México merece resplandor de esperanza y justicia

Al advertir que “si de justicia se trata, de justicia se trata”, el presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A. C., Alberto Woolrich Ortiz, hizo un llamado a los Tres Poderes de la Unión para reencauzar el estado de Derecho, porque “México merece un resplandor de esperanza y justicia” en materia de seguridad nacional.

“Es indispensable que el Poder Ejecutivo dentro de sus funciones; que el Poder Legislativo dentro de sus atribuciones y que el Poder Judicial dentro de sus obligaciones, se percaten de que México no puede vivir sin justicia”, subrayó con sentido analíticamente político-jurídico.

Subrayó: “Es indispensable que en esos tres ámbitos de poder, se creen los esquemas de seguridad necesarios para poder combatir frontalmente a la delincuencia que padecemos.

En su análisis de algún modo rememoró el legado del malogrado candidato presidencial Luis Donaldo Colosio, en el sentido que veía “a un México con sed de justicia”.

El prestigiado abogado penalista Alberto Woolrich, en este sentido, enfatizó: “¡México!, México merece una justicia; México merece un resplandor; México merece retomar los causes del ayer cuando no estábamos en manos de la delincuencia…”

Cuando no estábamos –continuó- en manos de la corrupción; cuando no estábamos en manos de la inseguridad; cuando los agentes del Ministerio Público eran gentes cabales que sabían verdaderamente indagar los delitos; cuando las policías, eran las mejores policías del mundo porque no se coludían con los delincuentes y sabían ubicar perfectamente su modus operandi para combatirlos frontalmente.

Ahora, -cuestionó- “¿en manos de quiénes estamos?”. Alertó: “Desgraciadamente en manos de Agentes del Ministerio Público impreparados, en manos de policías fácilmente sobornables; en manos de mandos dedicados más que nada a ser servibles con sus superiores, y en las calles no demostrar el valor que se requiere para portar el uniforme de policía”.

Si bien sus consideraciones pueden interpretarse que México padece de una “policía cobarde”, toda vez que quienes se enlistan para supuestamente servir a la sociedad, solo son “chambistas” sin demostrar el valor que se requiere para portar orgullosamente el uniforme de policía, esto con el afán ético y profesional para combatir frontalmente la inseguridad.

“¡Ya basta de respetar los Derechos Humanos de quien no merecen respeto de ellos! Si seguimos en esa situación de aplaudir a los delincuentes todos sus actos antisociales, México no va a salir adelante”, aseveró.

“México merece el vigor, el respeto a la ley y el respeto, desde luego, a los Derechos Humanos. Pero los delincuentes pierden sus derechos en el momento en que se dedican a delinquir. Se convierten en seres humanos, sí -siempre lo han sido-, pero son delincuentes a final de cuentas, y hay que atacarlos de manera directa”, determinó el abogado Woolrich.