Las instituciones autónomas facilitan el desarrollo de ciencia
Para que México pueda tener el nivel de ciencia y tecnología que requiere un país que ocupa la onceava economía mundial, necesita tener organismos autónomos que no dependan de la cabeza de sector científico, que sean espacios de participación libres, y que logren mirar a largo plazo.
El doctor Rafael Loyola Díaz, director General del Centro del Cambio Global y la Sustentabilidad, dijo lo anterior.
“Si no logramos que en este país existan organismos de esa naturaleza el futuro para la ciencia no va a ser muy entusiasta y lo menos que puede ayudar a crear una comunidad fuerte y dinámica es la autocracia en la ciencia.
En este momento en el que se quiere cerrar las miradas sobre el país, es deber de quienes participamos en este espacio, procurar tener una ciencia abierta e inclusiva que pueda atreverse a pensar hasta las cosas más inauditas y para eso necesitamos espacios libres y autónomos”.
Pese a que el sector científico vive actualmente una crisis, cuenta con una comunidad más participativa que se quiere hacer cargo de su destino. No es la primera vez que la comunidad científica logra darle un giro a las iniciativas gubernamentales: cuando se dio el primer gobierno de alternancia, ejemplificó, la comunidad científica despertaba de un largo letargo priista y logró cambiar una reforma enteramente dedicada a la innovación por una ley de contenido científico, gracias a la discusión.
“Hoy tenemos la oportunidad de dar un giro adecuado a esta nueva Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación”, expuso el doctor en historia.
También nos corresponde convencer a la actual administración pública, añadió el académico de la UNAM, sobre el carácter estratégico de la ciencia y la tecnología. No podemos bajar la guardia tenemos que insistir.
Es el momento de establecer la más amplia comunicación con los sectores sociales y crear mejores espacios de diálogo y ayudar a que este esfuerzo sea federal, es decir, que todos los estados participen activamente en el sistema de ciencia, tecnología e innovación.
“Los Estados tienen que involucrarse más en la ciencia y participar en el financiamiento de organismos de investigación de buen nivel, no sólo poner ladrillos para que se instale la ciencia”, dijo uno de los autores del artículo: Organismos autónomos para la complejidad de la ciencia y su mejor orientación pública el FCCyT; el cual realiza en colaboración con los doctores Octavio Paredes y José Franco y se puede encontrar en el número 56 de la revista Forum dedicada al tema de la nueva Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación.