador académico Sergio Aguayo Quezada, “por tocar a su patrón”, en una investigación periodística de índole política

El artículo que motivo la demanda fue publicado el 20 de enero pasado en el diario de circulación nacional Reforma y en el rotativo local El Siglo de Torreón, además de que el propio Aguayo reprodujo una parte de éste en su cuenta personal de la red social Twitter, tras la detención de Moreira Valdés en España, en donde fue indagado por lavado de dinero, encarcelado una semana y liberado por falta de pruebas.

“Moreira es un político que desprende el hedor corrupto; que en el mejor de los escenarios fue omiso ante terribles violaciones a los derechos humanos cometidos en Coahuila, y que, finalmente, es un abanderado de la renombrada impunidad mexicana”.

Lamentablemente, y a pesar de haber contado con un fallo a su favor en primera instancia para darle cabida a la defensa de la libertad de expresión, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México a través la Sexta Sala Civil que encabeza el magistrado Francisco Huber Olea, tras estudiar el proyecto del caso en segunda instancia, desvaloró sus argumentos de defensa generando polémica entre periodistas y destacados investigadores universitarios.

La doctora Denise Dresser señaló que “el uso del poder judicial para intimidar a periodistas o analistas no es nuevo y sigue siendo perverso”; mencionó que el “poder busca intimidar y mandar un mensaje: lo hacemos con Sergio Aguayo y lo podemos hacer con cualquiera“.

Tras bambalinas, la figura del abogado Ulrich Richter Morales siempre se ha maneja supuestamente con “bajo perfil”, es decir, tanto le juega al peligro de una parte como de otra; su marrullerismo legal está a la vista y ante las evidencias, nadie ha protestado por su beligerancia.

En tanto, el historiador Lorenzo Meyer agregó que no duda que el caso lo lleven a la Suprema Corte, “como cuando me demandó Carlos Marín”, y “a mí me gustaría ver a Aguayo devolverle el golpe” ante estas “estúpidas acusaciones que se le hacen a Sergio”.

Identificado también como otro de los “Abogados del Diablo” que están al servicio de los altos jefes de las mafias del poder neoliberal –por cierto, en decadencia frente a la fuerza política de una izquierda indefinida-, por cuestiones de lógica el abogado Ulrich Richter Morales ahora anda de “coqueto” con el presidente Andrés Manuel López Obrador, luego de editar un libro denominado El Ciudadano Republicano y la Cuarta Transformación (Editorial Océano).

En dicho texto busca demostrar los paralelismos entre el gobierno de Andrés Manuel López Obrador y el concepto de “república“, por lo que en diversas entrevistas con los medios de comunicación, el autor explica que tomó como punto de partida para esta obra la filosofía y las ciencias sociales clásicas que dieron origen a este concepto.

Asegura que el modelo llevado a cabo por el mandatario de origen tabasqueño, incluye dos factores determinantes en esta definición: la participación ciudadana y la virtud cívica que llega y es llevada a cabo por el ciudadano. Agrega que este modelo es de utilidad para el desarrollo del país, debido a que la inclusión de este concepto crea ciudadanos que respetan la civilidad.

Aun cuando se limita a emitir las conclusiones a las que llegó, dijo que la sociedad puede enterarse del resultado de sus ensimismamientos, solo que en las esferas del poder judicial y los poderes político y legislativo mexicano, consideran ese trabajo “literario” como el mariposeo que proviene de un hombre intrépido que tiene todo a su alcance como el poder político, judicial y financiero, apoyado presuntamente con acciones ilegales; una carrera similar a la del otro abogado -hoy caído en desgracia- Juan Collado.

Es decir, Collado sigue siendo su representante jurídico a través de su buffet, de Enrique Peña Nieto, y lo seguirá por largo camino aun con su proceso a cuestas y en prisión, toda vez que la justicia deberá probar los delitos que le atribuyen, más allá de si fue representante legal de lo que López Obrador denomina "la mafia del poder".

Durante años, el hoy Presidente de México ha reiterado la existencia de un grupo que sigue predominando como "la mafia del poder neoliberal", y en esa larga lista que integra a sus "camarillas", ha señalado a “peces gordos” como el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y de su hermano Raúl; al ex presidente Enrique Peña Nieto; al ex candidato presidencial panista Diego Fernández de Cevallos; al ex ministro de la Corte Eduardo Medina Mora; y al hoy ex líder petrolero Carlos Romero Deschamps, entre otros.

Varios de los integrantes de esa “mafia del terror neoliberal”, tienen muchas cosas en común, pero hay una en particular que resulta evidente: su representante legal es o ha sido en algún momento un abogado de renombre Juan Collado Mocelo.

Este afamado y experimentado litigante halló la horma de su zapato ya que el sistema gubernamental de “izquierda indefinida”, a través de investigaciones de la Fiscalía General de la República, logró detenerlo, internándolo en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. El caso cobró celebridad (además de millones de pesos y en dólares) a lo largo de las últimas décadas, precisamente por haber, en algún momento, defendido o brindado asesoría legal a miembros de la élite política hoy fuera del poder constitucional.

Tanto Ulrich Richter Morales y Juan Collado Mocedo, no solo se transforman como un dúo de las “altas letras jurídicas”, sino en una verdadera red de abogados peligrosos que en su momento protegieron a distinguidos clientes ganándose el mote de ser los “carnales audaces”.

El penalista Ulrich Richter Morales estaría tomando el caso de Juan Collado Mocelo (su colega y amigo personal), para buscar que el esposo de la actriz Yadhira Carrillo, salga del Reclusorio Norte lo más pronto posible, esto con base a una estrategia extrajudicial.

En su columna “Escuela de Negoceos” difundida por El Universal, el periodista Mario Maldonado, indica que Richter tiene cercanía con Julio Scherer –consejero jurídico de la Presidencia de la República pejista-, lo cual beneficiaría al abogado de Salinas de Gortari, Enrique Peña Nieto y Carlos Romero Deschamps.

En su cartera de clientes millonarios, Collado fue abogado del empresario argentino Carlos Ahumada Kurtz (amante de Rosario Robles Berlanga, también presa por ejercicio indebido del servicio público), llevó el litigio de la separación conyugal del ex presidente Enrique Peña Nieto y la actriz Angélica Rivera.

Igualmente ha figurado como defensor de Raúl Salinas de Gortari, quien estuvo preso una década, acusado de enriquecimiento ilícito, además de ser el autor intelectual del asesinato de su cuñado, José Francisco Ruiz Massieu. También brindó asesoría legal al líder sindical petrolero Carlos Romero Deschamps.

En este último caso, el 16 de octubre (2019), Deschamps se vio orillado a dejar el cargo de secretario general del poderoso sindicato petrolero, tras 26 años estar al frente; es el personaje con quien se encontraba comiendo Juan Collado cuando policías federales ministeriales cumplimentaron una orden de aprehensión en su contra y se lo llevaron detenido, la tarde del 9 de julio de ese año.

En su historial, Ulrich Richter a quien también se le considera un defensor de los poderosos y que no dejará de ser un reto para la Justicia en México, ha sorteado una importante cantidad de escándalos mediáticos que, al igual a su colega encarcelado Collado, le ha permitido actuar como si fuera otro “Abogado del Diablo” con suerte.

Ritcher es el cliente y el abogado de su propio caso Goggle a cuya trasnacional demandó por daño moral luego de haber sido difamado por presuntos apegos con la corrupción y tacharlo como un “aseador de dinero sucio”.

Según en varios portales de redes sociales, en los últimos tiempos le ha dado tiempo de sumergirse en toda la bibliografía sobre Google que ha encontrado. Es un litigante meticuloso, obsesivo y malhablado con cada uno de los pasos que ha dado en su enfrentamiento con la tecnológica. “Siempre estoy pensando en estrategias”, reconoce.

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