El peje lagarto, líder del club destroyer's

Un Peje narco-gobierno de promesas y mentiras, que en la víspera de entrar en operación, y una vez consumada su jerarquía, sigue siendo criticado por millones de mexicanos desilusionados. Y no solo los de aquí, sino de la propia raza que trabaja en los Estados Unidos de Norteamérica. Ya no viene a México por miedo y pavor.

Con el Peje, o sin el Peje, el PRI sigue gobernando a diestra y siniestra, y en el 2024, está por regresar al poder que, jocosamente, sus detractores muestran un juego de terror al exhibir un panorámico color rojo, con el logotipo del PRI y la leyenda “Regresaremos”, agregándole la fábula: “Aparece narco manta que amenaza a todo el país mexicano”.

Necesario observar y analizar la estrategia del “nuevo gobierno” encabezado por el Peje Lagarto que es un connotado ex priista que fue ayudado por la propia Mafia del Poder sistémica para llegar a ser Presidente de México, con sueños guajiros al muy estilo de Luis Echeverría, solo por coyunturas fortuitas, utilizando a México como un laboratorio político en que se verán perdidas todas las esperanzas de desarrollo.

A México no solo le deparó enfrentar su peor destino porque su escenario no fue de las emociones y los hartazgos, sino que 30 millones de mexicanos se dejaron ir por la manipulación y el fantástico histrionismo de la televisión, que consecuente y paulatinamente se sintieron traicionados y engañados por un Peje que tiene el doctorado de la estafa.

El rumbo del país cambió a partir de las elecciones del sexenio 2018-2024, de esos 30 millones que votaron a favor de las Peje mentiras, trasformaron el escenario parlamentario con más de 16 millones en contra del mal gobierno del Peje, resurgiendo el PRI como partido permanente en el poder para consolidar el clasismo de la dictadura perfecta.

Como lo afirmaría el polémico escritor peruano Mario Vargas Llosa: “AMLO es la resurrección del PRI”, para lo cual, el propio Andrés Manuel López Obrador de forma inmediata le respondió que no era cierto, pero la realidad es que el tabasqueño nació en esa cuna y por más que lo niegue, le seguirá creciendo la nariz al muy estilo Pinocho.

No obstante de ello, Vargas Llosa consideró que la "dictadura perfecta" del PRI ya cayó una vez, pero podría estar de regreso con el gobierno de López Obrador. Y así ha sido porque la historia lo consigna de manera contundente, y todo mundo lo señala como la encarnación del echeverrismo con su famoso “arriba y adelante”.

La crueldad del electorado es incierta. El PRI, solamente el PRI, está por encumbrarse nuevamente en el sitio que jamás permitió que lo despojaran de la Presidencia de la República. La Oclocracia que se nutre del rencor y la ignorancia, será difícil remontarla debido a la baja escolaridad de los mexicanos.

El ánimo de la vox populi, mezclada con extrañas criaturas calificadas como chairos y Peje Zombies, se fueron encargando de crispar la unidad de los mexicanos, pero éstos encontraron el aval injerencista del siniestro grupo denominado Foro de Säo Paulo, el cual aglutina la izquierda más antiimperialista de América Latina, si no es que del mundo entero.

Una de las fórmulas para remontar la fuerza obradorista es llamar a la conciencia de los millones de mexicanos a sacudirse los intentos de comunizar a la República Mexicana, sobre todo esos bisoños que buscan destruir con sus quimeras dictatoriales las instituciones democráticas y republicanas que le han llevado años a México por consolidarse como una Patria democrática y soberana.

Los reflectores de la razón se impondrán, millones de mexicanos que se hallan en las orillas de perder sus libertades, despertarán para sacudirse el yugo que alguna vez Adolf Hitler hizo de Alemania su esclava, un reinado que costó la vida de millones de judíos y ortodoxos que huyeron con semblantes de pavor en sus caras, pero salvados por los aliados para rescatarlos de la miseria que conlleva el nacionalismo socialista de un loco cuya lección se repite en cerebros enfermizos de poder como es el caso de Andrés Manuel López Obrador.

La periodista Beatriz Pages, paisana del tabasqueño López, a principios del año 2020, en uno de sus editoriales de la Revista Siempre, describió al “fabricante de ataúdes” del poeta ruso Aleksandr Pushkin. La tragedia nacional se centra en que haya llegado al poder lo más representativo del resentimiento y la desvergüenza, llámese por igual, Oclocracia.

Es ahí cuando la ciudadanía tendrá que tomar una decisión: permanecer indiferente y pasiva mirando cómo avanza un proyecto dictatorial de país o impedir por todos los medios a su alcance que se sigan destruyendo las instituciones democráticas.

La mala noticia es que la oposición NO existe. Es decir, el PRI, PAN y PRD, los que tienen mayor presencia nacional, han quedado pasivos ante la aplanadora que representó la fuerza política llamada MORENA, que supuestamente presumen sus fundadores ser un partido de “izquierda” a pesar de haberse creado el 2 de octubre de 2011 como un movimiento político y social impulsado por el propio Andrés Manuel López Obrador, como parte de su campaña presidencial en las elecciones federales de 2012 y que luego reutilizaría en el 2018, para finalmente encumbrarse en la presidencia tras casi dos décadas de continua lucha.

Pero insistiendo que la tragedia nacional no solo estriba en que haya llegado al poder lo más representativo del resentimiento y la desvergüenza, sino que los partidos estén al margen de su obligación histórica: frenar la consolidación de un régimen corrupto y totalitario.

De un régimen, que ha resultado ser un gran “fabricante de ataúdes”. La frase no es mía –aclara Beatriz Pages-, obviamente, es del poeta ruso Aleksandr Pushkin, pero sirve para decir que la Cuarta Transformación pone todos los días uno o varios clavos al futuro y esperanza de los mexicanos.

Es cierto que los mexicanos no saben y no están acostumbrados a movilizarse para desafiar a un régimen que les ha estado haciendo daño, que la tabasqueña acusa que los mexicanos deben aprender a superar sus miedos sin llegar a acobardarse y ser víctimas de los cantos de sirenas

Por principio, dice, se debe tener dos objetivos claros: impedir que en el 2021 el partido en el poder, Morena, vuelva a ganar la totalidad de la Cámara de Diputados. Votar para tener diputados no de Morena, ni afín a Morena, sino verdaderos diputados de oposición y no remedos que son utilizados para explotar y saquear el erario público federal.

Si Morena triunfa de manera absoluta en los comicios del próximo año, México entrará a un largo túnel de oscuridad que lo condenará a vivir durante muchos años bajo un régimen depredador de las libertades, la legalidad y el progreso.

Lo primero, entonces, es llamar a las cosas por su nombre. Reconocer que esta es una dictadura en ciernes y que los movimientos de resistencia que puedan surgir no solo se limiten a sustituir a unos tiranos por otros tiranos, a unos corruptos por otros corruptos -como viene sucediendo- sino que se obliguen a trazar la ruta de un país distinto.

Hoy se tiene que pensar diferente. Todos esos colectivos, grupos, asociaciones que están surgiendo a lo largo y ancho del país -como sucedió en la antesala de la Revolución Mexicana- bajo la gran interrogante: ¿qué hacer para defender a México?, hoy es cuando México debe despertar.

Estamos, entonces, ante una circunstancia inédita. Solos y vulnerables ante un gobierno que utilizar el poder absoluto para aplastar. Que prepara todo para anular al INE (Instituto Nacional Electoral) y hacer de los comicios del 2021 (y en el inmediato futuro), el gran fraude. La ciudadanía tiene que volver a empoderarse.

Si ha salido para ayudar a las víctimas de los sismos, hoy tendrá que echar mano de todo para cerrar la puerta al fabricante de ataúdes. El desafío político consiste en salir en defensa del futuro, puntualizó la periodista Beatriz Pages.

La audición de la vox populi no se ha hecho esperar, y alertan que los mexicanos entrarán a una espiral mucho muy peligro para ver a un ¡México en llamas!

En el resorte de un panorama sombrío, y si bien es cierto lo que describiera Aleksandr Pushkin, “…¡Ni que fuera yo hermano del verdugo!...”, millones deberán quitarse la vendas de sus ojos para vencer a esa palpable Oclocracia izquierdística, misma que se nutre del rencor y la ignorancia.

Lo paradójico también es que la sumisión del pueblo mexicano le es más importante un clásico América-Guadalajara, que velar por sus libertades; el raciocinio le es pletórica y patéticamente perenne hasta la radiante saciedad de la imaginación, careciendo de la conciencia que al “nini” de la política que logró encumbrarse en el poder presidencial, tiene una obsesión por destruir todo lo que huela a democracia y sus instituciones republicanas que, pese a todo, le han dado vida y seguridad aun cuando se debate entre el burbujeo de ríos de sangre como nunca antes, durante y después de la Revolución de 1910, se había registrado a lo largo y ancho de este país que ya está viviendo un ¡México en llamas!