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Evitar riesgo por incumplimiento de compromisos del T-MEC


La incorporación de especialistas en materia laboral y medioambiente a las embajadas de México en Estados Unidos y Canadá, a fin de monitorear las obligaciones comerciales de nuestro país y evitar riesgos por incumplimiento de los compromisos derivados del T-MEC.

Las senadoras Vanessa Rubio Márquez y Patricia Mercado Castro explicaron que con la entrada en vigor del Tratado trilateral, es urgente una interlocución al más alto nivel para aplicar de manera efectiva las disposiciones sobre temas sindicales, condiciones de trabajo y paneles de solución de controversias.

Además, señalaron en el punto de acuerdo, es necesario que lo relacionado con el medio ambiente no se descuide “para que no nos lleven a tribunales, pues eso es lo último que queremos”.

A partir del primero de julio surgieron elementos en materia laboral que pueden representar un riesgo en caso de incumplimiento por parte de México: lo relativo a la libertad de asociación y derecho a la negociación colectiva, abolición del trabajo infantil, eliminación de discriminación y condiciones aceptables de trabajo, entre otros puntos, refirieron.

Las senadoras detallaron que con el nuevo esquema para el panel de controversias, los gobiernos analizarán las posibles violaciones recurrentes a los derechos laborales que afecten a todo un sector o industria y se podrán establecer represalias como la imposición de aranceles o multas, e incluso, el embargo.

Advirtieron que al regresar al uso de los combustibles fósiles, nuestro país estaría dando marcha atrás al compromiso asumido en la Ley General de Cambio Climático y en la Ley de Transición Energética, en la que México se comprometió a generar al menos el 35 por ciento de energía eléctrica a base de energías limpias para 2024.

También, dijeron, esto afectará el compromiso en el Acuerdo de París, para que en 2030 sus emisiones de gas de efecto invernadero disminuyan 22 por ciento.

“El gobierno mexicano tiene ante sí una herramienta que puede ser uno de los puntales para restituir la competitividad y el empleo en nuestro país. Por ello es indispensable fortalecer nuestras capacidades para cumplir con los compromisos estipulados en el instrumento comercial y hacer cumplir los de nuestros socios”, asentaron.

Las legisladoras subrayaron que el Congreso norteamericano acompañó la Ley de Implementación del T-MEC con un presupuesto de 843 millones de dólares para monitorear obligaciones comerciales, contar con infraestructura crítica para el tratamiento de aguas residuales y monitorear compromisos ambientales.

En este contexto, Vanessa Rubio y Patricia Mercado presentaron un punto de acuerdo para solicitar a los titulares de las Secretarías de Trabajo y Previsión Social, y de Medio Ambiente y Recursos Naturales, a incorporar especialistas a las embajadas de México en Estados Unidos y Canadá, para una instrumentación efectiva del Tratado.


COVID-19 puede permanecer

3 y 6 días superficies plásticas

El uso excesivo de desechables como propuesta para protegerse ante contagios de COVID-19 es una falsa alternativa que pone en riesgo a la salud humana y que conlleva graves riesgos ambientales

Alianza México sin Plásticos (AMSP), integrada por más de 6 mil 400 ciudadanos y ciudadanas, así como por 200 organizaciones de la sociedad civil en 30 estados de la República Mexicana, dijo lo anterior.

Por ello, se hace un llamado a los gobiernos locales a no considerar la petición de algunos sectores industriales y políticos de “reconsiderar la postura de prohibición sobre las bolsas de plástico”, argumentando razones de salud y seguridad, para evitar contagios de COVID-19.

La preocupación frente a lo anterior surge debido a que, de acuerdo con el estudio publicado en el The New England Journal of Medicine, el virus COVID-19 podría permanecer en superficies plásticas hasta por 3 días.

Asimismo, otro estudio, ahora publicado en The Journal of Hospital Infection, señala que el virus SARS-COV-2 (comúnmente conocido como COVID-19), persiste hasta 6 días en plástico y metal.

Es decir, dado que el virus que ocasiona la COVID-19 puede permanecer entre 3 y 6 días en superficies plásticas, cada vez que usamos utensilios de plástico desechable se facilita su permanencia por más tiempo e incrementa el riesgo de contagio en la población.

Esto, además del enorme incremento en la generación de residuos plásticos que permanecen impactando los ecosistemas del país y de todo el planeta por cientos de años, lo cual causa estragos en la flora y fauna, ecosistemas marinos, pesca y turismo. Hay que destacar que, al año, se producen más de 300 millones de toneladas de residuos plásticos, lo que es equivalente al peso de toda la población humana.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), el 50% de los productos desechables de plástico están diseñados para usarse una sola vez, y que, además, cerca de un tercio de esos productos escapan de los sistemas de recolección.

El uso de plásticos desechables, lejos de crear un ambiente de mayor seguridad, sólo genera la falsa expectativa de usar contendores, platos y utensilios supuestamente inocuos. Por el contrario, un uso indiscriminado e inadecuado de productos desechables y plásticos de un solo uso podrían poner en mayor riesgo a la población.

Empresarios y consumidores debemos ser consciente de este hecho y aplicar las medidas de higiene recomendadas por las agencias sanitarias correspondientes.

“Tenemos que generar la costumbre de utilizar envases, vajillas y demás productos diseñados para ser reutilizables, lavarlos bien con agua y jabón o desinfectarlos y usarlos, una y otra vez, sean del material que sean; especialmente en esta época de prevención ante la pandemia que todos afrontamos”, comentó Edgar Lugo, de la organización Organi-K, representante del Comité de Comunicación.

“Esta situación de pandemia nos obliga a encontrar nuevas oportunidades para ajustar nuestros patrones de producción y consumo para lograr una economía y sociedad más sustentable y al mismo tiempo saludable”; señaló Juan Carlos Carrillo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), representante del Comité de Legislación de la AMSP.

En este sentido, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), publicó el pasado mes de abril la Cartilla de Mejores Prácticas para la Prevención del COVID-19 en el Manejo de los Residuos Sólidos Urbanos (RSU)[6], en la cual señala que: “Durante la emergencia, la población debe disminuir al máximo el uso de vajillas, cubiertos, bolsas y empaques desechables,” con lo cual refuerza las regulaciones y prohibiciones que ya muchas entidades están llevando a cabo.

Todas las personas y organizaciones que conformamos la AMSP reiteramos nuestro apoyo a las medidas para evitar el plástico de un solo uso y las acciones para frenar la contaminación plástica en nuestro país.

La nueva normalidad no debe ser desechable, la nueva normalidad debe proteger nuestro planeta, porque no hay salud en un planeta enfermo.


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