Las cuatro tes de un gobierno títere

Torpe, Terco, Tranza y Tirano, esa es la definición del gobierno mexicano con su mediática y famosa Cuarta Transformación, mejor conocida como la 4T, que sirve para dos cosas…

1.- Para nada y para pura…

2.- Chingada…

¿Alguien había escuchado eso antes?

En el terreno de las simulaciones y los mexicanísimos refranes, la frase de “las cuatro tres” es una soflama divertida que se utiliza como una llamada de atención para aquellos personajes que presumen ser “útiles”, pero en los hechos “sirven para pura chi…”

Hoy, los mexicanos entienden el por qué López Obrador mucho refiere el nombre de su rancho La Chingada, localizado en la reserva ecológica de Palenque, Chiapas.

Las marchas masivas como la del Yo Soy México, que apoya e impulsa a FRENA, la movilización del sábado tres de octubre reunieron a más de 180 mil inconformes que llenaron la Plaza de la Constitución, exigiendo la renuncia de López.

En esa jocosa propensión, la sociedad se ha convencido que tener a un ignorante en la Presidencia de la República, no le ha resultado del todo bien, sino por el contrario, se ha transformado en el primer enemigo de la Patria que solo busca enriquecerse a sus anchas y establecer inauditos abusos de poder que pese a las circunstancias que vive la nación, no hay nadie que le jale las orejas al Ejecutivo.

Eso de levantarse muy temprano para descifrar barrabasada atroces -acción ruin propia de un pendejo, según Wikipedia-, ya hartó al pueblo, sobre todo al electorado que sufragó por quien creyó que Andrés Manuel López Obrador era la panacea del cambio.

Pero… ¡oh, graso error!, y pleno arrepentimiento de millones de chairos, el hecho resultó ser como los medicamentos de patente y los similares que son lo mismo, pero más baratos.

Las cosas en México -dice un cibernauta que se enmaraña en un ejército que se ha influenciado como un sistemático proceso de descalificaciones en contra del actual Presidente de México-, no andan bien. “Pasamos de un mal gobierno, a uno peor. Nos propusieron una Cuarta Transformación, pero en realidad, todo pasó a ser un cuatrote”.

-¿Por qué la vox populi dice un “cuatrote”?

-Porque este gobierno se caracteriza por cuatro tes: Torpe, Terco, Tranza, y Tirano.

En la percepción del conglomerado mexicano, efectivamente existe una abrumadora condena y repudio de tan siniestro gobierno que ha cancelado el bienestar y provocar un sumario genocidio contra personas que luchan por salvar su vida, afectados por la pandemia del Covid-19.

Aunado a lo anterior, se suman los cuadros tan dolorosos que se detectan en el sistema hospitalario del país, toda vez que de forma irresponsable, el traidor a la Patria, representado por el Ejecutivo, ha dejado morir a niños con cáncer y donde médicos heroicos, han enarbolado y enaltecido el juramente hipocrático.

(El juramento hipocrático es un compromiso, que solo pueden hacer las personas que se gradúan en las carreras universitarias de Medicina. Tiene un contenido de carácter solo ético porque orienta al médico en la práctica de su profesión. Así se estableció un acuerdo sobre principios básicos: beneficencia, no maleficencia, justicia y respeto por la autonomía del paciente con sus dos reglas de confidencialidad y de veracidad.)

La frase de “¡Fuera López!” se manifiesta como una auténtica y seria advertencia antes que termine de destruir a México, ya que al sentirse un mesías, un omnipotente o un rey, a su “corona de la corrupción” le sobrarán espacios para seguir incrustándole todos los diamantes que pudieran sopesarle producto de sus descarados robos y lucirlos en su cabeza.

Construir un compromiso ético libertario

López -títere incompetente del imperialismo yanqui y obediente de las riendas del Foro de Sao Paulo que aglutina a los más putrefactos oclócratas del hemisferio-, pretende no solo establecer un régimen socialista chavista, sino una gama de esclavos emanados de sus pueblos.

No de aquellos que se configuraban en las etapas de la antigüedad, aquellos esclavos que tenían cadenas inmovilizadoras en las muñecas de las manos, grilletes en pies y tobillos, y cuellos de acero inquisidores.

Ahora se puede traducir que son “esclavizados en el nuevo milenio”, donde sus dictadores violentan los derechos humanos, frenando los anhelos de sus pueblos y transformándolos en esclavos de la corrupción, de la inmoralidad y la pobreza.

Si bien a través de las centurias los pueblos del mundo vivieron y han superado esos momentos humillantes, ahora se enfrentan conmovedoramente al yugo despótico de “la esclavitud moderna”, padeciendo por igual, una crisis de valores, una falta de ciudadanía y patriotismo que los convierten en seres vulnerables.

Los pueblos tienen a los gobiernos que merecen por la falta de capacidad académica, y si López Obrador está “gobernando” México, ha sido por el ayuno arrogante de iletrados que votaron por él para presidente, sin darse cuenta del gran desafío para deshacerse de las parcelas del subdesarrollo que impactarán en las próximas generaciones.

El abuso de poder y la impunidad, es el binomio perfecto de los gobiernos socialistas y comunistas, pero hoy por hoy, los pueblos ya se pronuncian –como cuando avizoraba un joven estudiante ecuatoriano-, en contra de esas abyecciones, tratando salvarse del salvajismo de políticos cleptómanos y sin escrúpulos, quienes han hecho de la corrupción un estilo de vida que no discrimina, sexo, raza o religión. En el pueblo de la corrupción, la justicia es tuerta, la prensa es muda y la política es sorda. No se ve bien, no huele bien y no nos irá tan bien.

La corrupción es la plaga del siglo XXI, es urgente acabar con ella porque de no hacerlo, esos sórdidos, truculentos, impúdico y obscenos oclócratas, seguirán destruyendo las instituciones, suprimirán las libertades de todas las esferas sociales, mismas que se han visto obligadas a rebelarse para romper las cadenas de la corrupción, honrando a sus antepasados y empezar a reconstruir un compromiso ético libertario, hoy y siempre, con honor patriótico en todas las repúblicas del mundo.