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Violencia de género


Tratar asuntos concernientes al ser humano, no es una tarea fácil, conlleva una serie de dificultades. En el intento de discernirlos se encuentran,etiquetas, generalizaciones, abstracciones y clasificaciones, moralidad, ética, religión, axiología, ciertas filosofías, o racionalizaciones instrumentales, creencias etc., que intentan constituir un mundo peculiar y particular que represente o defina en toda su extensión al asunto correspondiente. El desarrollo del conocimiento que se va forjando alrededor del tema a investigar por medio de una visión explicativa, o critica del análisis que va elaborando y enarbolando en cada sociedad o cultura, y se van reconociendo los diferentes aspectos, que se incorporan lo ya elaborado o se da un “descubrimiento” que aclare o modifique o amplié lo ya existente.

El interés que transita en estas reducidas líneas, persigue dar una reflexión sucinta, acerca la violencia de género y su papel en la perspectiva de género, sin pretender ser una miranda tan amplia al tema antes mencionado, la empresa a perseguir es tan solo un tímido esbozo y muy modesto . En este caso, la violencia contra las mujeres se manifiesta en una situación de injusticia y desigualdad en la vida de ellas a nivel mundial. Las pruebas de donde se ejerce y se viven al igual que se experimentan, son aquellas situaciones de la vida diaria, la casa, el trabajo, las relaciones de pareja, la escuela, los periódicos, televisión, internet, redes sociodigítales, etc. Todo lo anterior se suma a las estadísticas, donde se ve plasmada, la injusticia, violencia, agresión, hostilidad, ira, opresión, acoso sexual, discriminación, asesinatos (violencia de género), hacia las mujeres e incluso niñas se suman a esta forma de vida creando un desorden social en el mundo actual. La justificación a esta serie de conductas, en el varón, nos lleva a preguntarnos si lo anterior obedece a, patologías o es “normal” en los hombres, cualquier tipo de violencia hacia las mujeres. Evolutivamente, estarían también, el “justificar”, que en los masculinos, esa forma de relacionarse con las mujeres se haya en su bagaje genético. Y observar en las mujeres, sí en su dotación genética, se encuentra el de la obediencia y sumisión hacia los hombres. (Clare, 2002). El problema de las relaciones entre hombres y mujeres ha sido una preocupación constante (y lo será prolongado en el tiempo) e históricamente estas relaciones han buscado una explicación del dominio masculino sobre lo femenino, el dominio patriarcal. El resultado a través de cientos de años, es una relación de desigualdad entre sexos en tiempo y espacio. Esta desigualdad, para las mujeres, se traduce en verlas en desventaja e infravaloradas junto a la imagen de los hombres. La búsqueda de esta forma de relacionarse de los dos sexos (o géneros) ha tenido distintas explicaciones y/o “soluciones”. Tan solo por rastrear algunas de estas explicaciones, encontramos a Agusto Comte y su propuesta de restructurar el orden social con el progreso desde una concepción familiar que implicaba una desigualdad entre hombres y mujeres (Boladeras & Campillo 2001). En este mismo orden de ideas, se encuentra la obra de J.J. Rousseau, tomando una postura clara y tajante al respecto con un modelo de educación para las mujeres distinto completamente del de los hombres. Se habla de la “fundación del patriarcado moderno”, porque su política social fue muy influyente en el nuevo Estado que surge de la Revolución francesa y marcó la forma de entender la educación, la ciudadanía y en consecuencia, las relaciones entre los sexos en la nueva sociedad del S. XIX. (Cobo, 1995, citado en Boladeras & Campillo, 2001).

Durante este devenir de las concepciones de las desigualdades entre los sexos, y su justificación, surgen nuevas posturas donde se proclama y argumenta la igualdad entre mujeres y hombres y entre estos escritos encontramos los de Marie de Gournay: “Igualdad de Hombres y Mujeres” donde ella defendía la igualdad basándose en la “Naturaleza” y en la autoridad de los sabios antigüedad. La cronología del tema y sus distintas concepciones nos lleva a un acercamiento donde la igualdad entre los sexos se legitimaba en la razón, concebida por un filósofo cartesiano, Poullain de la Barre y su texto de 1675 con el nombre de “De l´egalite des deux sexes”, defendiendo en él la igualdad entre los sexos y el cartesianismo como nuevo saber. Sus ideas son un paso fundamental para defender la igualdad de hombre y mujeres frente al dominio interesado y la costumbre y los sabios no cartesianos sostenían. Ya en el siglo S. XVIII toma auge la igualdad entre los sexos con el concepto de “vindicación” de Mary Wollstonecraf que se une a la argumentación racional para constatar esa justificación. Ella escribe, “Vindicación de los Derechos de la Mujer” de 1792. El aspecto básico de esta obra, radica en hablar “en nombre de las de mi sexo”. Lo cual incluía, el punto de vista de quienes constituían el sujeto excluido, (Boladeras & Campillo, 2001). La polémica de ese momento histórico se encontraba en crisis revolucionaria, social, económica y política se dirigió en torno al derecho de ciudadanía para las mujeres y como resultado de ello, al tipo de educación que les era requerida. Esta autora promovía con su “vindicación” derechos e igual educación para el desarrollo intelectual de las mujeres. Este breve momento histórico descrito, posee la intención de hacer patente que la lucha por la igualdad de las mujeres estuvo rodeado de discriminación, exclusión e infravaloración hacia las mujeres (las cosas no han cambiado en la actualidad) lo anterior ilumina el dominio que los hombres han ejercido durante tanto tiempo a la existencia de los dos sexos. Las mujeres continúan siendo la mitad de la humanidad a la que actualmente se ignora y se ha ignorado a nivel mundial. El mundo actual, como el que vivimos apenas da a conocer la emancipación femenina, siendo que implica una amenaza a los privilegios de la dominación masculina y al orden social del patriarcado, (Lomas 2008). En la búsqueda de que sucumba la opresión de género y de impulsar la rebelión femenina en contra de las variadas formas de injusticia, violencia, segregación, exclusión, violaciones sexuales y a sus derechos humanos de la que eran y son objeto la gran mayoría de las mujeres, el feminismo se encuentra en pro, de una transformación del mundo, con el estandarte representativo de constituirse un desafío al orden patriarcal y la dominación masculina que se encuentra inmerso en diferentes culturas, religiones, políticas, economías, ideologías, formas de vida, tradiciones, y creencias. Hay que hacer notar los papeles que cada sexo interpreta en este viaje llamado, vida, en el que las mujeres aparecen en el papel de sufrimiento constante y los varones, como la figura del villano opresor. Estas han sido las constantes a lo largo del tiempo, lo anterior quizás se haya sujeto a lo difícil de poder imaginar cambios en la vida de las mujeres sino están aunados a cambios tangibles y reales en la vida de los hombres, para la búsqueda del logro de entendernos en esa dualidad hombre-mujer o mujer-hombre. Esa búsqueda radica (creo) en comprender la injusticia oculta o no tan oculta de que son objeto las mujeres directo o indirecto constantemente, lo que se pretende que es que la brutalidad histórica (violencia masculina) tenga arreglo, que se tejan relaciones, en esta dualidad de los sexos, relaciones donde se plasmen, afecto y solidaridad (que utópico planteamiento, de mi forma de pensar) y se erradique la injusticia y desigualdad entre los sexos y no habiten más en este mundo actual y venidero.

Se exhorta a lograr nuevos significados aun no explorados de esa dualidad de géneros y un tanto a otras maneras de ser mujeres y hombres en nuestro entorno socioafectivo. Y estar alejado de un mundo humano, que tan solo, lo pueblen verdugos y víctimas y sin el auspicio de las sombras de la desigualdad y la injusticia.


BIBLIOGRAFÍA.

Clare Anthony (2002). Hombres la Masculinidad en Crisis. Editorial: Taurus. España.

Boladeras Margarita & Campillo Neus. (2001). FILOSOFÍA SOCIAL. Editorial Síntesis. España.

Lomas Carlos. (2008) ¿El Otoño del Patriarcado? Luces y sombras de la igualdad entre mujeres y hombres. Editorial Península. Barcelona, España.

Touraine Alain. (2014) ¿Podremos vivir juntos? Editorial: FCE


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