PESQUISA POLÍTICA
Por no aceptar actos de corrupción ni convertirse en una “verdugo laboral”, despidiendo a empleados de Comunicación Social del Congreso de la Ciudad de México, dos diputadas de Morena, obligaron a la directora de prensa a firmar su renuncia.
Una vez más sale a flote la perversidad, ambición, prepotencia, y la política sucia de las personas carentes de honestidad y legalidad y dejar en claro que solo ocupan el cargo para hacer el mal, sin tomar en cuenta que los diputados están para apoyar a la ciudadanía.
Martha Soledad Ávila Ventura, Coordinadora de Morena en el Congreso de la Ciudad de México y Olivera Reyes Donaji Ofelia, vicepresidente de la Comisión de Participación Ciudadana, y participante de COMISIÓN DE TURISMO; COMISIÓN DE DESARROLLO E INFRAESTRUCTURA URBANA Y VIVIENDA; COMISIÓN DE HACIENDA; COMISIÓN DE PRESUPUESTO Y CUENTA PÚBLICA; COMISIÓN DE RECONSTRUCCIÓN; y COMITÉ DE ADMINISTRACIÓN Y DE CAPACITACIÓN, son las diputadas de Morena quienes demuestran su verdadera identidad desalmada y su avaricia, poniendo al descubierto la cloaca con lo que se manejan.
La tarde del viernes pasado, ambas diputadas, aprovechando su cargo legislativo, trataron de imponer su ley corrupta a la Directora de Comunicación Social del Congreso de la Ciudad de México.
Le exigieron que firmara documentos por varios miles de pesos, y al mismo tiempo le pidieron que empezara a despedir personal de la oficina de prensa.
Julieta Jacqueline Rico Dueñas, licenciada en Periodismo, con 34 años de experiencia, quien fue reportera de Notimex, Ovaciones y Diario de México, se negó a aceptar las peticiones indecorosas, por lo que allí mismo se le exigió su renuncia.
Los integrantes de la Jucopo aprobaron el día dos de octubre el nombramiento de Rico Dueñas, y ante el pleno del Congreso tomó protesta.
Pero nunca se imaginó que las diputadas de Morena, antes mencionadas, la querían utilizar para “lavar dinero”, firmando documentos fuera de su gestión, y correr a reporteros y otros empleados de Comunicación Social.
Cabe mencionar que la oficina de Prensa, está secuestrada por dos diputadas de Morena, entre estas esta Olivera Reyes Donaji Ofelia, quien, en la mayor parte de las plazas, tiene a familiares, recomendados, amigos y compadres.
Pero ahora quiere todas las plazas para seguir colocando a su gente, aunque no cumplan con el perfil.
Martha Soledad Ávila Ventura, Coordinadora de Morena en el Congreso de la Ciudad de México, también cuenta con plazas para beneficiar a sus conocidos, pero quieren apoderarse de más fuentes de trabajo.
Estos son los diputados de la 4T, quienes aseguran que no permiten la corrupción, nepotismo, influyentismo y amiguismo, y buscan el bien de la ciudadanía. Pero solo son palabras y en los hechos es todo lo contrario.
Supuestamente los legisladores o diputados son los encargados de escuchar y recoger las necesidades de los ciudadanos, para luego llevarlas al centro de la vida pública, donde se deben de tomar decisiones a favor de la comunidad.
Una de sus principales funciones es defender los derechos sociales, buscar y proponer soluciones a los problemas que aquejan a su distrito, deben de gestionar los recursos para mejorar la ciudad e informar por escrito ante el pleno.
Vigilar y sancionar desvíos en el gasto público del Gobierno del Estado, Municipios y el mismo Congreso local. A través de la Comisión de Vigilancia, pero a los legisladores quien lo va a sancionar. Ellos violan las yeyés, cometen todo tipo de delitos y nadie los castiga, sino todo lo contrario.
Ahora que van hacer los diputados del PAN, PRI, PRD, permitirán estas acciones corruptas e impedirán que las diputadas sigan aplicando su política sucia o pararan esta masacre.
Para pedirle la renuncia a Jaqueline Rico, solo la pueden hacer los integrantes de la Jucopo, y presentarla ante el pleno, y no solo dos diputadas del Partido de Morena, porque así les conviene a sus intereses económicos y corruptos.