Caso Odebrecht, representó una maquinaria fraudulenta
La Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A. C., consideró que el Caso Odebrecht tuvo un proceso intercontinental que corresponde a la “proterva hermandad del neoliberalismo”, que redundó en un sistémico saqueo de la riqueza del país, por lo que se pronunció para que el gobierno de la 4T modifique el sistema de justicia mexicano y con ello combatir al menos los componentes colusivos, corruptos y corruptores que se desenvolvieron en todo este entramado ilegal.
En el México de hoy –precisó- uno de los males de nuestro tiempo no ha podido ser vencido, ni tampoco combatido con virilidad, la corrupción que ha dado origen a grandes escándalos políticos por el ocultamiento de grandes fortunas obtenidas de manera ilegal, mediante aquellos mecanismos dudosos que involucraron a empresarios y funcionarios públicos.
Enumeró: Cuentas cifradas, empresas offshore, paraísos fiscales, falsos contratos, evasión fiscal, financiamiento a campañas electorales y partidos políticos de todos los colores y sabores, puertas giratorias de la justicia, conflictos de intereses, arreglos, facturas falsas, colusiones graves, sobornos, lavado de dinero, complicidad de jueces, tráfico de influencias, incapacidad moral y política permanente, democracia simulada, cleptocracia y abuso de poder, todo este coctel delincuencial, son los principales términos jurídicos que obstruyen a la justicia en el Caso Odebrecht, uno de los grandes escándalos de arreglos, colusión y corrupción del neoliberalismo en México.
Al respecto, el presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A. C., Alberto Woolrich Ortiz, analizó cada uno de los pasos de este sumario para ejecutar un “sutil” saqueo económico y financiero que dañó las arcas del erario federal y contribuyó, momentáneamente, a la consolidación de la delincuencia organizada gubernamental entre las muy altas esferas del poder.
Explicó: “Al intentar, sólo intentar entender esos conceptos y relacionarlos con la justicia, se crea una nueva terminología, con la cual escribimos una nueva historia de nuestras instituciones de justicia, lo que ipso facto (en el acto), nos conduce a inquirir” una diversidad de discusiones que podrían tener respuesta.
¿Cómo se inicia la corrupción y hasta qué punto empieza o se limita sólo al Estado mexicano?
¿Puede lo ilegal disfrazarse de legal y engañar a la justicia?
¿Por qué no ha funcionado la Fiscalía General de la República?
¿El dinero controla la política de Estado?
Dadas las consecuencias funestas de la justicia en el neoliberalismo, la Cuarta Transformación ¿podrá verdadera y realmente modificar nuestro sistema de justicia y con ello combatir al menos los componentes colusivos, corruptos y corruptores del Caso Odebrecht.
Para dar respuesta a ésta interrogante en términos de justicia -subrayó el prestigiado abogado penalista Alberto Woolrich-, se tienen que aprovechar los escándalos de corrupción jurídico-político empresariales, que desde AB INITIO (desde el principio), nos abre un camino que nos lleva a las profundidades del sistema con el que operaron.
Ello –abundó- nos permitiría entender, o al menos observar y analizar una parte de lo que generalmente se encuentra oculto, de lo antijurídico y lo dudoso, hasta identificar los pactos de silencio entre los empresarios, políticos y servidores públicos del medio de procuración de justicia para paralizar las acciones de ella.
La cuestión por lo mismo –afirmó- no es sólo lo que ha pasado en las oficinas de la Procuraduría General de la República, ahora Fiscalía, ¿Quiénes fraguaron arreglos poco convenientes para la justicia?, arreglos siempre concluyentes y conducentes a la colusión y a la corrupción, lo que le causó un grave daño a México y sus Instituciones.
La 4T está frente a una oportunidad histórica. El escándalo Odebrecht y otros, sobre manejo internacional de fondos en paraísos fiscales, desatan un gran deber nacional. “Tenemos que seguir el ejemplo de Perú ¿O qué, no queremos?”, cuestionó finalmente.