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AMLO, se burla ¿de verdad piensan que podrán ganar con unos cuantos animales muertos de hambre?



. BLAS A. BUENDÍA. ……………………………………………..

Sin llegar a incurrir en la apología del crimen desorganizado, y ante los constantes escándalos nacionales e internacionales que construye y reconstruye el Ejecutivo mexicano, tal pareciera que Andrés Manuel López Obrador se ha convertido en el Pitbull adicto al Crack de Palacio Nacional.

Es el análisis que infinidad de investigadores sociopolíticos han desarrollado entorno a la imagen del político tabasqueño, que es el pleno reflejo del fenómeno “magnánimo de la kakistocracia”, que independiente y paradójicamente nunca supo qué posición tan importante sigue ocupando cuan usurpador como “Presidente de la República”, se ha contrapunteado hasta con él mismo.

La celebración del 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, que decretara en 1936 el presidente Lázaro Cárdenas del Río, por enésima ocasión el famoso AMLO se auto-engañó cuando en su “ecosistema político” tuvo que recurrir al acarreo para rellenar la Plaza de la Constitución, en medio del desorden, al muy estilo MORENA.

En radio pasillo de Palacio Nacional surgieron una gama de chismes y de oídas teniendo como conclusión que al Peje Lagarto le incomodó la organización de su “fiesta nacional”, que no le salió como él había ordenado y que algo no le funcionó, toda vez que —parafraseando a Maquiavelo, en su obra El Príncipe—, “un pueblo que acepta pasivamente la corrupción, esos corruptos no merecen libertad, merecen la esclavitud”.

Por eso, al que le dicen AMLO, tiene a México como “un país cuyas leyes son indulgentes y (solo) benefician a los bandidos quienes no tienen vocación de libertad, pasando a ser esclavos por naturaleza”.

Lo peor: “Un pueblo cuyas instituciones públicas y privadas están en gran parte corrompidas, no tienen futuro. Solo pasa”.

El caos: “Una nación, donde la sociedad civil supuestamente organizada no mueve una paja si no hay posibilidad de ganancia, no es capaz de legar nada a sus hijos, excepto días oscuros”.

La Paradoja: La deshonestidad del “rayito de la esperanza”, también se enfrenta para su beneficio con un engranaje de corromper a la sociedad necesitada en tiempos de crisis.

Bien lo descifra Nicolás Maquiavelo: “Una patria, donde recibir dinero malo a cualquier título es algo normal, no es una Patria, porque en ese lugar no hay patriotismo, solo intereses y apariencias”.

Y prosiguen sus citas:

“Un país donde los pocos que se esfuerzan por hacer prevalecer los valores morales, como la honestidad, la ética, el honor, son asfixiados y masacrados, ya cayó al abismo hace mucho tiempo”.

“Una sociedad donde muchos hombres y mujeres se conforman con distracciones sórdidas, en un trance profundo, no merece existir. Solo tengo piedad de esas valientes personas que se rebelan ante este estado de cosas”.

“Para aquellos que consideran normal esta calamidad, no tengo sentimientos. ¡Qué peligroso es liberar a un pueblo que prefiere la esclavitud!”. Terminan las citas de Maquiavelo en su novela El príncipe, publicada póstumamente en 1531, el cual nunca ha dejado de ser un tratado de la doctrina política moderna.

La obra de este escritor, diplomático y filósofo político italiano de la época renacentista, fue dirigida a Lorenzo de Médici, conocido como ‘el Magnífico’, a quien Maquiavelo explica cómo actuar y qué hacer para unificar a Italia y sacarla de la crisis en que se encuentra.

Aunque fue escrita en 1513, durante el confinamiento de Maquiavelo en San Casciano, a causa de las acusaciones que sobre él pesaban por estar señalado de conspirar contra los Médici, no sería sino hasta 1531 cuando vería luz en Roma. El libro, así, funciona como una respuesta a dicha acusación.

De esta manera, Maquiavelo expone detalladamente la forma en que el gobernante debe hacer frente a las diferentes situaciones o circunstancias que se le presenten, y establece que el principal fin de la práctica política es conservar exitosamente el poder.

Pese a ello, intelectualmente conviene acotar que El príncipe es la obra que da origen al término maquiavélico, utilizado con cierta carga despectiva para condenar prácticas inmorales o malévolas, cuando en realidad ésta es una obra de gran valor por su conocimiento de la psique humana, el sentido común y el pensamiento pragmático.

Con base a estos enigmáticos procesos históricos, en la contemporaneidad renacen los conceptos de El Príncipe, derivándose —por ejemplo—, en la reciente conmemoración del 85 aniversario de la Expropiación Petrolera, donde el presidente Obrador hizo alusiones que tropiezan en su terquedad, que como “un Pitbull adicto al Crack”, mantiene una carrera delincuencial para acatar a Norma Lucía Piña Hernández, quien históricamente es la primera mujer que encabeza la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que para suerte de toda la población, es un pivote de libertad por no está acorde a la política de gobierno de la 4T.

El inquilino transitorio de Palacio Nacional es incompatible con la sociedad. Con los agentes de poder que se interponen a su administración, los transforma como si fueran sus enemigos a vencer, y quienes están en contra de la 4T —incluyendo a los periodistas críticos—, un ejército de chairos, tienen la consigna de exterminar a quienes hablan mal de “su señor presidente”.

En radio pasillo de Palacio Nacional trascendieron conceptos que dejan boquiabierta a toda la sociedad.

¡Resulta que el Lagarto está furioso por no haber cumplido las expectativas de la marcha!

¡Cuando se metió al Palacio detrás de él iban muchos funcionarios, gobernadores y militares —según lo que dicen las fuentes bien informadas—, ¡los insultó, tratándolos como basura!

“¿De qué sirve que se dé tanto dinero para llenar al Zócalo y no pudieron ni siquiera igualar lo hecho por la oposición?, se escucharía de boca del Monarca Andrés, en medio de un avizoramiento derrotero: ¿de verdad piensan que podrán ganar con unos cuantos animales que solo fueron de muertos de hambre? Según parece que no tienen idea de lo que se está jugando en estas elecciones.

“¡Si gana la oposición, todos iremos a la cárcel, y no tengan duda, si me tocan, todos ustedes estarán ahí acompañándome!”, reclamó a grito abierto.

Y rumia: “Tengo a una Claudia (Sheinbaum) que cada día está peor. Necesitamos tener gente de confianza en el INE para poner las máquinas para votar, y poder controlar los votos; es prioritario quitar a Norma Piña”.

En esta tesitura, el eterno candidato de la inconformidad lanzó un reto a sus más cercanos colaboradores: “Ahora quiero que me digan, qué piensan hacer… O se ponen las pilas o pongo a los jóvenes construyendo el futuro, a crear caos en las votaciones y pido al Congreso que se anulen las votaciones y me reelijo otro tiempo…

…“Pero se los garantizo —amenazó—, a todos ustedes me los chingo, ninguno se salva, porque todos me deben favores!…

A groso modo esa fue la información que dio el Lagarto en Palacio, y al terminar con el regaño a su rebaño, se fue con su hijo Andy a que le pusieran suero, porque el hombre estaba frenético.

En tanto, Marcelo (Ebrard) —otra de las “corcholatas” favoritas del Peje Lagarto—quiso hablar con él y olímpicamente lo ignoró.

Otra…, se atrevió a comentar: “No sería sano hacer algo así”, y la respuesta fue que “la única democracia es él”, “y si no le gustaba se podría ir a ver quién la protegería….”

Más claro “ni el agua”, lo que ocurrió en la tarde-noche del 18 de marzo del 2023, historia desautorizada, pero finalmente historia en el marco del 85 Aniversario de la Expropiación Petrolera, que adyacente al tema, Lorenzo Córdoba no pudo poner sucesor y entregó el INE a la COPARMEX y al Capitolio de Estados Unidos.

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