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Abriendo una brecha en un futuro no mayor a dos años



.BLAS A. BUENDÍA. ………………………….

La mañana del martes 10 de enero de 2023, una fuente/contacto de INTELIGENCIA, “detonó” una gran información que se dio paralelamente en la Cumbre Binacional entre México y Estados Unidos, en la que se sumó en la Agenda Internacional Trilateral, Canadá, actos celebrados, primero por separado y posteriormente, conjuntamente, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Los detalles son totalmente reveladores, abriendo una brecha que en un futuro no mayor a dos años —antes de que termine la administración del Pejelagarto—, a nivel internacional rodarán cabezas de la Cuarta Transformación, donde la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), planea desarrollar una Operación Secreta para echar abajo los cárteles que operan evidentemente con toda impunidad bajo la anuencia y desde el escritorio presidencial de Andrés Manuel López Obrador.

Si bien en la Reunión Binacional entre mexicanos y estadounidenses, el presidente Joe Biden exigió a su homólogo mexicano terminar con la “plaga del fentanilo”, la Casa Blanca informó que se acordó perseguir para su captura a connotados narcotraficantes, desmantelar sus redes e interrumpir el suministro de precursores químicos, lo que provocó el nerviosismo inmediato de uno de los hijos de Andrés Manuel López Obrador, a quien llaman “Andy”.

Tal vez para desviar la atención de futuras incursiones policiacas a nivel internacional, el Mandatario azteca pidió “acabar con el olvido hacia América Latina y el Caribe”, al referir que “desde la Alianza para el Progreso hace más de medio siglo no se ha hecho algo importante para su desarrollo”.

La fuente/contacto de INTELIGENCIA, emanada del equipo diplomático mexicano, detalló paso por paso, los despropósitos de Andy, al pretender invadir el espacio de la Binacional, pero agentes secretos de Estados Unidos, materialmente se lo impidieron.

La acción del “espontáneo tabasqueño” pasó de un espacio de tranquilidad a una notoria alteración de su personalidad, de un aparente trastorno, aplicado con una acción de sobresalto perturbador. Pese a ello, guardó compostura para no “despertar” mayores sospechas.

La descripción deja entrever varios escenarios, toda vez que la “fuente” detalló que “hoy en la mañana” (martes 10 de enero) entraron a uno de los despachos privados de Palacio Nacional, el secretario de Marina; uno de los funcionarios de la DEA que venía en la comitiva del Presidente Joe Biden; otro personaje de Inmigración; uno más del Comando Norte de EUA; y los secretarios de Relaciones Exteriores y el de Gobernación, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López Hernández, respectivamente.

Andy intentó “colarse” a esa reunión, pero los personajes que venían con la comitiva del gobierno americano le advirtieron que “la reunión sólo era con las personas antes señaladas”. La comitiva estadounidense llevaba consigo “portafolios y carpetas azules”, cuyos documentos cargaban en sus manos y brazos.

De forma inmediata y verse impedido en infiltrarse con los altos funcionarios del gobierno mexicano, Andy de forma inmediata tomó su celular, llamó a “alguien”, porque evidentemente estaba enojado que dichos funcionarios que se supone son del Servicio Secreto Americano, no le permitieron entrar, quejándose textualmente así: *“No me dejan entrar a la reunión; ¿qué hago?”*

Colgó la llamada y se sentó en una silla del corredor, esperó sentado más de 40 minutos, tiempo en el cual se le veía muy nervioso porque veía continuamente su celular, recibiendo y mandando mensajes, hecho que se convirtió en evidencia que, sin embargo, pasando esos 40 minutos, los funcionarios salieron de la reunión.

Andy se le acercó al secretario Adán Augusto, jalándole sutilmente del brazo derecho, y llevándolo a unos metros de los que estaban dentro de esa reunión.

Marcelo Ebrard y el secretario de Marina, Almirante José Rafael Ojeda Durán, les dieron la mano de despedida a los funcionarios americanos, y se pusieron a platicar de manera muy sonrientes entre ellos.

Mientras tanto, Adán Augusto y Andy, alejados a varios metros, estaban algo “irritados, molestos y preocupados a la vez”, porque observaron que Marcelo Ebrard y Rafael Ojeda, revisaban las carpetas azules y los portafolios que los americanos traían consigo y que obsequiaron a dichos funcionarios.

Andy y Adán Augusto pusieron énfasis en dichas reacciones, tratando de adivinar sus lenguajes corporales, ya que por obviedad no podía acercarse a escucharlos para no evidenciarse.

Andy sin saludar a Marcelo y al secretario de Marina, cruzó junto a ellos con Adán Augusto, quien por cortesía sí los saludó.

La “fuente” apunta que ya se sabía que algo NO estaba bien. La “fuente” intuía que en esa reunión no era para nada bueno, es decir que no eran buenas noticias para la familia López y para Adán Augusto, por lo que a los pocos minutos, Marcelo Ebrard recibió una llamada.

Le pidió una disculpa al secretario de Marina que tenía que ir a otro de los salones privados contiguos, en el cual, se hallaban Rosa Icela Rodríguez, titular de Seguridad y Protección Ciudadana; el secretario de la Defensa Nacional, General Luis Cresencio Sandoval González; Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de la Ciudad de México; la esposa del presidente López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller; Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Ciudadana capitalina; y, obviamente el presidente Andrés Manuel López Obrador.

*A todos ellos se les observaba entre molestos y preocupados, y claro está, la pesadumbre del ambiente mañanero, que por cierto, y un dato relevantemente muy interesante, a la Cumbre México-Estados Unidos, ¡no le permitieron la entrada al secretario de la SEDENA!*

Desde aquí, políticamente, parte lo interesante de la información de la fuente/contacto de INTELIGENCIA.

El General Luis Cresencio Sandoval González NO fue invitado a esa reunión con los funcionarios del gobierno americano, por eso estaban preocupados y molestos, ya que antes de cerrar la puerta cuando entró Marcelo Ebrard y el titular de Marina, Andy dijo en tono amenazante: *“¡Nos tienen que decir lo que les dijeron esos americanos!”* Cerraron la puerta y tardaron 30 o 40 minutos para el intercambio de los diálogos gubernamentales.

El secretario de Marina salió molesto con el portafolio que le entregaron los gringos al inicio de la reunión, dejando a los demás adentro; después salió Claudia Sheinbaum, acompañado del jefe policiaco García Harfuch.

Andy se acercó al secretario de la Defensa Nacional, y dijo textualmente: *“Ya le dije a Ramón que se venga a México enseguida”.* —Temían algo más allá de lo normal, a quien podrían detener en la Unión Americana, tal vez, por lavado de dinero. Más aun, la fuente/contacto de INTELIGENCIA, intuyó de que se trataba del hermano José Ramón López.

Pero no todo termina ahí: Viene lo más interesante de toda esta cronología de hechos, descrita con lujo de detalle, después del mediodía de ese incómodo martes 10 de enero, se empezó a rumorar que dicha reunión en la que NO se le permitió la entrada a Andy (el hijo de López Obrador), fue porque a Marcelo Ebrard y al secretario de Marina, los funcionarios americanos les presentaron las carpetas contra los capos del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación, además de que en dicha reunión, se tocó inevitablemente el nombre de José Ramón. Por eso no dejaron entrar a Andy para evitar toda fuga de información o que diera el “chivatazo”, o la información que ahí fluyó.

Es claro que los próximos objetivos a detener, bajo las órdenes de la Casa Blanca, son:

*Iván Archivaldo Guzmán Salazar. Es un narcotraficante mexicano. Es hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, ex líder del Cártel de Sinaloa. Según la DEA, Iván Archivaldo controla el Cártel de Sinaloa junto a Ismael Zambada García y junto a sus otros dos hermanos, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Ovidio Guzmán López.*

Ismael Mario Zambada García. También conocido por su apodo “El Mayo” o “Don Mayo”, es un narcotraficante mexicano que junto con "El Chapo" Guzmán y "El Azul", lideran el Cártel de Sinaloa.*

Nemesio Rubén Oseguera Cervantes, con una “currícula criminal que da miedo”. Es conocido como El Mencho, es un narcotraficante, terrorista y criminal mexicano, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Es uno de los capos más buscados de México y de Estados Unidos.

Este último país ofrece una recompensa de 10 millones de dólares por información que conduzca a su arresto y/o condena. Buscado por tráfico de drogas, participación en el crimen organizado y posesión ilegal de armas de fuego. Según informes de inteligencia, fue responsable de una escalada terrorista contra militares y policías, desde 2015, en varias ciudades mexicanas y de traficar drogas, presuntamente, desde América, Asia, Europa y África. Bajo su mando, el CJNG se convirtió en una de las principales organizaciones criminales de México y de las más peligrosas, haciéndole un fuerte contrapeso en la lucha por el poder de la criminalidad local con el Cártel de Sinaloa, además de su lucha a muerte contra su gran enemigo "Los Zetas" (desaparecidos en 2018) y su facción sobreviviente "Cartel del Noreste", razón por la cual el CJNG también es llamado Los Mata Zetas.*


Entre las líneas de investigación de la Justicia norteamericana, el Dosier que entregaron los funcionarios estadounidenses, éstos tienen cierta confianza para combatir el narcotráfico en México, está destinada solamente a la Armada de México, porque queda claro que al unir los movimientos y atando los cabos de lo ocurrido en la “incómoda mañana” de dicha reunión, *“la moneda de cambio es el hijo de López Obrador que vive en los Estados Unidos (José Ramón López Beltrán), desde principios de 2022.*

La fuente/contacto de INTELIGENCIA deduce que es claro que en dicha reunión NO estuvo, más bien, NO fue invitado el titular de la SEDENA, “porque el Gobierno de los EUA no tiene plena confianza a este funcionario”.

Y si se razona un poco más, la confianza en la visión de EUA también recae en Marcelo Ebrard. Por eso es evidente que cuando se retira Claudia Sheinbaum acompañada de García Harfuch, del “apartadito” de Palacio Nacional, es claro que el mensaje es mucho más claro, *“la moneda de cambio que está por ocurrir, es detener a unos de los antes mencionados capos en colaboración con la DEA, y por parte de la Armada de México, para proteger al intocable José Ramón López Beltrán”.

Ante la inquietud de “saber algo más”, Andy preguntó si ya venía para México José Ramón, por lo que en cualquier momento empezaría “la cacería” para detener en los próximos días a uno de esos personajes ya descritos, la destrucción de varios laboratorios de fentanilo, mariguana, metanfetamina, ubicados en los Estados de Jalisco, Morelia, Durango, Sonora y Michoacán. Eso ya está confirmado y lo veremos en los próximos días, semanas o tal vez meses antes de que termine el llamado *”el sexenio del terror de Andrés Manuel López Obrador”.*

Lo que también le queda claro a la fuente/contacto, ya reflexionando de manera personal por toda la narrativa que se describe, es evidente que se vienen días difíciles para la delincuencia organizada, los hijos de AMLO y algunos otros funcionarios que podrían estar involucrados en el bajo mundo del narcotráfico, creándose una guerra entre el poder de facto contra el poder constitucional, poniendo en grave riesgo la vida de la sociedad.

Si bien este es el prólogo de un panorama anunciado que los altos funcionarios del gobierno americano vinieron a México a trazar la estrategia para abatir el crimen organizado, se debe a la evidente ineptitud de *”una administración que lo gobierna la kakistocracia que encabeza el oclócrata Andrés Manuel López Obrador”.*

Insistiendo, eso fue lo que se vivió en la insólita mañana del 10 de enero, dentro de las propias entrañas de Palacio Nacional —considerado el mayor narco Cártel (hecho gobierno) en América Latina—, que con el correr del tiempo, se impondrá la razón de la justicia, no solo de Estados Unidos, sino que toda acción de ejecución para el control, la nueva imagen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, ahora en manos de la impoluta Ministra Norma Lucía Piña Hernández, se finca una luz de esperanza que pueda cambiar la situación de inseguridad en México.

En tanto que, por considerársele actualmente como el “vicepresidente de México”, Marcelo Ebrard Casaubón —por sus penetrantes alcances en el mundo diplomático—, está coronando su nombre para ser nominado por el movimiento de MORENA, como candidato presidencial para el sexenio 2024-2030.

Ante las vicisitudes políticas, la inseguridad, el tercer desastre que vivió el transporte subterráneo de la Ciudad de México y la iniciación de varias carpetas de investigación por parte de la Fiscalía General de Justicia local, en contra de la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum, a ésta irremediablemente la han tachado como una “funcionaria inepta, oportunista y corrupta”.

Para Marcelo Ebrard, bajo los reflectores de la Cumbre con Estados Unidos, le representó “matar de una pedrada a dos pájaros de cuenta” (Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López Hernández), dejando buena impresión a la comitiva estadounidense, lo cual le abre en el futuro inmediato las puertas de Palacio Nacional, y “el principio del fin" de la era de la Cuarta Deformación que nunca debió haber existido en este México sufrido.

El otro candidato morenista presidencial sería Ricardo Monreal Ávila, de quien se dice que ante las presiones políticas y el mal gobierno que está llevando al cabo su hermano David, en Zacatecas, todo parecería indicar que declinará sus aspiraciones para apoyar a Marcelo, quienes de todas formas, y todos ellos, finalmente, se crearon en el Partido Revolucionario Institucional, hoy convertido en MORENA.

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