Marcha del “chillón” de ojos morados

La marcha del “chillón”, que de “millón” no tuvo nada, fue la vergüenza chaira “nacional”.

“¡JAJAJAJA…!”, fue el estruendo jocoso de millones que surgieron, sin convocatoria alguna, sino que se dio por inercia, el volumen y la sincronía del descontento en contra del Presidente López.

MALO, en verdad, “no está sólo”, gritaban; “no estás sólo”, presumía solo unas decenas de simpatizantes que marcharon y que con muchos esfuerzos soportaron un sol agobiante en el desierto de asfalto hacia Palacio…

Fue como pudieron llegar al Zócalo, corazón político, económico, financiero y religioso de México, quedando sus expectativas de convocatoria muy ¡desguansadas!., ¡desgastadas!, sin que nadie les aplaudiera o les expresara un “¡duro…!”, “¡duro…!”, “¡duro…!”

No la hicieron, el culpable, obviamente el famoso MALO.

Y como diría el inolvidable locutor de béisbol, Don Pedro “El Mago” Septién: “¡Se va…, se va…, se va…, se fue…!”, entre gansos, lagartos, zopilotes y sanguijuelas, escuchándose al unísono: “¡Ha sido un HORROR estar con Obrador!”

Parafraseando al pobre diablo de Palacio Nacional: “Tengo otros datos”, la marcha del millón quedó totalmente calcinada, hecha pedazos, salió diezmada, y lo peor, solo con el propósito de ser sobornada por entre 200 y 500 pesos por cabeza, según el tamaño del sapo...

Ese domingo será otro día histórico, toda vez que el 24 de octubre (2020), fue el día de los ojos morados de tanto chillar, la desolación estuvo presente, mientras que el Ejecutivo andaba de gira –creo- por Yucatán.

Aferrado y muy celoso y rencoroso, el famosísimo KK’s, sigue sin mostrar sus documentos de identidad, conforme al artículo 8º. Constitucional. Se duda que sea mexicano. Dicen que nació en El Salvador, el 13 de noviembre de 1949, o el 13 de noviembre de 1953. Hasta con eso, hay muchas dudas que no se han disipado.

Incumplió un mandato expreso del pueblo, solapado por las instituciones que mandó al diablo y que arrogantemente corrompió: INE, TRIFE, FEPADE, SCJN, PGR, SEDENA, SFP, SEMAR, etc…

Este pobre México ya necesita despertar de ese letargo tan estúpido, que solo convirtió a Manuel Andrés López Obrador (MALO), en un auténtico GENOCIDA.

Pese a tantas muertes que ha dejado el arrastre del Diablo Obrador, junto con su “Mengele” López Gatell, todavía existen supuestamente “mexicanos” que por unos cuantos pesos se corrompen, son sobornados, ultrajados y humillados por un gobernante sin escrúpulos, ahora denominado El Dios de la Muerte, quien posee el Decálogo para seguir Destruyendo a México.

La eclosión del 3 de octubre, en comparativa al gran movimiento social de FRENA que efectivamente reunión a cerca de 200 mil mexicanos (bien nacidos en México), demostraron su empuje, su arrastre, su patriotismo, su nacionalismo en contra la mala política de un imberbe “político” que solo se la pasa echando cotorreo con una prensa evidentemente sobornada, chayoteada, comprada, vilipendiada, exhibiendo su estulticia.

Entre el 3 de octubre del “¡ya vete López…!”; y el 25 de octubre (¡México ya se cansó del ganso!), nada que ver… con la marcha del “chillón” de ojos morados.

La marcha del “chillón” de ojos morados fue como una parodia: no tuvo sustancia, ni gracia, y mucho menos convencimiento, surgiendo la inevitable pregunta: “¿Dónde quedaron esos 30 millones que votaron por López Obrador?

Lógico, totalmente desconfiados… desangelados… anodinos… desaboridos… grises… desgraciados… ñoños… insípidos… Avizoran que López perderá su mayoría en el Congreso, y si es así, el seis de junio del 2021, a México le brillará otro rostro con un sol extremadamente radiante.

A los chairos nadie los convocó por cuestiones patrióticamente sociales, sino por la insolencia de agarrar dinero sucio proveniente del narcotráfico, un chayo popular de 200 o 500 pesos. Hubo piquete de

ojos por parte de los organizadores de la Marcha del Chillón Millón. Eso se vio en cámaras de videos escondidos, y develados en las benditas redes sociales.

La que pudiera haber sido una revolución de clases, lo que hubo fue el fragor de animales irracionales, recordando la Rebelión en la Granja, lectura obligatoria para este y las postrimerías del 2020.

Mera coincidencia con lo que el inglés George Orwell publicó en 1945 sobre la Rebelión en la Granja, una historia vestida de cuento para niños que esconde entre sus letras una profundísima crítica a Stalin. Tras la muerte de un cerdo (sí, un cerdo, literalmente) que pone las bases ideológicas de la revolución, Bola de Nieve y Napoleón toman el liderazgo de una granja que hace una revolución de clase: Lo que trabajan los animales, para los animales.