A BOTAPRONTO POLÍTICO
GUSTAVO SANTOS ZÚÑIGA
La Democracia Agredida, el «fin de la Historia» planteado por Francis Fukuyama tras el final de la Guerra Fría se convirtió en el siglo XXI en una suerte de «fin de la imaginación» de las fuerzas políticas hegemónicas. La democracia representativa se enfrenta a una severa crisis y el presidencialismo asume una izquierda antidemocrática que solo parece reaccionar rememorando paraísos perdidos.
Entre tanto, un momento populista ha instalado nuevas divisiones en la sociedad mexicana y el campo político. La crisis económica global, la mala administración nacional, la pandemia y la desafección ciudadana en las acompañas han generado movimientos politiqueros que impugnan la democracia representativa, cuestionan el modelo de partidos y trazan una línea entre la «elite» y el «pueblo». La democracia es un sistema de gobierno, que permite que la ciudadanía exprese su opinión y sea escuchada.
Esto explica por qué son dos palabras griegas las que componen democracia: "demos", que significa pueblo, y "kratos", que significa gobierno. Es decir, democracia significa el gobierno del pueblo. Tomando lo anterior en cuenta, el régimen democrático tiene las siguientes características: - Se fomenta el pluralismo. - Se permite la competencia político-electoral. - Se celebran elecciones auténticas. – Se respetan las instituciones- Se respeta el principio de mayoría.
Lastimosamente para los mexicanos; no obstante, la existencia de muchos partidos y actores políticos, hoy la democracia se ve agredidas desde el propio Palacio Nacional, la división de poderes pasada por el “arco del triunfo” de MORENA, el mal llamado "régimen de la Cuarta Transformación (degeneración)" no ha sido el cambio que todos anhelamos y mucho menos una democracia participativa. Solo baste ver el linchamiento promovido por la presidenta y Morena contra la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, quien con sus palabras deja claro e invocan la dignidad, la congruencia y la ética ante los golpes de ignorancia y revanchismo descritos en su último informe.
Sin la participación ciudadana independiente, fuera de programas sociales, de verdad asume su responsabilidad, resulta pues difícil imaginar salidas a la creciente exclusión social que marca el modelo actual de gobierno. Lamentable.
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